Caleb Halfpenny

Caleb Halfpenny es un adolescente promedio. Sus ojos son de color verde, su piel es morena, su cabello es oscuro, y él todavía está creciendo para ser tan alto como él lo será. E incluso si se ve normal, eso no significa que su vida es.

En el último cumpleaños de Caleb, recibió un regalo de su viejo tío Miles, a quien nunca había visto antes. De hecho, sólo se enteró de que el hombre era su tío, porque su padre se lo dijo.

Pues bien, el presente no era cualquier presente, era un libro con páginas en blanco, un diario. Fue una decepción para él porque no le gustaban los libros, no le gustaba la lectura y con toda seguridad no le gustaba escribir. Aun así, él sonrió y agradeció a su tío. Incluso le dio un breve abrazo.

Después de los presentes, llegó  el pastel y la fiesta continuó. Era una pequeña reunión, en su mayoría familiares, pero Caleb se divertía con sus primos. Siendo un hijo único, por lo general pasó el tiempo a solas, así que era agradable tener personas con quien pudiera jugar al fútbol y los videojuegos.

Cuando el reloj dio las seis, la gente comenzó a decir adiós. Después de todo, Caleb y su familia vivían en un barrio lejos de la ciudad y fue un largo camino a casa para los invitados. Tío Miles fue el último en decir adiós, y mi, un adiós extraño que era.

"Por ahora adiós, hijo". Dijo tío Miles mientras agarraba su sombrero. Espero que disfrutes tu regalo”.

"Gracias, tío. Estoy seguro de que lo haré", respondió Caleb tratando de parecer sinceramente interesado pero fallando en eso.

"Ah, veo que no te interesa mucho mi regalo, hijo. Podría parecer aburrido, pero recuerda que nunca debes juzgar un libro por su portada".

"¿Qué quieres decir?" Caleb le preguntó curiosamente.

"Ten cuidado, mi hijo, porque esto no es un diario, pero un libro, y mágico. Lo siguiente que debes hacer es escribir bien,  podría ser tu siguiente gran aventura". Tío Miles dijo emocionado. "Sólo asegúrate de que este siempre contigo y de tener una pluma en la mano". Con eso, el  Tío Miles alborotó el cabello de Caleb, se puso el sombrero, y cuando iba a salir, se detuvo bruscamente, se volvió a Caleb y le dijo: "Una cosa más, no le digas nunca a nadie sobre esto, porque si lo haces perderá su magia y sólo funcionará de nuevo cuando  se lo des como regalo a otro niño cuando seas mayor”. Él sonrió y se fue.

Caleb sintió un poco de miedo. Su tío era extraño, y aparentemente senil. ¿Cómo podía esperar que él se divierta mientras escribía en un libro? Un videojuego habría sido mucho mejor regalo. Él incluso considerar un par de calcetines hubiese sido un mejor regalo. Como no quería pensar más en ello, Caleb decidió probar uno de sus nuevos videojuegos antes de que sus padres le enviaran a la cama.

En la noche mientras se preparaba para la cama, Caleb recordó la conversación que había tenido con su tío. Cogió el libro de la pila de regalos que se encuentraba ahora en su cuarto y lo examinó. Parecía bastante normal, era sólo un pequeño libro con una cubierta de cuero negro duro. Luego lo abrió, notando que el papel era de color amarillo, como si se tratara de un libro muy viejo. ¡Qué extraño! parecía muy viejo y olía muy antiguo; tal vez su tío no sabía lo que le había dao como regalo y actualmente estaba alistada lo que podría ser un buen regalo. Lo que había dicho justo antes de irse no tenía ningún sentido. ". Lo siguiente que debes hacer es escribir bien,  podría ser tu siguiente gran aventura". ¿Eh? Pensaba durante un largo rato, entender el último mensaje críptico de su tío.

Dijo algo sobre la magia y la aventura; Caleb pensó, y mantener siempre una pluma y el libro conmigo.

"Bueno, creo que está loco, pero no estaría de más probar", dijo en voz alta, mientras se levantaba de su cama. Se acercó a su mochila, sacó una pluma y se sentó frente al  escritorio de su habitación. Abrió el libro, tomó la pluma y escribió su nombre.

Caleb Halfpenny

Nada sucedió. Por otra parte, sería absurdo pensar que algo iba a suceder si uno fuera a escribir su propio nombre en un libro. Voy a intentar algo fácil primero, muy fácil, pensó.

La habitación de Caleb es azul.

Justo después levantó la pluma al mismo tiempo que la ventana se abrió ruidosamente y un chorro de viento llenó la habitación.  Caleb sobresaltado volvió para mirar la ventana con una expresión de la más tonta formada en su rostro, sus ojos estaban muy abiertos, boquiabierto, y  tenía una mirada de incredulidad absoluta. ¡Era real! Su habitación era de color azul; las paredes una vez blancas, eran ahora de color azul oscuro al igual que todos los muebles

"Oh, Dios mío, ¡no puedo creerlo! ¡Funciona!" casi gritó. "¡Ese viejo loco podría no ser tan loco como yo pensaba!". Se sentía tan emocionado, pensamientos e ideas corrían a través de su mente más rápido que un tren de mercancías, convirtiendo en azul habitación que había trabajado, pero todavía se preguntaba hasta qué punto el libro realmente podía hacer. Y si se podía hacer nada, entonces las posibilidades son infinitas. El libro tonto, viejo, feo y sucio paso a ser un regalo que valía la pena. Caleb comenzó a escribir.

Japón feudal.

Paso un rato y nada sucedió. Se preguntaba por qué al mirar alrededor de su cuarto. Claro que todavía era azul pero no veía nada como Japón feudal. Se levantó para cerrar la ventana ya que no había más viento que soplara, sin embargo, el aire se sentía un poco  frío. Él se sentó de nuevo y examino el libro lo que había escrito.

Tal vez sólo funciona si se utilizan frases completas, pensó, y con esto en su mente, él agarró la pluma y escribió lo primero que le vino a la mente.

Caleb tiene un gran elefante africano.

Hubo un gran accidente y un bramido fuerte detrás de su espalda. Cuando estaba dando la vuelta, se sintió emocionado y un poco preocupado. Lo que vio  no podía creer; allí donde su cama solía estar, encontro un gran elefante africano, colmillos, y todo. Su cama estaba completamente destruida. Caleb se sentia más que un poco preocupado. En primer lugar, este animal era grande, muy grande. tanto de ancho y de alto. Él alcanzó el techo y casi no tenía ningún espacio para moverse, y Caleb parecía estar atascado a la esquina donde estaba su escritorio.

No quería de mascota a el elefante y  no sabía qué hacer, de repente el elefante comenzó a barritar y a moverse de  lado a lado; parecía enojado. Caleb se preguntó brevemente si sus padres podían oír lo que estaba sucediendo en su habitación. Tenía la esperanza de que no, porque ¿cómo podría explicar que tenía un elefante de 13 pies que estaba dentro de su habitación, pero había destruido la mayor parte de ella?  Comenzó a entrar en pánico cuando recordó lo que su tío le había dicho. No podía decirle a sus padres sobre el libro o de lo contrario dejaría de funcionar, y tenía la sensación de que la única manera de que pudiera arreglar este lío estaba en escribir cómo quería que se arreglara. Él todavía estaba pensando en lo que iba a hacer cuando oyó la voz de su madre.

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