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Autonomía Y Reconocimiento En Axel Honneth: Un Rescate De El


Enviado por   •  9 de Diciembre de 2012  •  2.035 Palabras (9 Páginas)  •  485 Visitas

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Ana Fascioli

Revista ACTIO Nº 10 – diciembre 2008 21

Autonomía y reconocimiento en Axel Honneth: un rescate de El

Sistema de la Eticidad de Hegel en la filosofía contemporánea.

Ana Fascioli

Dep. Filosofia de la práctica

fasco@adinet.com.uy

Las críticas que desde visiones neohegelianas se han venido realizando a la

noción del yo que subyace en los modelos liberales de justicia, están inspiradas en la

categoría del reconocimiento recíproco, y la forma en que Hegel concibiera su relación

con la libertad. El aporte crítico de Axel Honneth en el marco de este debate, está

cobrando una relevancia cada vez mayor. El objetivo de esta presentación es mostrar

cómo su teoría del reconocimiento -de inspiración hegeliana- desafía la visión de la

autonomía que subyace en las teorías liberales de la justicia social.

Honneth ha pretendido renovar la teoría crítica de la que es deudor, a través de

un giro teórico al reconocimiento, lo que implica proponer la categoría de

reconocimiento como la herramienta conceptual más adecuada para desentrañar las

experiencias de injusticia social en su conjunto. En su intento por comprender la fuente

motivacional de las diferentes demandas de justicia que están presentes en nuestra

sociedad, Honneth parte del modelo teórico del joven Hegel sobre la “lucha por el

reconocimiento” que aparece en sus escritos del período de Jena –concretamente en

El Sistema de la Eticidad de 1802-1803 y el rechazo de Hegel a una visión puramente

estratégico-instrumental de la realidad socio-política. A diferencia de Hobbes y la

teoría política moderna, para Honneth el concepto de lucha social no puede explicarse

sólo como resultado de una lucha entre intereses materiales en oposición. También

debe fundarse en los sentimientos morales de injusticia, que surgen ante las

experiencias de menosprecio, es decir, de privación de reconocimiento. Integrando de

esta forma la dimensión moral en la noción de conflicto social, Honneth considera que

las experiencias de injusticia son básicamente, experiencias de una falta de

reconocimiento, y el logro de éste siempre implica un proceso conflictivo. Si bien no

todos los cambios sociales, buena parte de ellos son impulsados por las luchas

moralmente motivadas de grupos sociales, que pretenden colectivamente lograr un

mayor reconocimiento recíproco institucional y cultural.

Aunque es común referir al famoso capítulo IV de la Fenomenología del

Espíritu como fuente para la cuestión de la teoría hegeliana del reconocimiento –

vinculada allí a la conocida dialéctica de la independencia y dependencia de la

conciencia-, según Honneth, es fundamentalmente en El sistema de la Eticidad, que

Autonomía y reconocimiento en Axel Honneth

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Hegel presenta el modelo de una lucha por el reconocimiento. Esta categoría aparece

en el contexto del cuestionamiento que Hegel realizaba a los supuestos individualistas

de la doctrina moral kantiana. Toda teoría filosófica de la sociedad debía partir, no de

individuos, sino de los lazos éticos en que se mueven los sujetos. La intuición

hegeliana fundamental de aquel temprano período es que la lucha de los sujetos por el

reconocimiento recíproco de su identidad es una tensión moral que se aloja en la vida

social. El movimiento del reconocimiento consiste en que un sujeto deviene tal siempre

que se sabe reconocido por otro, y por tanto reconciliado con éste, y al mismo tiempo

llega a conocer su irremplazable identidad, y con ello se contrapone al otro. Hegel

encuentra que en una relación ética dada, los sujetos experimentan algo más acerca

de su identidad particular –una nueva dimensión de sí mismos- que los pone en

conflicto con el plano de eticidad alcanzado, y deben abandonarlo para conseguir un

reconocimiento más exigente de su individualidad. Surge así la lucha por el

reconocimiento que asegura nuevas formas de conciencia y se explica la transición

desde la “eticidad natural” a una forma de organización social concebida como

totalidad ética, a partir de la ampliación de las relaciones de interacción social. Este

desarrollo es un proceso de repetidas negaciones por las que sucesivamente, las

relaciones éticas de la sociedad pueden ser liberadas de unilateralidades y

particularidades, conduciendo a la unidad de lo general y lo particular. Hegel presenta

entonces, una teoría de estadios de reconocimiento social en el proceso de formación

de la eticidad, una secuencia de tres relaciones de reconocimiento –en la esfera de la

familia, la sociedad civil y el Estado-, en cuyo espacio los sujetos se confirman como

personas individualizadas y autónomas de un modo cada vez más elevado.

Honneth toma de Hegel la distinción de estas tres formas de reconocimiento

recíproco que están presentes en las diferentes esferas de la vida social: la dedicación

emocional, el reconocimiento jurídico y la adhesión solidaria. Cada una de ellas

constituye un estadio o forma de integración social en que el sujeto es reconocido de

una manera diferente en su autonomía y su identidad personal. A través del cuidado

amoroso presente en las relaciones primarias, se procura el bienestar del otro en sus

necesidades individuales, por lo que las personas se reconocen como sujetos

necesitados. A través del Derecho, las personas de una comunidad se reconocen

como libres e iguales, trascendiendo el carácter particular y emocional del amor. Este

estadio representa el ideal kantiano de que todo sujeto humano es igualmente digno y

debe valer como un fin en sí mismo. Ahora, junto con Hegel, Honneth sostiene que la

relación jurídica de reconocimiento es insuficiente. Los derechos hacen que el

individuo pueda saberse reconocido por cualidades que comparte con los demás

miembros de la comunidad, pero el sujeto necesita además, saberse reconocido por

las cualidades valiosas que lo distinguen de sus compañeros de interacción. Así surge

la necesidad de presentar una tercera forma de reconocimiento: esta es, la valoración

social que merece un individuo o un grupo por la forma de su autorrealización o de su

identidad particular. Ésta depende de una valoración sobre la contribución positiva que

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