Condición Humana Y Virtudes

Condición Humana y Virtudes

La condición humana actual nos lleva al extremo, mientras unos buscan la libertad total otros tantos buscan que se retorne a las costumbres de antaño.

Los que buscan la libertad total caen el libertinaje, en el desorden y en el hecho de actuar sin medir consecuencias. Se pierden en el afán de quitar lo “viejo” y crear una revolución mal entendida sobre lo que debe de ser.

Los que se encuentran en el otro extremo, los que creen que se debe regresar a como era en tiempos de nuestros antepasados, cuando las tradiciones y creencias marcaban la vida de las personas y ataban, de cierta manera, su pensar y actuar.

En lo personal, me parece que una característica que deberíamos tomar en cuenta es la prudencia, respecto a Platón y Aristóteles.

Para Platón, en sus palabras, la prudencia es “la virtud propia de la razón”. Aunque no es lo más importante para Platón, la prudencia la expresa como pensar en la justa medida cómo actuar, lo cual es muy importante en la situación actual de nuestro mundo.

Y para Aristóteles, quien consideró la prudencia como el areté (virtud), es la fuente del obrar moralmente bueno. Es “el tipo y la medida de lo que se ha de hacer u omitir”, el equilibrio y el justo medio del cómo debemos de actuar.

Algo que, así como la prudencia es igualmente importante es el camino a ser felices en nuestro mundo, como Aristóteles proponía. Sin embargo, me parece que la felicidad de Aristóteles carece de algo muy importante, como es el placer que nos produce hacer todo aquello en nuestra vida.

Y esto lo propone Epicuro, en la escuela helénica llamada Hedonismo, la cual propone que “más placer, menos dolor”. Y todo esto lo propone en la ataraxia que se asocia con la imperturbabilidad del ser. Me parece que éste es el camino para que el hombre sea feliz, porque podríamos englobar al Hedonismo en la idea central de que “ni lo bueno, ni lo malo puede evitar la consolidación de mi integridad” lo cual nos orienta a pensar a que disfrutar de lo que nos acontece en cada momento sin importar las dificultades que se nos propongan.

Sin embargo, esto no significa vivir en la irresponsabilidad, porque como diría Aristóteles: “La virtud en exceso se convierte en vicio”.

Así es como me parece que deberíamos buscar nuestra felicidad y nuestro camino en éste mundo.

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