Dinamica Del Amor
Enviado por xavi19 • 5 de Abril de 2013 • 2.240 Palabras (9 Páginas) • 465 Visitas
La escritora norteamericana Carson McCulers dice en su novela "La balada del café triste" que ante todo, el amor es una experiencia compartida por dos personas, aunque la experiencia no será, en esencia, la misma para cada una.
En su tesis coexisten el amante y el amado, dos seres que provienen de regiones distintas. Muchas veces la persona amada es sólo un estímulo para todo el amor dormido que se ha ido acumulando desde hace tiempo en el corazón del amante. Y de un modo u otro todo amante lo sabe. Siente en su alma que su amor es algo solitario. Conoce una nueva y extraña soledad, y este conocimiento le hace sufrir.
Así que el amante apenas puede hacer una cosa: cobijar su amor en su corazón lo mejor posible; debe crearse un mundo interior completamente nuevo, un mundo intenso y extraño, completo en sí mismo. Y hay que añadir que este amante no tiene que ser necesariamente un joven que esté ahorrando para comprar un anillo de boda: este amante puede ser hombre, mujer, niño; en efecto, cualquier criatura humana sobre esta tierra.
De esta manera, el amado también puede pertenecer a cualquier categoría. La persona más estrafalaria puede ser un estímulo para el amor. Un hombre puede ser un bisabuelo recalcitrante y seguir amando a una muchacha desconocida que vio una tarde en las calles dos décadas atrás. Un predicador puede amar a una prostituta.
El amado puede ser traicionero, astuto o tener malas costumbres. Sí, y el amante puede verlo tan claramente como los demás, pero sin que ello afecte en absoluto la evolución de su amor. La persona más mediocre puede ser objeto de un amor turbulento, extravagante y hermoso. Un buen hombre puede ser el estímulo para un amor violento y degradado, y un loco tartamudo puede despertar en el alma de alguien un cariño tierno y sencillo.
Por lo tanto, el valor y la calidad del amor están determinados únicamente por el propio amante. Por este motivo, la mayoría de nosotros preferimos amar que ser amados. Casi todo el mundo quiere ser el amante. Y la verdad a secas es que de un modo profundamente secreto, la condición de ser amado es, para muchos, intolerable. El amado teme y odia al amante, y con toda la razón. Pues el amante está tratando continuamente de desnudar al amado. El amante implora cualquier posible relación con el amado, incluso si esta experiencia sólo puede causarle dolor.
En esta sensible concepción del amor, Carson McCullers muestraliterariamente una posible dinámica entre las dos concepciones de "conocimiento del amor" que expone la filósofa Martha Nussbaum. El objetivo del ensayo no es pues, ejercer diatribas o ditirambos contra una de las concepciones, sino localizar a través de la relación entre amante y amado, la incapacidad de aceptar definitivamente a una de las dos proposiciones.
Para comenzar, Nussbaum desarrolla en su texto la crítica que Proust hace al intelectualismo, crítica según la cual se afirma que conocer la condición del corazón cuando se trata de amor, no es trabajo del escrutinio intelectual, ni de la exactitud, imparcialidad y frialdad del método científico.
Afirma que la construcción intelectual para conocer dicho sentimiento culmina por convertirse en estratagema, y finalmente, que para sobreponerse a los obstáculos contra la verdad, se necesita de un instrumento "más sutil, más poderoso y más apropiado para comprender la verdad": el sufrimiento, instrumento que conduce a la impresión cataléptica.
Más adelante se pone de manifiesto que las impresiones deben ser descifradas debido a que pueden ser interpretas en múltiples sentidos, y a que corrientemente se le atribuye al dolor y al sufrimiento la función del criterio, aspecto por el cual se recurre a la reflexión.
En efecto, Proust afirma que aunque en el amante bulle el amor, éste se desarrolla únicamente en él, y que, como no puede conocer los sentimientos del otro, se sume en el escepticismo y consecutivamente en el solipsismo.
Esta actitud fatalista de amor en soledad, recuerda la concepción del "hombre solitario y taciturno" en el texto de Thomas Mann: Muerte en Venecia, "Los sentimientos y observaciones del hombre solitario son al mismo tiempo más confusos y más intensos que los de la gente sociable; sus pensamientos son más graves, más extraños y siempre tienen un matiz de tristeza. Imágenes y sensaciones que se esfumarían fácilmente con una mirada, con una risa, un cambio de opiniones, se aferran fuertemente en el ánimo del solitario, se ahondan en el silencio y se convierten en acontecimientos, aventuras, sentimientos importantes. La soledad engendra lo original, lo atrevido, y lo extraordinariamente bello, la poesía. Pero engendra también lo desagradable, lo inoportuno, absurdo e inadecuado."
En medio de la soledad y la reflexión, las impresiones catalépticas conforman la materia prima de leyes e ideas generales, en otras palabras, pensamos lo que antes hemos sentido, generando un vínculo que hace posible la expresión de la impresión del sufrimiento a través del arte. McCullers afirma en la novela que "La verdadera historia de amor es la que tiene lugar en el corazón de los amantes, y ésta nadie sino ellos pueden llegar a conocerla. El amor en todo caso es una experiencia en la que siempre conviven lo cómico y lo sublime."
Este fragmento solo puede tenerse en cuenta cuando el amante jamás expresa su amor al amado. En este sentido, se estanca en el solipsismo de Proust. El amor no es simplemente una experiencia repetida sino un rasgo estructural permanente de nuestra alma. De hecho, puede que parezca más afín con ella, pero se debe tomar en cuenta otra circunstancia, en la que ambas personas llegan a vincularse: aunque el amor surge con más fuerza en el amante, el amado hace parte del contrato (tácito o no) al aceptar dicho sentimiento, allí se genera un vinculo del cual él también es responsable y conciente, y que al haber aceptado descubre que lo desea, pues resultaría poco sensato aceptar libremente una relación cuando se repudia a la persona.
De esta manera, y retomando la importancia que Nussbaum le atribuye a la "historia de amor", se pude proponer sin demasiados conflictos, que en el amado también existe otra historia que contar, una historia no menos fuerte y conflictiva, una historia sincera, en ocasiones cruel y siempre humana, pues no es atrevido afirmar que no existen humanos destinados exclusivamente a tomar una de las pociones: amante o amado.
En "El Ser y la Nada", Sastre afirma que la realidad humana no es sólo "ser-para-sí", sino que es también "para-sí" en tanto que es "para-otro".
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