Cristianismo
Enviado por may_oejfs • 3 de Diciembre de 2014 • 1.347 Palabras (6 Páginas) • 166 Visitas
Heráclito (540-470 a.c.) El cree que al universo lo domina el enfrentamientos de los contrarios, por lo cual dice que el mundo es totalmente dinámico, que su fututo es imprevisible, ya que todos los seres cambian constantemente, dejando de ser lo que ya era, sin seguir ningún tipo de orden establecido, en este pensamiento es expresado la famosa frase “Nunca podrás bañarte dos veces en el mismo rio” El devenir es el principio de todas las todas. Todo es fuego que se enciende y se apaga según una medida. El cambio, el devenir, está regido por el logos. El logos regula el devenir como una ley inmanente al mundo. El devenir se da según la lucha de los contrarios. La tensión entre los contrarios en lucha genera el movimiento; por eso a la paz sigue la guerra y a ésta nuevamente la paz. “La guerra es la madre de todas las cosas”, dice Heráclito. Y este movimiento retorna eternamente sobre sí mismo. Al terminar el gran año solar todo vuelve a comenzar y a repetirse ("eterno retorno").
Parménides (530-515 a.c.) Estaba convencido de que con el pensamiento solo se puede llegar a la verdad, ignorando los datos de los sentidos en la medida en que no respondan a lo que la razón muestra como verdadero. Afirmaba que: “Es necesario decir y pensar que el ser es y que el no ser no es. ”Sólo este camino nos conduce a la verdad”. Decía que el ser no es y que el no ser es nos extravía, nos conduce al error, a la mera opinión. Su primer principio no es el agua, el aire, o lo indeterminado, sino el ser. Pero, ¿cómo es el ser? Parménides afirma que el ser es uno, inmutable, inmóvil, indivisible e intemporal. Las razones en las que fundamenta esta descripción son puramente lógicas. El ser es único porque, si hubiese dos seres, ¿qué los diferenciaría? ¿El ser? No, porque es lo que tienen en común. ¿El no ser? Tampoco: si el no ser no es, no puede ser causa de la diferencia. Por lo tanto el ser es uno. Además, el ser no puede cambiar: no puede cambiar hacia el ser, pues ya es, y ¿cómo podría cambiar hacia el no ser, si el no ser no es? Pero, ¿qué hay del mundo sensible, en el que encontramos muchas cosas, y de nosotros mismos, que somos muchos y estamos sometidos al cambio? Parménides mantiene la rigidez de su lógica y afirma que este mundo no es. Por eso sostiene que los sentidos nos engañan: nos muestran un mundo de multiplicidad sujeto al cambio.
POSTURA FRENTE AL MUNDO
“EXISTE UN DEVENIR PERPETUO. EL MUNDO ES CAMBIANTE Y NO ESTATICO” (Heráclito)
Todo es dinámico, nada es permanente en la realidad. Sencillamente porque no hay nada que se libre del inclemente cambio, todo está sujeto a él. El cambio es lo único real, lo único que no es ilusorio, todo es y no es a la vez. Heráclito sostiene que nadie puede bañarse dos veces en el mismo río, pues la segunda vez que nos bañamos el agua ya no es la misma, ya no podemos llamar con el mismo nombre a un objeto que es, en rigor, diferente.
“NO EXISTE EL DEVENIR. EL MUNDO ES ESTATICO” (Parménides)
“Todo lo que es, es y lo que no es, no es” No es posible pensar ni hablar acerca de lo que no existe. A partir de esta premisa, Parménides argumenta que nada se genera ni se destruye y que por tanto nada cambia. Cualquier cosa en la que reposemos el pensamiento no morirá nunca, permanece para siempre, aunque haya cambiado en su apariencia, porque en el Ser, nada muere, todo está a salvo. El verdadero saber y el verdadero camino es el del Ser.
Se dice que las concepciones de Parménides y Heráclito son opuestas o antagónicas. La afirmación “Todo Fluye”, significa que el cosmos es una realidad en permanente cambio, pues el cambio está en el origen. Para Parménides la exigencia de la razón obliga a admitir
...