Devenir Filosofico

DEVENIR HISTÓRICO DE LA FILOSOFÍA

En el largo recorrido del ser y quehacer filosófico, se ha querido partir de la temática que apunta a una conceptualización, hacia una definición de ¿Qué es Filosofía?

En esta Unidad primera, se acude con gran espíritu de reflexión e interiorización, realizando una visita histórica a la idea de la filosofía presente en sus orígenes geográficos, pero también anclada en la mente de todo aquel que busca respuesta a las cuestiones, en torno a los tres grandes ejes fundamentales: mundo, hombre y Dios. Al mismo tiempo que se busca no sólo dejar el sentido de esta, olvidado en un maravilloso baúl de los recuerdos, sino exponer en líneas de principios generales algunos expositores post-modernos que actualizan la memoria escrita y transmitida del ejercitar el espíritu humano en ese amor por la sabiduría.

La presentación de los métodos filosóficos preponderantes en la historia de la filosofía, aún nos interpela sobre su validez y practicidad, al igual que el conocimiento de estos impulsa el desarrollo de nuestros pre saberes.

Haber usado como un retrovisor al sumergirnos en el pasado de la filosofía, mediante la construcción de la línea de tiempo, permite al hombre y mujer de hoy, que tienden a cultivar el saber a través de estos ejercicios intelectuales, no dejar expirar o adormecer esa capacidad de racionalidad innata, que permite elevarse por encima de los instintos y emociones, constitutivos del ser humano.

Hoy por hoy, el uso de toda la tecnología educativa, con la gran variedad de matices y alcances que ofrece, posibilita al amante de este arte del saber, no desconocer los grandes y sublimes aportes que otros han hecho en el devenir de la historia, y más bien, conectarse en esa línea cronológica, para seguir dando aires nuevos y metodologías apropiadas para que ese intento por definir la filosofía, tenga también en nosotros, actores constructivos en el presente que nos caracteriza y un futuro que espera recibir, la cadena de conocimientos que nos ha sido transmitida.

Finalmente, haberse insertado en esta historia de la cual tú y yo hacemos parte, argumenta con mayor razón el sentido del ser y quehacer de la filosofía. No es un resquicio anticuado e inútil por su inoperancia práctica, sino que toda ella entreteje, penetra, acompaña, interpela, fundamenta y construye las dimensiones del saber, que se explicitan en las diversas ramas del conocimiento científico, pero que también se explana en la cotidianidad del ser humano. Adentrarse en este espectro marcado por la objetividad y que hace que nuestras ideas sean sometidas a una valoración crítica, proporciona al espíritu inquieto un grado de impulsividad para alcanzar nuevos y coherentes conocimientos que cualifican la existencia humana.

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