Bartolome De Las Casas
Enviado por tommei • 1 de Diciembre de 2013 • 2.249 Palabras (9 Páginas) • 296 Visitas
Biografía
Vida y obra de Bartolomé de Las Casas
Bartolomé de las Casas O.P. (24 de agosto de 1474 o 1484 – 17 de julio de 1566) fue un encomendero español y luego fraile dominico, cronista, filósofo, teólogo, jurista, "Procurador y protector universal de todos los indios", obispo de Chiapas en el Virreinato de Nueva España -actual México-, escritor y el principal apologista de los indios.
Origen, nacimiento y primeros años
El padre de Bartolomé de las Casas, Pedro de las Casas, era un comerciante proveniente de una familia francesa de apellido Casaus que emigró a Sevilla. Según uno de sus biógrafos, esta familia era de origen judeo converso, aunque otros afirman que eran cristianos viejos.
De acuerdo a Antonio de Remesal, su primer biógrafo, las Casas nació en Sevilla en 1474. Sin embargo, las investigaciones de Helen Rand Parish y Harold E. Weidman de 1976 determinaron que la fecha más probable de nacimiento de su nacimiento fue en el 11 de noviembre de 1484 en Triana, Sevilla.4 Siendo niño conoció a los Reyes Católicos y a Cristóbal Colón, pues su padre participó en los viajes del almirante hacia las Indias. En 1499 tuvo la oportunidad de conocer a un indio traído por Colón y regalado a su padre como sirviente.5 Las Casas estudió latín en Salamanca y Sevilla.
Primer viaje a las Indias
El 15 de abril de 1502, siguiendo los pasos de su padre que había participado en el segundo viaje de Colón, llegó a la isla La Española, en el Nuevo Mundo.6 Durante 1503 se dedicó a extraer oro, participando en la campaña de conquista del gobernador Nicolás de Ovando, y bajo las órdenes del capitán Diego Velázquez de Cuéllar en el Cacicazgo de Higüey, por tal motivo recibió una encomienda en la Villa de la Concepción de la Vega, la cual administró hasta 1506.
Viaje a Roma y regreso a La Española
En 1506, Bartolomé regresó a Sevilla, en donde recibió las órdenes menores al sacerdocio. En 1507 viajó a Roma y se ordenó como presbítero. Regresó a La Española en 1508 y durante 1511 escuchó los comentarios del Sermón de adviento de fray Antonio de Montesinos, el cual censuraba la conducta de los españoles respecto del maltrato de los indios: "Yo soy la voz que clama en el desierto...". Se le negó la absolución debido a que en esa época, aún mantenía su repartimiento indígena.
Viaje a Cuba y renuncia a sus repartimientos
A solicitud de Diego Velázquez, en la primavera de 1512, Bartolomé de las Casas se trasladó a la isla de Cuba como capellán del conquistador Pánfilo de Narváez. En 1513, después de la matanza de Caonao, Narváez le cuestionó: "¿Qué parece a vuestra merced destos nuestros españoles qué han hecho?", formulando la pregunta como si el capitán no tuviese que ver con esas acciones. Las Casas le respondió: "Que os ofrezco a vos y a ellos al diablo". Por haber participado en las campañas, recibió un repartimiento junto con Pedro de Rentería, en Jagua, cuyos indios trabajaban en la minería.
Como recompensa por sus acciones durante la conquista de Cuba, en 1514 recibió un nuevo repartimiento de indios en Canarreo, junto al río Arimao, cerca de Cienfuegos. Pero las Casas tomó conciencia paulatinamente de lo injusto que era el sistema y se convenció de que debía «procurar el remedio de esta gente divinamente ordenado». El 15 de agosto de 1514, día de la Asunción, a la edad de treinta años, pronunció un sermón en Sancti Spíritus durante el cual renunció a sus repartimientos públicamente.
Procurador y protector universal de los indios, viaje a Santo Domingo
En 1515 se trasladó a Santo Domingo, donde se vinculó con los frailes dominicos. Fray Pedro de Córdoba lo envió a España en compañía de Antonio de Montesinos para abogar por los indios. Los frailes llegaron a Sevilla el 6 de octubre y en diciembre del mismo año, convencidos de continuar con la obra que iniciara la propia reina Isabel I de Castilla, como defensora de la igualdad entre sus súbditos del Nuevo Mundo, los indios y los del Viejo Mundo, los españoles, que había fallecido en 1504. Si bien lograron entrevistarse con el rey Fernando el Católico, con el secretario Lope de Conchillos y con el obispo de Burgos Juan Rodríguez de Fonseca los resultados no fueron los esperados a sus peticiones.
Poco tiempo pasó entre este fracaso y la muerte del rey Fernando el Católico a principios de 1516. Montesinos y las Casas viajaron a Madrid para realizar nuevas peticiones al cardenal Francisco Jiménez de Cisneros quien ejercía la regencia de la corona de Castilla. La prédica a favor de los indios conmovió al cardenal Cisneros quien, en abril, determinó enviar a tres frailes jerónimos para ejercer la gobernación de La Española. Las Casas fue comisionado consejero de los frailes y se le nombró procurador y protector universal de todos los indios. Cargo similar al de Ombudsman de Suecia que fue instituido a principios del siglo XIX.
Intentos de encomiendas pacíficas
En 1517, las Casas se sintió insatisfecho por la actuación de los frailes jerónimos, pues la opresión y la servidumbre de los indígenas persistió en La Española. En el mes de junio, decidió regresar a España para dar cauce a sus quejas, sin embargo el cardenal Cisneros murió en el mes de noviembre. El fraile se entrevistó con el cardenal Adriano de Utrecht, quien le recomendó esperar una entrevista con el rey Carlos I de España.
En 1518 las Casas planeó un proyecto para colonizar tierras de indios con labradores reclutados en España. En 1519 las Casas impugnó las acciones del fraile franciscano Juan de Quevedo, quien había sido nombrado obispo de Santa María la Antigua del Darién pronunciándose a favor de la esclavitud de los indígenas.
Al igual que Pedro Mártir de Anglería, en abril de 1520, las Casas conoció a los indígenas totonacas que fueron llevados ante la presencia del nuevo monarca por Alonso Hernández Portocarrero y Francisco de Montejo, ambos emisarios de Hernán Cortés, conquistador de México; un par de meses más tarde, en Santiago de Compostela, el Consejo de Castilla hizo para sí las ideas de las Casas quien estaba convencido que la labor de conquista y colonización de América debía ser ejercida pacíficamente a través del anuncio y difusión de la fe católica. Así, el Consejo de Castilla lo autorizó a llevar a cabo el proyecto para crear una colonia pacífica en el territorio de Cumaná, para que él aplicase sus teorías consistentes en poblar la tierra firme, sin derramar sangre y anunciar el evangelio, sin estrépito de armas. Volvió a las Indias en 1520, intentando
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