Aristóteles física

El capítulo 2 del texto La Física, desarrollado por Aristóteles, es un intento por caracterizar algunos fenómenos y descripciones de la naturaleza. Es así, que el capítulo comienza tratando de hacer una clara definición y distinción entre lo natural y lo artificial. En el trascurso del desarrollo de las definiciones, Aristóteles sostiene que la naturaleza puede ser entendida en más de un sentido. Se puede llamar naturaleza a “la materia primera que subyace en cada cosa que tenga en sí misma un principio del movimiento y del cambio”. También puede ser entendida como “la forma o la especie según la definición”. Entender la naturaleza en los diferentes sentidos hace que se hagan algunas distinciones entre la naturaleza, que es ser por naturaleza y conforme a la naturaleza.

Luego de abordar las distinciones que menciono anteriormente, que no son de especial interés para la presente reseña, Aristóteles aborda el tema que me convoca a escribir este texto, las causas. Para Aristóteles conocer algo significa establecer en cada caso posible el ‘por qué’ (lo cual significa captar la causa primera). Es así que establece cuatro sentidos en los cuales puede ser entendido causa. El primero es “aquel constitutivo interno de lo que algo está hecho, como por ejemplo, el bronce respecto de la estatua o la plata respecto de la copa, y los géneros del bronce o de la plata” (Aristóteles, 1995, pág. 54). Otro sentido de causa es “la forma o el modelo, esto es, la definición de la escancia y sus géneros y las partes de la definición” (Aristóteles, 1995, pág. 55). Un sentido más de causa es “el principio primero de donde proviene el cambio o el reposo” (Aristóteles, 1995, pág. 55). El ultimo sentido que describe Aristóteles de causa es el fin, esto es, “aquello para lo cual es algo” (Aristóteles, 1995, pág. 56).

Para Aristóteles, todas son causas en el sentido de ser aquello de que están hechas las cosas. Las causas pueden caracterizarse de dos maneras, según el autor clásico. La primera son las cusas intrínsecas, que son las que descansan en la propia cosa, desde esta perspectiva la causa material y la causa formal son intrínsecas. Contrarias a estas están las causas extrínsecas. Son las cusas exteriores a la cosa, es decir la causa final y la causa eficiente.

Luego, la argumentación del texto se dirige a ver qué clase de causas son la suerte y la casualidad. De una manera breve Aristóteles da a entender que la suerte no ha sido tratada lo suficiente por la tradición filosófica hasta entonces, así que de fondo estaba qué era la suerte, y cuál era su naturaleza. Luego de ver los argumentos y posibles críticas, Aristóteles considera a la suerte y la casualidad como causas accidentales e indeterminadas.

Tanto la fortuna (tuché) como el azar (automaton) se refieren a lo que sucede “no siempre” ni “en la mayoría de los casos”, escapando por ello

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