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Sociabilidad vivir junto con los otros


Enviado por   •  20 de Octubre de 2015  •  Ensayo  •  2.062 Palabras (9 Páginas)  •  222 Visitas

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Sociabilidad

Es la propensión del hombre a vivir junto con los otros, a comunicarse con ellos, a hacerlos participes de las propias experiencias y deseos.

Tipos

Existir es coexistir: ‘El hombre no es solo existencia en el mundo’, sino ‘existencia consciente en el mundo’. Individuos que se relacionan con esos seres vivientes llamados hombres y si tiene sentido. Tenemos que tener claro que hasta la individualidad de cada individuo está afectada positivamente por otros seres humanos. Nacemos y nos desarrollamos en un mundo que ya viene cargado de significados, simbolismos e intencionalidades de las cuales nos apropiamos poco a poco. El humano nace siento existencia en un mundo que ya tiene sus significados, simbolismos e intencionalidades, a medida que van creciendo y socializando se van adaptando, conociendo las significaciones de otros, tiene la facultad de apropiarse, cuestionar y transformar esas significaciones en las suyas propias, de ahí pasa de ser existencia en el mundo a existencia intencionada en el mundo, ya que ha aportado sus propias significaciones. Pero aunque tenga las suyas propias, nunca se desprende de las significaciones de los otros. Aceptar las significaciones de los demás es lo que nos hace entendibles para otros y que los otros sean entendibles para nosotros. Son significados que no vienen de mí, pero son significados para mí, aunque en otro sentido que el de las otras existencias de donde provengan estos significados. ‘No es mi mundo, ni tu mundo, es nuestro mundo’.

El cuerpo como intermediario:

Significa que el mundo para el otro es accesible para mí. Mi mundo le corresponde también a él. Porque los significados que me rodean no son significados originados directamente de mi existencia, sino que muchos de esos significados son dados por otras existencias. Mis acciones están conscientes de las significaciones de los otros, aunque mi significación tenga un significado distinto del que lo tiene para mí. Esto me supone ser accesible, ej.: el cliente al vendedor y viceversa, el estudiante al profesor y viceversa, el doctor al paciente y viceversa, porque cada uno de ellos actúa en función del conocimiento que tiene del otro. Por eso es el cuerpo que permite esta accesibilidad.

Otro ejemplo: cuando voy sentada un auto al lado del conductor, entro a través de su cuerpo (ojo, tacto, etc.) en los significados que tienen para él, el camino, el campo, las colinas, los puentes, etc. Por mi parte, si me pongo nerviosa a causa de la gran velocidad, el conductor entra en el significado que tiene para mí ese puente angosto que cruzamos.

Diferentes formas de la coexistencia: nosotros.

Relación entre yo y otro yo. Cabe destacar que es cuando se mantiene relación de carácter variable o dinámico, porque cada yo, aunque pertenezca a un mundo común al de los otros yo, aprehende su propio mundo y lo expresa de una peculiar manera. Trabajar juntos, estudiar juntos, dormir juntos, hablar juntos, etc.

Hay formas de coexistencia que son inhumanas o que simplemente, no tienden naturalmente al bien común, sino al bien egoísta y particular o su concepción del nosotros es excluyente según ciertos criterios. Ej.: países fascistas o colectivistas.

Cuando existen estas relaciones de coexistencia, sin el valor humano que caracteriza al hombre, o negándolo de entrada por completo, estamos ante una relación de coexistencia cosificada porque se cosifica la subjetividad del otro. No es un yo auténtico y esto hace que cosifique su propia esencia, la vuelve objeto inerte, sin sentido. Cuando un individuo concientiza el yo del otro, no como lo haría su yo auténtico sino como a el mismo le interesa concientizarlo, está cosificando el ser auténtico del otro, pues anula es verdadero sentido de ser, para imponerle su propio sentido de ser, en función de satisfacer sus propias necesidades.

¿En qué ocasiones ocurre esto?

Cuando una personas muestra empatía con otra que tiene habilidades en las cuales él no domina, y busca su cercanía, solo para beneficiarse de sus habilidades intelectuales y no en sus valores personales, aunque se ocupe en mostrar que su principal interés es obtener la amistad.

Aquí la persona interesada está anulando la autenticidad del otro estudiante que además de poseer las habilidades también posee toda la disposición de ayudar a cualquiera que lo necesite. Anula la autenticidad del otro, porque no es capaz de reconocerla, concientizarla y relacionarse en función de ella, sino que el mismo trastoca las inclinaciones de este estudiante en satisfacer sus propios intereses.

Odio: equivale a no aceptar la subjetividad del otro, a no ser capaz de soportar que el otro se realice de una forma personal y escriba su propia historia. Odiar significa negarse a vivir juntos en nuestro mundo.

Indiferencia: es no prestar atención a la proximidad inevitable de los otros en mi mundo. Los encuentro en mi mundo, reconozco de inmediato su subjetividad y aunque no los miro con odio, no les presto atención, me son indiferentes, porque no considero que sean esenciales o importantes para mi vida.

Amor: Por ejemplo, cuando le cedemos nuestro puesto a una abuelita que va en el autobús. Actué con esa persona según los valores humanos que me constituyen, y el trato que establezco en ese momento, demuestra que lo reconozco como sujeto humano. Puede que a esa persona me la encuentre al día siguiente y entablemos conversación. Si esto ocurre podemos decir que hemos pasado de la actitud de indiferencia a otra porque permito entablar una relación con su mundo de significaciones.

Es un llamado a ‘se conmigo’ y para entenderlo hay que superar mi fascinación por mí mismo. Es lo que hace posible liberarme de una existencia solitaria, aislada y sin sentido. Este llamado exige que yo responda, sin embargo la respuesta que emito debe adecuarse al llamado. Se trata de un llamado a ‘realizarnos juntos’. Implica la invitación a querer su subjetividad, a consentir su libertad, a apoyar su sistema de significados y a compartir su mundo.

El amor quiere la libertad del otro, por consiguiente, estar a disposición del otro implica ‘mi renuncia a la tentación de dominar al otro’- de allí que el amor quiere la libertad del otro y, por consiguiente, sólo es fructífero con el libre consentimiento del otro.

El amor crea un ‘nosotros’, un ‘juntos’ que se expresa de manera distinta al ‘nosotros del odio’ o al ‘nosotros de la indiferencia’. Que el otro me ame hace que mi subjetividad se favorezca, de manera que ya no planeo mi humanidad, ni avanzo hacia mi felicidad solo, sino ‘junto con el otro’.

Justicia: no es una especie de sentimiento interior, sino un modo

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