Apuntes De Etica Profesional
Enviado por HDominguez2014 • 20 de Noviembre de 2014 • 4.355 Palabras (18 Páginas) • 228 Visitas
Algunos apuntes acerca de la Ética y la MoralNarda Rosa Aguilar Mendoza (*) SUMARIO: 1) Introducción; 2) Concepto etimológico de ética y moral; 3) La ética; 4) Diferencias entreética y moral; 5) La moral; 6) El acto moral; 7) Estructura del acto moral; 8) Bibliografía. 1. INTRODUCCION Entender un real concepto de Etica resulta un desafío, no sólo porque existe una concepciónde entender a la ética y la moral como un código de conducta y comportamientos sino porque se teme en caer en una discusión eminentemente filosófica y por ello abstracta y casi irrealizable. Sinembargo, la ética, es al contrario la máxima expresión de libertad humana y por tanto no requiere de un cotejo de decálogos. Su realización no es exclusiva de la filosofía y hoy en día, todas lasdisciplinas humanas requieren de ella. La ética no puede concebirse exclusivamente como parte de tratados y textos, la ética implica una conducta humana nacida en libertad. No se trata de estudiar, sino deactuar. En la actualidad, en el ámbito de lo profesional como de lo social, en la vida económica y actividad política especialmente, se prefieren las consideraciones oportunistas a los principiosmorales; interesan más el triunfo inmediato y el éxito personal que el acuerdo con las normas éticas. Por eso, ante la quiebra de valores hoy en día, es necesario que todos estemos obligados a analizar losideales que nos han llevado a elegir la actividad técnica, profesional o científica a la que estamos dedicados, a revisar las motivaciones o razones que determinan nuestra conducta. 2. CONCEPTO DEETICA Y MORAL Las palabras ética y moral tienen, etimológicamente, igual significado. ETHOS, en griego, y MOS, MOR (singular), MORIS MORALIS (plural) en latín, quieren decir costumbre, hábito. ÉTICA PROFESIONAL
Todos tenemos una noción aproximada acerca de la ética, del mismo modo que hasta la persona menos ilustrada es capaz de percibir la diferencia entre lo bueno y lo malo.
El vocablo ética proviene del griego "Ethos", que significa costumbre; su sinónimo latino es la voz "More", de donde deriva el término moral. Ambas voces aluden a un comportamiento humano ordenado conforme a ciertos principios, postulados y normas prescritos por la cultura4 imperante en cada sociedad. Ellos señalan la línea demarcatoria entre lo lícito y lo ilícito, lo correcto y lo incorrecto, lo aceptable y lo inaceptable.
Principios Filosóficos Generales
Aunque los conceptos básicos de la ética general y de la ética relacionada con la educación son racionales, universales e intemporales, de igual manera, la interpretación de algunos aspectos de aplicación cotidiana pueden variar en el tiempo y en los diferentes lugares, de acuerdo principalmente a cambios culturales.
El humano produce sus actos por impulsos provenientes de su naturaleza, de su espíritu y de su intelecto. Los impulsos naturales surgen de sus instintos, como sucede con cualquier animal de nuestro entorno. Estos impulsos responden a la satisfacción de necesidades instintivas y no se sujetan por sí mismos a ninguna norma moral, sólo a las de la naturaleza. Así, en el humano el control de sus instintos proviene del espíritu y de la razón de su intelecto, facultades propias que le permiten la percepción del entorno natural donde habita y le facilitan la vinculación intelectual con ese entorno.
De esta manera, el don del raciocinio permite al hombre sujetar sus impulsos instintivos mediante la observancia de ciertas normas de carácter social, cultural, moral y legal. La observancia de esas normas implica la regulación de su conducta mediante un respeto a lo considerado por él como conveniente, es decir, aquello que su conciencia le dicta como un “debe ser”.
Este “debe ser”, que preside la vida de los hombres civilizados, se ramifica en diversos códigos de conducta pertenecientes a diversas normas éticas, morales o legales, dependiendo del sistema al cual pertenezcan.
La voluntad de adherirse a un código ético de conducta se determina por el bien cultural y social que resguarda una norma ética. Así, la justa opinión o valoración acerca de este bien es indispensable para forjar una voluntad personal que acepte la norma ética y se comprometa a cumplirla. Esta es la esencia misma de lo que debe ser la actividad docente de los profesionales de la educación al servicio de la comunidad y del Estado.
La ética anida en la conciencia moral de todo ser humano y le sirve de motor, de freno o de dirección -según los casos- al momento de actuar. Por otra parte, el comportamiento ético -lo que llamamos rectitud- no es ingrediente ajeno al ejercicio profesional, como la pintura de una casa que es sólo un aspecto decorativo del cual puede prescindirse. El elemento ético es un componente inseparable de la actuación profesional, en la que pueden discernirse, al menos, tres elementos:
• un conocimiento especializado en la materia de que se trata,
• una destreza técnica en su aplicación al problema que se intenta resolver y
• un cauce de la conducta del docente cuyos márgenes no pueden ser desbordados sin faltar a la ética.
Hay quienes atropellan, consciente y sistemáticamente, esos márgenes, la mayoría de las veces, no por un afán de lucro inmoderado como ocurre en otras profesiones, sino porque en el accionar diario las instancias de control se difuminan en beneficio de una mal entendida “convivencia armónica”; muchas veces a estos colegas se les califica como profesionales inmorales o que están faltando a la ética sin que exista un Código Profesional que sancione o respalde lo enunciado. Pero hay otros que ignoran y ni siquiera se preocupan de los límites éticos; de ellos se dice que son amorales. El resto -por fortuna, aún la mayoría- somos simplemente profesionales de la educación que en forma natural -y a modo de ejemplo- hemos asumido entre otras las siguientes normas de convivencia:
• Aceptar que la primera idea que debe venir a nuestra mente en el momento de enterarnos de actividades profesionales “poco claras” realizadas por un colega, será la consideración de esas actividades como realizadas por un profesional fraterno. El imperativo nos dirá: El docente se abstendrá absolutamente de utilizar adjetivos que representen un juicio subjetivo acerca de lo realizado previamente por un colega.
• El docente evaluará todo trabajo profesional realizado por otros docentes desde una perspectiva objetiva, crítica y amistosa, otorgando a ellos el beneficio de la duda y considerando siempre que la información y circunstancias pasadas en cada caso, muchas veces no son tan claras y evidentes como lo son una vez que el problema ha evolucionado hasta el momento en que él hace una segunda valoración, y debe considerar la posibilidad de que los que
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