APORTACIONES DE SÓCRATES A LA ÉTICA
Enviado por Rex1611 • 3 de Octubre de 2019 • Resumen • 3.975 Palabras (16 Páginas) • 2.677 Visitas
APORTACIONES DE SÓCRATES A LA ÉTICA
Surgimiento de Sócrates (470-399 a.C.) en Atenas
En la época del nacimiento de Sócrates, la ciudad se subdividia en 139 distritos territoriales, llamados demos, asignadas a las 10 tribus en que se había subdividido a la población ateniense. Sócrates nació en el Demo de Alopecia, Atenas; su padre, Sofronisco era escultor (falleció cuando Sócrates tenía 18 años), y su madre, Fenareta, comadrona o partera.
Sócrates recibió una educación tradicional en literatura, música y gimnasia, realizó las esculturas de las Tres Gracias, que estuvieron en la entrada de la Acrópolis hasta el siglo II a.C. Sirvió como soldado de infantería en las batallas de Potidea (432-430 a.C.), Delio (424 a.C.) y la de Anfípolis (422 a.C.). A la muerte de su padre Sócrates heredó el dinero suficiente para vivir con su esposa Jantipa con la cual tuvo tres hijos: Lamprocles, Sofronisco y Menéxeno, no dejó nada escrito, pero Platón, transcribió sus ideas en una serie de diálogos: como “Apología de Sócrates y Fedón”, y “El Banquete”. Sócrates considera que la función de cualquier político no es dar a los ciudadanos lo que estos quieren sino lo que es mejor para ellos.
APORTACIONES DE SÓCRATES A LA ÉTICA. Aunque no dejó escrita ninguna obra, los testimonios de varios escritores de la época han permitido reconstruir algunas de las principales aportaciones que nos legó su genio, entre las que se encuentran las siguientes: El abandono de actitudes dogmáticas y escépticas, la adopción de una actitud crítica, la frase “Conócete a ti mismo”,
El abandono de actitudes dogmáticas y escépticas. El primer []paso para alcanzar la perfección moral es el abandono de actitudes dogmáticas y escépticas –que sólo son producto de la pereza-, y la consiguiente adopción de una actitud crítica que sólo se deja convencer por el mejor argumento: “Poco importa que tú pienses de esta o de la otra manera, puesto que yo sólo examino la cosa misma; y resultará igualmente, que seremos examinados el uno y el otro; yo preguntando y tú respondiendo” (Platón: Protágoras, 333 a. C).
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La palabra Acrópolis proviene del griego ἄκρος, (extremo) y πόλις, (ciudad), y hace referencia a la parte más alta de una ciudad.
Dogmatismo: es una doctrina sostenida por una religión u organización de autoridad, que no admite réplica; es decir, es una creencia individual o colectiva no sujeta a prueba de veracidad, cuyo contenido puede ser religioso, filosófico, social, etc.
Escéptico: persona que duda o desconfía de todo.
Actitud crítica, en su sentido etimológico, criticar es escoger, elegir, por lo tanto juzgar. Juzgar el valor de una cosa en función de una regla o un ideal. Tiene, entonces, un significado cercano a "criterio", "discernimiento" o "análisis". Éste sería el sentido de la auténtica actitud crítica. Y así afirmamos que: posee una positiva capacidad crítica, o buen criterio, la persona que no se somete a los tópicos ambientales dominantes, que se atreve a pensar por cuenta propia, midiendo su conocimiento con la realidad, en una constante búsqueda de la verdad de las cosas.
Frontispicio: Fachada o parte delantera de un edificio, mueble u otra cosa.
Para Sócrates, la verdad vive oculta en el espíritu del hombre. Para descubrirla es menester disipar los errores y prejuicios que la empañan. Al respecto Einsten señala ¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.
CONOCETE A TI MISMO. La frase “Conócete a ti mismo”. Según testimonio de Diógenes Laercio, fue Quilón de Esparta, quien a finales del siglo VII a.C., escribió sobre el frontispicio del templo de Apolo (Dios de la razón y de la proporción), ubicado en Delfos, la famosa sentencia: "Conócete a ti mismo Sócrates al igual de Tales de Mileto, considera que el ser humano se desconoce a sí mismo; podemos conocer el universo al más mínimo detalle, pero ese conocimiento es superfluo sin un conocimiento interior: Analízate, examínate, pregúntate, acude a tu vida interna en busca de la explicación de tu propio ser; debemos preguntarnos a dónde queremos ir o porque hacemos lo que hacemos. “Pon tu interioridad a la luz de tu mente y entra en posesión del saber, que es lo que constituye la auténtica virtud, y te sentirás dueño de ti mismo por medio de la razón”.
¿Qué tiene que ver el conocerse a si mismo con la ética?
Muchos de los jóvenes consideran que problemas como el miedo, el odio, las pasiones, la indiferencia, la mentira, el estrés constante, la ansiedad, es decir emociones negativas son parte inherente de nuestra personalidad. Las emociones negativas hablan de una mente indisciplinada, nos muestra la importancia de esmerarnos en mejorar nuestra conducta, de la necesidad de elaborar diariamente un trabajo de observación y cuestionamiento de nuestras actitudes (enfados burlas, enfados, maneras de responder incorrectas). El Dalai Lama (2013) nos habla de que es necesario elaborar un trabajo diario de observación y cuestionamiento de nuestros propios venenos. Lo anterior implica el ejercicio de la meditación, del conocerse a sí mismo para depurarnos constantemente. ¿Soy feliz cuando mis pensamientos y emociones son negativos y destructivos?
Adquirir conocimiento de nuestra propia negatividad es una tarea que es susceptible de un refinamiento casi infinito. La ética implica la búsqueda del bien, y este, también tengo buscarlo en mis emociones, si estas son negativas, indudablemente no son emociones saludables ¿cuánto daño me estoy haciendo cuando mis emociones son negativas?
Todas las emociones negativas se pueden solucionar si se realiza el esfuerzo de conocerse a sí mismo para transformar esa juventud llena de problemas, en una juventud centrada, sin miedos y llena de amor para sí y para el otro. Es curioso como muchos de nosotros nos preocupamos por nuestro automóvil o nuestro celular pero nos olvidamos de preocuparnos del por qué soy como soy. Lo que suele suceder generalmente es que nosotros mismos nos absolvemos de lo que hacemos mal, aplicando la ley de nuestro punto de vista, dejando la exigencia para los demás, incluso en los errores más evidentes, encontramos fácilmente multitud de atenuantes, de justificaciones para nuestro comportamiento, parecemos ciegos para nuestros propios defectos ¿Cómo es que podemos comportarnos alegres con nuestros compañeros y corajudos con nuestra familia, desobligados en la casa y en la escuela pero responsables en el trabajo? ¿Será que la familia no me paga?
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