Como se da el Geopolitica del conocimiento

Desde los años ochenta los estudiosos decoloniales han proporcionado material teórico crítico con el fin de desmontar cómo el discurso civilizatorio de la modernidad ha permeado la producción de conocimientos de Occidente. Las preguntas sobre la episteme, el loci de enunciación y la crítica a la objetividad han sido tradicionalmente evocados y discutidos incluso hasta la actualidad y representan temas indispensables en el intento de descentrar la producción de conocimiento y la construcción de la realidad, desarmando las practicas disciplinarias, y configuraciones axiológicas naturalizadas. Sin embargo existe una variable que pocas veces ha sido alcanzada de forma profunda por las críticas decoloniales: la forma cómo las configuraciones de género están determinadas o atravesadas por la colonialidad.

La mayoría de los estudios en materia de género y sexo han sido llevados cabo bajo el enfoque feminista, aunque este enfoque es poco homogéneo para representar un paradigma con un centro duro conceptual, ha aportado un corpus teórico significativo,  evidentemente crítico que atenta de forma explícita contra las convencionalidades epistemológicas y que ha llevado progresivamente a la problematización de los enunciados  del conocimiento moderno, por reposar  estos sobre los supuestos de existencia del proyecto civilizatorio moderno. En resumen, la crítica feminista centra su esfuerzo en la deconstrucción del carácter universal y natural de la Modernidad, en relación a los cánones de masculinidad y la subyugación de la mujer (Lander, 2000:05).

Por lo tanto, nuestro estudio se adscribe a intereses que dentro de la tradición académica corresponden con las críticas feministas, pero que sin embargo queremos abordar dentro del desarrollo conceptual-analítico de los estudios decoloniales y el proyecto Modernidad/Colonialidad. Nos evocamos en el presente ensayo  al análisis de la construcción de la mujer occidental en el psicoanálisis freudiano;  se intenta reflexionar sobre configuración discursiva de la otredad de género, asumiendo como base una premisa que los estudiosos decoloniales han enarbolado desde su génesis, el sujeto cognoscente, ontico y enunciante del proyecto modernizador es “hombre, blanco, europeo” (Castro-Gomez, 2005:55). Por lo tanto, corresponde a nuestro estudio hacer de forma aproximada, un análisis de cómo bajo los axiomas modernos donde el hombre europeo es el sujeto, se piensa y se crea un discurso sobre la mujer.

Las obras de Sigmund Freud son frecuentemente analizadas bajo las premisas feministas como ya se mencionó con anterioridad, no obstante también existen algunos análisis de tal autor bajo los estudios decoloniales, sin embargo estos evocan generalmente a criticas de índole epistemológicas y enunciativas, pero no suelen reflexionar con relación al género. Un caso importante a mencionar en el cual se evoca a Freud , es en la obra El Legado de la Sociología, la Promesa de la Ciencia Social (1998) en la cual establece con relación al autor:

… Algo puede ser descrito como racional sólo si hay otras cosas que pueden ser descritas como irracionales. Freud entró en el ámbito de lo que era aceptado socialmente como conducta irracional y neurótica. Su aproximación fue descubrir la racionalidad subyacente de esta conducta aparentemente irracional. Siguió hacia adelante a lo más irracional, lo psicótico, y halló allí una explicación que podemos llamar racional, una vez más la huida ante el peligro… (1998:21).

        Como se puede ver, el estudio de Wallerstein,  aunque valioso para comprender cuán importante es “el inconsciente” como categoría desafiante hacia  el racionalismo y también como categoría que lo promueve en sociología y en las ciencias sociales,  el autor decolonial se limita solo un aspecto epistemológico y ontológico. Aun existiendo la posibilidad de visibilizar el hecho de que es posible pensar a la mujer más cercana a la inconsciencia humana, tal como asevera Freud en distintas obras, Wallerstein no lo hace visible. Probablemente porque el tema abordado es otro, no obstante podría producirse material critico a este respecto  dado que la realidad es que las fuentes son escasas y las críticas en relación a la mujer vienen de otros enfoques.

No obstante, el sexo como variable dentro de los estudios decoloniales es tocado principalmente por Anibal Quijano,  éste establece que «los cuatro ámbitos básicos de la existencia humana son: sexo, trabajo, autoridad colectiva y subjetividad/intersubjetividad, sus recursos y productos» de tal modo enarbola el sexo y más tarde hace mención del género como categoría en profunda intersección con la raza, ya que al igual que ésta sirvió para la clasificación y la imposición de una nueva subjetividad (). De tal modo se da cabida a considerar a la modernidad como un motor generador de prácticas disciplinarias para la conformación de un tipo específico de sujeto, tales prácticas consideran dentro de su campo al género.

Asimismo, se pudo hallar en la obra Genero y Colonialidad de Lugones María un abordaje a la colonialidad y el género intentado y, haciendo eficientemente una cartografía del poder global desde lo que llama el sistema mundo moderno/colonial de género. La introducción de género dentro del sistema mundo nos permite hablar de las divisiones, y las diferenciaciones de género, como parte constitutiva así como lo es la raza dentro de la articulación del trabajo, es por tal motivo que en seguida se toma en cuenta este aporte para emprender el análisis de la mujer y su puesto en la sociedad, tomando como ejemplo la obra freudiana.

Para comenzar con un análisis de las obras freudianas tenemos que tener en cuenta el contexto en el que se desarrolla su pensamiento, la mayoría de sus obras se ubican cronológicamente a comienzos del siglo XX en Europa. En tal contexto se manifestaban los retazos de una ola industrial voraz en la cual incluso la mujer, antes relegadas a trabajos domésticos, ahora formaba parte de la mano de obra proletaria asalariada sometida a duras condiciones febriles (Lugones, 2008:09). Asimismo, siguiendo a la misma autora, las reivindicaciones de la mujer estaban incipientes, existían ya algunas luchas llevadas a cabo para la consecución de derechos iguales a aquellos que poseían los hombres. Evidentemente tales manifestaciones no calaron de forma importante. Transición

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