Apunte De Etica
Enviado por Valeecitta • 19 de Noviembre de 2014 • 5.274 Palabras (22 Páginas) • 173 Visitas
1. LA CONCIENCIA
a. Definición: La conciencia moral es un juicio de la razón por el que la persona reconoce la cualidad moral de un acto concreto que piensa hacer, está haciendo o ha hecho. La conciencia formula la obligación moral a la luz de la ley natural: es la obligación de hacer lo que el hombre, mediante el acto de su conciencia, conoce, como un bien que le es señalado aquí y ahora.
La conciencia es la norma próxima de la moralidad personal, por eso, cuando se actúa contra ella se comete un mal moral. Este papel de norma próxima pertenece a la conciencia no porque ella sea la norma suprema, sino porque tiene para la persona un carácter último ineludible: el juicio de conciencia muestra “en última instancia” la conformidad de un comportamiento respecto a la ley cuando la persona juzga con seguridad, después de haber examinado el problema con todos los medios a su disposición, no existe una instancia ulterior, una conciencia de la conciencia, un juicio del juicio, porque de lo contrario se procedería hasta el infinito.
b. Tipos: Se llama conciencia recta o verdadera a la que juzga con verdad la cualidad moral de un acto, y conciencia errónea a la que no alcanza la verdad, estimando como buena una acción que en realidad es mala, o viceversa. La causa del error de conciencia es la ignorancia, que puede ser invencible (e inculpable), si domina hasta tal punto a la persona que no queda ninguna posibilidad de reconocerla y alejarla, o vencible (y culpable), si se podría reconocer y superar, pero permanece porque la persona no quiere poner los medios para superarla. La conciencia culpablemente errónea no excusa de cuando se ha actuado injustamente.
La conciencia es cierta, cuando emite el juicio con la seguridad moral de no equivocarse. Se dice que es probable, cuando juzga con el convencimiento de que existe una cierta probabilidad de equivocación, pero que es menor que la probabilidad de acertar. Se dice que es dudosa, cuando la probabilidad de equivocarse se supone igual o mayor que la de acertar.
c. La conciencia como guía del obrar humano: En la práctica se debe seguir sólo la conciencia cierta y verdadera o la conciencia cierta invenciblemente errónea. No se debe obrar con conciencia dudosa, sino que es preciso salir de la duda reflexionando, estudiando, preguntando, etc.
d. La formación de la conciencia: Las acciones moralmente negativas realizadas con ignorancia invencible son nocivas para quien las comete y quizá también para otros, y en todo caso pueden contribuir a un mayor obscurecimiento de la conciencia. De ahí la imperiosa necesidad de formar la conciencia.
Para formar una conciencia recta es necesario instruir la inteligencia en el conocimiento de la y educar la voluntad y la afectividad mediante la práctica de las virtudes. Es una tarea que dura toda la vida. Es fundamental para la formación de la conciencia la educación, el estudio, la sinceridad y el cultivo de las virtudes como se comento en clases detenidamente.
2. LAS VIRTUDES
1. Definición de virtud:
a. Definición etimológica: virtud viene de la palabra latina vis que significa fuerza. Mediante las virtudes vamos adquiriendo dominio sobre nosotros mismos y sobre nuestros actos. La virtud es en este sentido sinónimo de libertad mientras que los vicios son sinónimo de esclavitud y dependencia.
b. Definición conceptual: la virtud es un HÁBITO OPERATIVO BUENO. Hábito quiere decir disposición o actitud firme y estable, difícil de remover. Es decir, la virtud es una cualidad que arraiga en el alma, no algo de un día. Una persona es sincera no por decir un día la verdad sino porque tiende, justamente por la virtud de la sinceridad que ha desarrollado en ella, a decir siempre la verdad y todo lo que sea falso y mentiroso le repugna y le rebela. Lo mismo pasa, por ejemplo con un músico, un músico tiene una perfección interna, adquirida con el tiempo y el esfuerzo o entrenamiento, que le facilita y le dispone a tocar con perfección un determinado instrumento. En el ámbito moral las perfecciones internas que me facilitan y disponen a la práctica del bien, es decir, de aquello que verdaderamente nos perfecciona y realiza de modo integral se denominan virtudes.
Se le llama hábitos operativos por que mediante las virtudes se perfeccionan las facultades operativas de la persona humana, es decir, sus potencias o capacidades. Cuáles: la inteligencia y la voluntad y sensibilidad. Las virtudes intelectuales perfeccionan la inteligencia y gracias a ellas nos es posible pensar bien, ser personan verdaderamente inteligentes y sabias. Las virtudes morales, a su vez, perfeccionan la voluntad y la sensibilidad, haciendo que el hombre pueda dirigirse libremente al bien: las virtudes morales fundamentales son las llamadas virtudes cardinales : la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.
Por último, se les llama hábito operativos buenos porque precisamente hacen que el hombre pueda actuar bien, pueda pensar bien y pueda elegir bien, es decir, elegir aquello que verdaderamente le perfecciona y realiza. Es decir, mediante las virtudes el hombre puede realizar sus operaciones propias, es decir, conocer lo que es verdadero y amar lo que verdaderamente tiene valor y peso. Sólo mediante el desarrollo de las virtudes, es decir, mediante esta vigorización de nuestras potencias propiamente humanas que alcanzamos a través del ejercicio constante sobre nosotros mismos, podemos alcanzar aquellos fines, metas y objetivos que nos proponemos en las distintas dimensiones de nuestra existencia.
A continuación estudiaremos separadamente cada una de estas virtudes:
1. La prudencia:
a. Definición: La prudencia es la virtud que posibilita a la razón juzgar rectamente y determinar aquello que se debe hacer. La prudencia, en este sentido es inteligencia práctica: nos permite discernir nuestro verdadero bien y los medios para realizarlo. También la persona prudente es capaz de vislumbrar los posibles efectos que tendrán sus acciones.
b. Actos propios
i. Pensar (consejo): Es la reflexión o la consideración sobre una determinada empresa, o plan de acción; examinar los pros y los contra de las posibilidades que tengo ante mí.
ii. Decidir (juicio): Es determinarme o elegir una de las posibilidades o caminos a seguir.
iii. Actuar (imperio): Es llevar a la práctica lo que se ha decidido. Es el acto más importante de la prudencia. De nada sirve decidir estudiar una hora microeconomía si finalmente no se lleva a la práctica. “Del dicho al hecho hay mucho trecho” dice la sabiduría popular; no basta la buena intención si no se pone por obra.
c. Partes o tipos
i. P. personal: Es aquella
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