¿De Qué Desespera El Hombre Según Kierkegaard?
Enviado por Belen93 • 22 de Noviembre de 2012 • 1.000 Palabras (4 Páginas) • 593 Visitas
¿De qué desespera el hombre según Kierkegaard?
Para dar respuesta a esta interrogante me basaré en un extracto del texto leído en clases, Kierkegaard (en enfermedad mortal) dice que:
Un desesperado desespera a propósito de algo. Esto es lo que parece a primera vista, pues en seguida se muestra la verdadera desesperación, o la desesperación en su verdadera figura. Mientras el hombre desesperaba de algo, lo que propiamente hacía no era otra cosa que desesperar de si mismo. Esto es lo que le pasa, por ejemplo, al ambicioso de dominio, al que tiene el lema de –o César o nada-, que en cuanto no llega a ser César, se pone a desesperar sobre el particular. Pero en realidad lo que esto significa es algo distinto, a saber: que tal sujeto, precisamente por no haber llegado a ser César, ya no puede soportar ser sí mismo. Por lo tanto, no desespera propiamente sobre el particular de no haber llegado a ser César, sino del propio yo que no lo ha llegado a ser. (Página 39-40).
Es necesario plantear que la enfermedad mortal como término que hemos ido interiorizado cotidianamente (Enfermedad que en algún momento culminará con la muerte del cuerpo), no es lo mismo a lo que hace referencia el autor, él nos detalla que la desesperación es la enfermedad mortal justamente porque hace que nos enfrentemos al sentido eterno de nosotros como seres humanos, ya que el desesperado esta impedido de morir por más que así lo desee, esto es lo que imposibilita a la desesperación a ver a la muerte como la estación culmine de la que hacemos alusión habitualmente, como el fin de nuestras desdichas y de nuestras peores enfermedades, y la desesperación tiene tal poderío que nos deja en evidencia de una de las peores carencias, como lo es el ya no tener ningún tipo de esperanza , inclusive suprimiendo la esperanza más elemental, la de morirse y es allí donde nos toca comenzar a morir la muerte, es decir, debemos vivir nuestro mismo morir.
Aunque se debe dejar en claro que el objetivo de la desesperación es precisamente el contrario, la desesperación solo anhela su autodestrucción pero como se ve incapaz de conseguir su objetivo, se va volcando cada vez más hacia lo interno, transformando a esto en el verdadero gran suplicio del desesperado, el hecho de no poder en momento alguno deshacerse del todo de si mismo y reducirse a nada; es el eje principal en la vida del desesperado.
Volviendo al ejemplo mostrado en el extracto anterior (el del hombre que desea convertirse en césar), al ver menguados sus anhelos se da cuenta de que le resulta insufrible que su propio yo no haya podido ser lo que quería, pero lo más apremiante es que no puede deshacer de sí mismo, dejando en claro que esta pugna es su único y mayúsculo sufrimiento.
A modo de resumen podría decir que uno siempre desespera de sí mismo (en el mismo sentido de que desespero de no querer ser mí mismo) y que el yo que quiero ser es el
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