Capitulo 10 las preguntas de la vida

LAS PREGUNTAS DE LA VIDA

Fernando Savater

Capítulo 10: “Perdidos en el Tiempo”

Mi opinión acerca de este capítulo relacionado con el tiempo y la percepción que el autor tiene sobre él, es bastante controvertida. Por una parte, puede parecer que sí sé lo que es el tiempo y cuál es mi evolución en él, pero por otro lado, si tuviera que explicarlo no sería capaz. Creo que el tiempo es uno de los conceptos más difíciles de definir hoy en día, pues ni con la mejor tecnología, ni los conocimientos más avanzados seriamos capaces de entenderlo por completo, y mucho menos controlarlo.

También podría decir que no estoy de acuerdo con ciertas expresiones como pasar el tiempo, tener o no tener tiempo, haber tiempo, etc., creo que somos nosotros los que estamos controlados por él, del que dependemos completamente y a el cual estamos atados desde que nacemos.

Además, también es importante hablar sobre la idea o percepción que tiene la sociedad sobre el tiempo. Se podrían distinguir dos diferentes, el tiempo natural, como dice el autor, el cual rige la naturaleza y el universo, no se puede modificar y sigue sus propias reglas, y el tiempo social, el establecido por los humanos, el que nosotros si podemos controlar, pero que al final y en mi opinión, acaba controlándonos a nosotros. El estrés y el ritmo de vida al que estamos sometidos nos acaban convirtiendo en sus esclavos. Nuestra vida está marcada por el tiempo, pienso que todo lo que hacemos, las decisiones que tomamos, son en consecuencia del tiempo que tenemos, o del tiempo que queremos dedicarle, ya sea desde los momentos más insignificantes del día a día hasta el trabajo que realizaremos durante toda nuestra vida.

Podría decir también que para mí si hay un tiempo dividido en pasado presente y futuro. El pasado es todo aquello que he vivido y que ahora son mis recuerdos, el presente es el lo que vivo en cada momento, el único “real” y el más importante, y el futuro, incierto, pero que puedo crear a partir de mis ilusiones, sueños, con el trabajo de cada día. En este aspecto no estoy de acuerdo con el autor, puesto que él, al igual que san Agustín, defiende la idea de que solo existe el tiempo presente.

Para finalizar, desde mi punto de vista, creo que es fundamental tener clara la idea de que aunque es el tiempo el que nos controla a nosotros, pues somos insignificantes y efímeros comparados con él, sí podemos adaptarnos a ese ritmo y disfrutar de él, sin estrés, sin marcarnos un ritmo de vida que no podemos seguir, que no es natural y que no ha sido establecido por el destino, y de esa manera conseguiremos, como bien dice el título, no perdernos en el tiempo.

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