CONSTRUYENDO SOBRE ROCA FIRME
Enviado por addydiaz • 17 de Octubre de 2012 • Trabajo • 947 Palabras (4 Páginas) • 429 Visitas
P. Thomas Williams
CONSTRUYENDO SOBRE ROCA FIRME
ANALISIS
Valor; La palabra misma y sus derivados, como valioso, sugieren algo sumamente importante e interesante.
Nuestra incerteza en relación con los valores se debe en parte al libre vaivén del término entre dos ámbitos: el de la economía y el de la experiencia humana
En términos económicos, valor: es un concepto fácil de entender. Está estrechamente ligado al «precio» y tenemos la suerte de contar con un medio de intercambio, el dinero, que permite colocar toda propiedad o servicio en una escala universal de valor: basta comparar el precio de dos artículos para determinar cuál es más “valioso”.
El valor se torna casi completamente subjetivo: ya no depende tanto del producto en sí, sino del número de compradores que lo desean. Los precios dependen también del gusto del consumidor, porque el valor económico, como la belleza, está en los ojos del que juzga. Y esto no sólo ocurre con algunas baratijas y artículos de lujo. La demanda, y, por tanto, el precio, fluctúa en cada sector del mercado, desde los almacenes de productos domésticos hasta el comercio de metales preciosos.
Todos estos valores: humanos, religiosos, morales ¿pueden basarse en el mismo principio subjetivo del deseo personal?
Muchos dirán que sí. De hecho, el modelo económico es el que prevalece cuando se habla de valores en la sociedad moderna. Se consideran como un asunto personal, un producto de los deseos y de las preferencias individuales o colectivas. De este modo los valores se reducen a una expresión de sentimientos personales, como la preferencia de un color en vez de otro o de un deporte en vez de otro.
Otros consideran, en cambio, que los valores tienen un elemento de estabilidad y objetividad. Esto permite calificarlos como buenos o malos, profundos o superficiales, superiores o inferiores.
La aplicación del modelo económico a los valores humanos en general tiene dos inconvenientes. El primero es la subjetividad, que separa los valores de la realidad de la existencia humana.
La segunda dificultad estriba en colocar todos los valores en el mismo nivel como si fueran conmensurables: pasarlos por el mismo rasero. En economía esto funciona bien: todos los productos de consumo están en una escala común porque se miden por su valor monetario. Los valores humanos no pueden someterse al mismo mecanismo. La sinceridad, por ejemplo, no puede compararse con un buen almuerzo. La sinceridad y la comida son valores, pero en niveles esencialmente diferentes.
Podríamos decir, como definición metodológica, que un valor es un bien que es reconocido y apreciado como bien, o, más brevemente, es un bien para mí.
Se pueden distinguir claramente dos dimensiones: (1) un valor debe ser algo bueno (dimensión
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