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Análisis Comprensivo De "El Profeta"


Enviado por   •  30 de Junio de 2013  •  2.680 Palabras (11 Páginas)  •  503 Visitas

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Que es lo que podemos entender al principio de la novela, Almustafa un hombre tan sabio como dios dirían algunos ha pasado sus últimos 12 años en una ciudad portuaria, la ciudad que lo ha acogido como un hijo para ellos, pero, llego su momento de partir el barco que lo regresara a su tierra natal. En este primer capítulo podemos destacar cuales son los sentimientos que uno tiene cuando se debe abandonar un segundo hogar cuando uno reflexiona que tanto va a abandonar, después todas las personas salen a su encuentro porque saben lo que sucederá y le piden desde lo más profundo de su corazón que se quede: esto último simboliza el miedo a perder el conocimiento ya que el profeta lo tiene y al no poderlo detener le piden que les transfiera su sabiduría para nunca olvidarlo así es como transfirió su sabiduría:

El amor: en este capítulo el profeta nos da una lección importante de la vida y con la cual podríamos disfrutar a toda plenitud de ella; el amor, esa sensación que en verdad no hace sentir vivos. Lo que el autor nos deja claro a entender es que tan hermosos, glorioso y divino es el amor, claro que es demasiado complicado, doloroso y difícil de encontrar pero si uno logra sentir el verdadero amor en su corazón es recomendable no tenerle miedo y seguirlo a cualquier lugar.

El matrimonio: que es lo que necesitamos más en la vida para no morir de soledad? Una pareja que nos acompañe a lo largo de la vida pero que reglas deberíamos tener con nuestra pareja. Este capítulo habla de que el matrimonio es un vínculo sagrado y las personas fuimos creadas como seres sociables que necesitan compañía, por eso las personas deben casarse para no sufrir de soledad, pero no hay que abusar de esta compañía y es mejor mantener algunas actividades separadas para mantener el amor siempre vivo ya que si no el amor se vuelve tediosos y aburrido.

Los niños: cuál es el orgullo y esperanza de todo padre? La respuesta más obvia seria ver a sus hijos triunfar, pero, qué tan apegado a tus hijos debes de estar o que tanta libertad deberían recibir. Solo podemos resaltar en este capítulo esto: Los padres no son dueños de sus hijos, aunque son concebidos por medio de ellos, no pueden imponerle sus pensamientos, actitudes y en si su forma de ser ya que, los hijos ya tienen la suya propia lo único que tiene que hacer es preparar a sus hijos para el futuro que les espera, eso es ser un buen padre.

El dar: por damos lo que nos sobra a los demás, porque no damos nada en algunos casos, nuestra naturaleza nos indica que el dar a otros es algo bueno y de misericordia pero no es lo mismo en todos los casos. La novela nos da a entender unas simples razones; si vas a dar da algo que venga de ti no algo que posees, ya que eso solo te hace ser arrogante ante el resto por que presumes de lo que tienes pero en realidad solo muestras que tienes miedo del hambre que puedes padecer mañana es momento de dar ahora que estas vivo si eres avaro, sin importar cuanto hallas juntado, eso se repartirá algún día con o sin ti.

El comer y beber: todos disfrutamos de los placeres del comer y beber pero no nos hemos preguntado por qué necesitamos hacerlo. Si bien el autor nos deja dicho que no somos plantas para solo estar recostados recibiendo la energía del sol, tenemos que matar para poder sobrevivir entonces lo único que podemos hacer ante esta realidad es agradecer a aquellos seres que mueren por nuestra supervivencia y comprender que algún día tendremos su mismo destino a desaparecer, además de intentar perdurar sus memorias y no malgastarlos.

El trabajo: todos los días uno empieza a pensar “ooo es hora de trabajar” esta frase tiene un gran significado ya que el trabajo es la fuente de toda riqueza pero hay personas que no toman en cuenta el trabajo o que simplemente lo odian. El profeta nos dice que el trabajo hecho con amor y dedicación siempre será mejor que el hecho con desgano ya que al trabajar de buena gana se está en armonía consigo mismo y con dios y el trabajo hecho con amor será mejor apreciado por las personas que lo reciban ya si odias el trabajos es mejor que seas limosnero ya que no hay otra forma de producir lo que necesitas.

La alegría y el dolor: es inevitable recordar los momentos felices cuando uno se entristece, es una ley básica, así como recordar lo que alguna vez nos causó tristeza cuando nuestra euforia está al límite de la alegría. De cierto es que el autor deja esto claro, existe equilibrio entre la alegría y la tristeza, se dice que la alegría nace de la misma tristeza así como la tristeza nace de lo que fue alegría. Un ciclo perfecto que solo debemos comprender y aceptar.

Las casas: es cierto que uno no se pone a pensar el por qué estamos agrupados todos nuestras casas en espacios reducidos pero esa pregunta redunda más a fondo de lo que parece, nos hace pensar que tan débiles somos. Muchos toman como protección su casa su fuerte pero aun así no se sientes seguros y se agrupan y levantan murallas para proteger… que protegen acaso lo más maravillas del universo, o solo buscan el confort y el temor a perderlos los hace protegerlas con cadenas y candados, como bien dice el autor que tú casa sea un mástil mas no una ancla, una carga que le pese a tu vida.

El vestir: claramente el profeta nos hace entender que la vestimenta nos hace en cierta forma sentirnos más cómodos al hacernos sentir que cubrimos toda impureza nuestra, pero en realidad escondemos nuestra verdadera belleza al mundo. Lo último es hipotético pero de alguna manera es cierto ya que la ropa solo la usamos de escudo para cubrir nuestra propia personalidad y recomienda mostrar nuestros verdaderos sentimientos como si estuviéramos desnudos ante el mundo.

El comprar y el vender: cuál es el trabajo bien merecido? ¿En verdad los que venden y reparten los frutos de la madre tierra se pueden llamar cosechadores de frutos? Si bien la lectura en este capítulo deja en claro que solo ha de ser llamado cosechador de frutos a aquel que en el reparto de la producción de la tierra no deje a nadie en hambruna y todos sacien sus necesidades.

El crimen y castigo: desde la antigüedad el hombre a juzgado a su prójimo a su propio albedrio pero eso no es correcto, ya que no conocemos en verdad la inocencia de una persona o la culpabilidad de otra. En esta parte se explica cómo, ante Dios somos todos igualmente importantes y por tanto no podemos clasificar a la gente como buena o mala ni juzgarla porque no existe ser humano perfecto, podemos cometer errores y juzgar a la persona sin tomar en cuenta todos los aspectos del caso si no, los que creemos más importantes, no reparamos en la necesidad o arrepentimiento de la persona que comete la injusticia y de esta forma también nosotros estamos cometiendo una. El juzgar a las personas es tarea de Dios.

Las

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