Ceguera: Mito O Realidad
Enviado por Genaro17 • 2 de Diciembre de 2012 • 894 Palabras (4 Páginas) • 445 Visitas
CEGUERA: MITO O REALIDAD
La naturaleza de ser natural, por Alpidio Rolón Garcia.
“¿Que usted no es ciego?” “Pero..., ¡es que usted no parece ciego!” “Si no es ciego, ¿cómo es que me está mirando a los ojos?” “¿Usted no ve nada? ¿De verdad que usted no ve nada? ¡No entiendo, no entiendo! “Si no me dice que es ciego, no se lo creo.” “Usted actúa tan natural, que no parece ciego.” Para muchos, ciego, ceguera, natural y naturaleza, son términos mutuamente excluyentes. Para los miembros de la Federación Nacional de Ciegos, ceguera y naturaleza son compatibles y armoniosos.
La ceguera, como nos dijo el Doctor Kenneth Jernigan, es una característica. Es pérdida de vista, no de visión. Ser ciego por tanto, no significa incapacidad para ver. Especialmente, si tenemos en cuenta que ver significa conocer, internalizar, aprehender. Por su parte, naturaleza y natural se definen como la: “esencia y propiedad característica de cada ser.” “conjunto, orden y disposición de todo lo que compone el universo.” “principio universal de todas las operaciones naturales e independientes del artificio.” “virtud, calidad o propiedad de las cosas.” “espontáneo y sin doblez en su modo de proceder.” Para muchos, la ceguera no es natural. Su naturaleza por tanto, es ajena y extraña. Especialmente, si tenemos en cuenta que dicha apreciación, tiene su origen en prejuicios milenarios que perpetúan una imagen estereotipada sobre la ceguera. Una imagen que proscribe cualquier probabilidad de espontaneidad, esencia o virtud.
La Biblia nos dice en el Capítulo 23 de Levítico que: “Ninguno de tus descendientes por sus generaciones, que tenga algún defecto, se acercará para ofrecer el pan de su Dios.” Los ciegos son los primeros en esa lista de “defectuosos” que no pueden servir a Jehová. Le siguen otros “defectuosos” tales como; cojos, jorobados, enanos o personas con nubes en los ojos. Obviamente, teniendo en cuenta que dicha caracterización proviene de la Biblia, el peso de esta es enorme. Después de todo, es Jehová quien así ordena a Moisés.
Por si fuera poco, La Biblia nos presenta la ceguera en innumerables ocasiones, como el peor de los castigos. En Deuteronomio 28:29, la ceguera como castigo adquiere una mayor
dimensión ya que se nos dice: “y palparás a mediodía como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos;”. La imagen del ciego que palpa todo a su paso, es una que todavía, no empece los adelantos de nuestra era, persiste en la mente de muchos. Siendo ésta la palabra de Jehová, la ceguera como castigo, y la imagen que ella conlleva, socavan toda posibilidad de que la veamos como natural.
La literatura, al igual que La Biblia, ha perpetuado la imagen e idea de la ceguera como castigo divino e inexorable. En Edipo Rey por ejemplo, según
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