Resalta las etnias en este caso el español y el indígena divididos así en personajes españoles

Arturo Arias

Legitimación mestiza

Resalta las etnias en este caso el español y el indígena divididos así en personajes españoles y personajes indígenas dejando marcada una clara e inicial división de razas.

Manifiesta que generalmente el lenguaje utilizado para expresar los conflictos entre grupos de diferentes razas es uno más no el otro, es decir hay un idioma dominante, sin embargo, en esta obra el autor crea un duelo de coros, el cual Arias determina así porque los indígenas hablan en su idioma y los castellanos en el suyo.

Descubre por medio de una intervención solista en el duelo de coros mencionado anteriormente, un problema étnico y a su misma vez ético: el rechazo al mestizaje inicialmente reflejado en:

“Pobre hijo, si nace varón, y pobre hija si nace hembra, y pobre varón-hembra, si nace hermafrodita… que otra cosa no puede nacer del amor carnal, de un agregado de la Universidad de Salamanca y un marimacho… doña Marina… doña Marimacho. (p. 466)

Para terminar, entendiendo esta expresión no como sexual sino como una falsa connotación ligada a la etnicidad, no por ser un sujeto hermafrodita sino más bien uno mestizo y en este mismo fragmento revelador ubicamos la verdadera problemática de la obra como bien lo dice Arias, por lo cual me parece sumamente relevante mencionarlo.

Arias establece que Las Casas debe ser leído no como sujeto español sino mestizo “corazón de colibrí”, porque defiende a los indígenas, el varón-hembra hijo de don Cortés y doña Marina.

En la primera andanza se detecta un fenómeno sexual que revela que el gobernador no tiene sed de oro sino también sexual al fingir no saber el paradero del guardián de las vírgenes (Musén-Ca) sabiendo que él mismo lo tenía preso para poder tener acceso a las doncellas, violando al mismo tiempo el tabú religioso pudiendo definir esto como otro tipo de codicia.

Se subraya la supuesta ignorancia indígena con el espejito con el que le pagaron al guerrero que traicionó a las doncellas cuando Nabor no sabía qué hacer con él.

En la segunda andanza cuando el gobernador visita a el obispo el mayoral y el paje al haber enviado a fray Jerónimo en su lugar para encontrarse con la doncella y haber sido asesinado a flechazos, intenta culpar a los indígenas, pero el obispo le dice que es potestad de la iglesia juzgar los delitos que se cometen contra los de la religión y además que defender a sus doncellas no significa la guerra, que son los españoles quienes conspiran contra las leyes indias. El gobernador se enoja y le amenazan de excomunión.

El gobernador le dice a Nabor que los dominicos les han condenado a los dos a muerte por el asesinato de Jerónimo de la Cruz y que la única forma de que se salven es que le ayude a capturar a Las Casas.

En la tercera andanza se empieza con Las Casas soñando que está debatiendo con Sepúlveda en Valladolid frente a Carlos V. Reproduce, dormido, el diálogo del debate. El lo pueblo lo acusa de esclavizar a los negros y de las Casas pide perdón. Entre tantas escenas los indígenas asaltan el palacio, Nabor entra y Las Casas lo confronta, pero resulta que ha llegado para defenderlo, porque sabe que éste viene con las leyes nuevas. El gobernador los confronta a ambos, Nabor le recrimina todos los abusos y el gobernador lo hiere con su espada, Nabor cae en brazos de las casas y le dice que cree en su dios. El gobernador se lanza a atacar a las casas, cuando aparecen alguaciles del rey para arrestarlo y se lo llevan, en esencia esa es la trama de la historia.

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