ANTROPOLOGÍA DE LA FILOSOFÍA

Pero ¿Qué entienden los griegos por formación virtuosa? Para responder ello, analicemos el significado de la palabra virtud. El término griego correspondiente es areté, que, dentro de sus diversos significados, se puede entender como cualidad que permite que algún ente sea de la mejor manera posible (es decir, que sea bueno). Por ejemplo, decimos que la virtud (areté) de un cuchillo es aquello que permite que corte bien, y por esto, naturalmente un cuchillo que corte bien es un cuchillo virtuoso. De igual manera, la virtud del hombre es aquello que le permite de la mejor manera posible. Y en el contexto histórico donde nos estamos ubicando, significa todo aspecto que permite al hombre ser un buen ciudadano. Para ser un buen ciudadano, el hombre debe guiarse de acuerdo a su naturaleza racional. Por eso, tanto los sofistas como Sócrates ponen énfasis en la racionalidad del ser humano, carácter que se afianza por medio de la educación.

En el periodo de la hegemonía de la aristocracia ateniense, la educación se centraba en la formación de sus ciudadanos dedicados principalmente a la defensa militarizada de la polis. En donde, desde los siete hasta los dieciséis años, el futuro hombre de estado tenia una formación física, musical y filosófica. Luego de esa edad, mediante el adiestramiento en natación equitación y manejo de armas, adquiría destrezas para la guerra. En contra partida, la juventud democrática se modelaba de forma artesanal.

Con la llegada de la democracia, la educación da un giro. Tanto los sofistas como Sócrates estarán dedicados a la formación de aquel ser humano reflexivo y expositor argumentativo de las leyes necesarias para su sociedad. De ahí que la pedagogía que promovían estos filósofos tubo como eje el diálogo discursivo con ello la enseñanza de la retórica y la gramática estaba garantizada aunque (por parte de los sofistas) sin descuidar el estudio de otros ámbitos del saber como la matemática y la física.

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