Algunas Consideraciones Sobre La Noción De Democracia
Enviado por luisgilo89 • 20 de Enero de 2014 • 1.798 Palabras (8 Páginas) • 206 Visitas
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA NOCIÓN DE DEMOCRACIA
Este trabajo no pretende y no tiene como fin establecer una definición concreta de lo que se entiende por democracia, tampoco pretende servir de guía de trabajo para realizar un estudio que aproxime de manera adecuada a las nociones democráticas, y mucho menos procura establecer conclusiones sobre la democracia; este corto documento pretende más bien dejar en cuestión muchos asuntos que le son concernientes a la democracia entendida desde el punto de vista de Giovanni Sartori, es decir, con base en algunos argumentos presentados por este pensador analizar el fenómeno democrático desde la dicotomía del ser (teoría) y del deber ser (práctica) y otros asuntos que suscitan a lo largo del trabajo. Por lo tanto, se presentará una serie de dudas sobre la forma de estado democrático, que emanan reflexiones y visiones personales de la situación.
Una pequeña aproximación a lo que Sartori entiende por democracia, la podemos encontrar en el planteamiento que presenta en su libro cuando dice que “en primer lugar, la democracia es un principio de legitimidad. En segundo lugar, la democracia es un sistema político llamado a resolver problemas de ejercicio (no únicamente de titularidad) del poder. En tercer lugar, la democracia es un ideal.” Al argumentar estas ideas, presenta siempre la tercer característica como más esencial de la democracia, es decir, la democracia ante todo como un ideal, a esto refiere planteando que hay una gran diferencia a la democracia real (en la que vivimos) y la democracia ideal y se cuestiona de qué forma se podrían articular los elementos teóricos con los prácticos para lograr una real democracia. Es necesario observar un poco este punto.
A pesar de que comparto ese postulado que diferencia la democracia real y la democracia ideal, me intereso también por pensar qué es lo que tiene la democracia que la hace tan seductora y aceptable, que a pesar de ser un ideal al igual que otros como la anarquía, el comunismo, el socialismo, entre otras formas de estado, esté establecida como la mejor forma de organización estatal y a las otras se les haya desechado. Es interesante quizá, pensar que es un sistema perfecto a pesar de que la gente esté muriendo de hambre y así persista la desigualdad. Lo que quiero dar a entender es que es un sistema perfecto que permite el desarrollo de su inseparable hermana la economía. Para nadie es extraño que éstos dos elementos van muy de la mano, es decir, cuando el liberalismo se vincula con la democracia, podríamos pensar que ésta es el mejor espacio para desarrollar una sociedad de mercado, una sociedad capitalista, que alimente aún más ese insaciable deseo que posee el hombre por naturaleza de querer siempre más de lo que tiene, ese deseo perpetuo y ambicioso por el poder al que la humanidad está sometida , es ese estadio en donde se arriesga la libertad por la seguridad y la igualdad se deja a un lado. Pero en este aspecto, quedamos entre la espada y la pared; se pregunta entonces, que si no es la democracia, entonces por qué otro régimen nos inclinaríamos. Si enfocáramos la respuesta hacia el socialismo como ese momento histórico antes de llegar al comunismo, ya no estaríamos arriesgando la libertad por la seguridad como ocurre en la democracia, sino que estaríamos arriesgando nuestra libertad por la igualdad. Es visible así que en los dos casos se estaría entregando la libertad, pero se ganaría seguridad o igualdad, la pregunta sigue abierta para el debate.
Respecto a los otros dos postulados también hay algo por reflexionar. La cuestión del llamado que se le hace a la democracia de resolver el problema del ejercicio del poder. En este caso, se le da al ciudadano poder y lo puede ejercer en nombre propio y ya no para el control del gobierno, sino para hacerse parte de una democracia representativa y así transmitir su poder. Cabe preguntarse de igual manera, cuánto vale mi poder frente al estado, o de cuánto poder puedo disponer en la democracia, o de igual forma, en qué medida la influencia de mi poder depende en gran parte del poder económico que se articule al político y así lograr una influencia importante; son cuestiones que aún en nuestro contexto no hemos encontrado respuesta alguna.
Ahora bien, para abarcar este tema, es necesario terminar con le último postulado que hace referencia a la legitimidad. En este caso, Sartori considera que el poder es transmitido desde el pueblo, y no desde investiduras ni adquirido desde la fuerza, por lo tanto, es un poder legítimo que se transfiere a los gobernantes por medio de elecciones que se consideran libres y periódicas. Lo inquietante en este aspecto es observar que en esa transferencia del poder no es importante mirar quién es titular de ese poder, sino analizar cómo es el ejercicio de ese poder y de qué manera puedo cuestionar y controlar ese accionar de los que están al mando del poder que yo les transferí; ¿con qué poder quedo yo después de participar en el sufragio “libre” de la elección de mi gobernante?; o hasta qué punto mi voto es libre cuando factores externos me condicionan y casi que me obligan a votar por x ó y candidato esperando a cambio quizá algún beneficio propio en un futuro. Nuevos cuestionamientos a los que queremos volver a enfrentar a la democracia.
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