Control Ética a Nicómaco

Control Ética a Nicómaco

Mauricio Barrena

¿Por qué las virtudes son importantes para alcanzar la felicidad?

Aristóteles a través de su libro plantea que para alcanzar la felicidad esta se debe trabajar a través de actos y hábitos correctos. Habla de que una persona alcanza la felicidad, no con actos ni diversiones vanas, sino que haciendo el bien para otros y para sí mismo. La siguiente cita refleja lo dicho anteriormente. “Toda arte y toda investigación, y del mismo modo toda acción y elección, parecen tender a algún bien; por esto se ha dicho con razón que el bien es aquello a que todas las cosas tienden” (Página 1).

El autor también define la felicidad como la Eudaimonia, de la palabra Eu, que significa bueno, y daimon, que significa espíritu. A través de esta síntesis Aristóteles nos dice que la felicidad tiene que ver con el buen espíritu. La siguiente cita muestra lo dicho. “Concuerda también con nuestro razonamiento el que el hombre feliz vive bien y obra bien, pues se dice que viene a ser una buena vida y buena conducta” (Página 10).

De esta forma se dice que, para alcanzar la felicidad de manera correcta se deben hacer buenos actos y hábitos, de manera que el ser actual este lo mas cercano posible a su propio daimon, solo en esta circunstancia se alcanzara la felicidad real. La mejor forma de alcanzar nuestro daimon es a través de la virtud, con este se alcanzarán acciones buenas y nobles, ninguna acción hecha con una virtud especifica será mala o dañina para uno mismo. La siguiente cita lo muestra de mejor forma. “Nuestro razonamiento está de acuerdo con los que dicen que la felicidad consiste en la virtud o en una cierta virtud, pues pertenece a esta la actividad conforme a ella” (Página 10).

Es necesario especificar que el hecho de tener un habito o hacer una acción no necesariamente hace buena a una persona. El habito de dormir hasta tarde o no ayudar en la casa no te acercan a tu daimon si este no produce ningún bien especifico a alguien. Esto solo sucede a través de la acción y el estar activo.

Es necesario hablar de la virtud como un equilibrio de acción entre los excesos y las carencias. Un hombre que tiene muy poco valor para enfrentar los problemas es un cobarde, y uno con exceso de valor es alguien que no le teme a morir. Ambos son excesos que terminan haciendo daño al cuerpo y el alma de la persona. Por eso al actuar a través de la virtud se llega a la felicidad en un punto de equilibrio sin generar daños o consecuencias para la persona que actúa de esta forma.

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