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EJERCICIO DE ANÁLISIS EXEGÉTICO


Enviado por   •  1 de Mayo de 2014  •  1.651 Palabras (7 Páginas)  •  383 Visitas

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EJERCICIO DE ANÁLISIS EXEGÉTICO

La parrhesía que ha interesado bastante a Foucault como una práctica del decir veraz sobre sí mismo, es abordada desde un análisis de las formas aletúrgicas con las que busca explicarse: cómo el sujeto se representa así mismo como alguien que dice la verdad. Por lo tanto, no interesa en esta ocasión estudiar con demasiado énfasis las formas epistemológicas de la parrhesía, es decir, bajo qué condiciones un discurso es tomado como verdadero. Lo que busca rescatar Foucault de este asunto, son las relaciones que emergen a partir de estas prácticas del decir veraz entre los sujetos, puesto que ésta práctica del decir veraz, debe estar necesariamente desarrollada por dos sujetos; comprender que todos estos hechos tienen origen desde la Antigüedad grecorromana es un rasgo importante del análisis, teniendo en cuenta que era una prioridad el decir la verdad sobre uno mismo, y mantenerse en un trabajo constante por alcanzar el bienestar del alma.

En cuanto a la función desde luego de ese otro, es muy importante el trabajo que lleva a cabo en cuanto a que se encarga de interpelar al otro para que éste diga la verdad sobre sí mismo, motivado por el hablar franco de aquel que lo exhorta. Y estas relaciones que se producen a partir de las relaciones con el otro es lo que va a interesar a Foucault. Sin embargo, la noción de parrhesía es ante todo una noción política, puesto que fue desde sus inicios establecida en la esfera de la política y la problematización de la democracia, a partir de esto fue llevada al campo ético donde el sujeto se conforma a sí mismo como un sujeto moral.

Dentro de los parámetros importantes para que pueda darse la parrhesía, es necesario que exista una relación entra la verdad y el sujeto que predica dicha verdad, y que se encuentre presente en el parrhesiasta el coraje de interpelar al otro, con lo que se corre el riesgo de finalizar un vínculo mediante el cual ya no será llevado a cabo su discurso. La parrhesía no sólo arriesga la relación establecida entre quien habla y la persona a quien se dirige la verdad, también peligra en un momento determinado la vida del que habla. Este riesgo sin embargo es asumido, puesto que la parrhesía es considerada una actitud, una manera de ser y de vivir que debe conducir a la virtud, y que por supuesto no sería posible sin la exaltación del rol de quien exhorta a los otros a decir la verdad.

El máximo exponente de ésta practica en el ámbito ético, puesto que prefiere afrontar la muerte antes de renunciar a decir la verdad, pero no es político porque no accede a ejercer ese decir veraz frente a una Asamblea, es Sócrates. Cuya característica principal es manejar un discurso sin adornos formales y estéticos, y con esto una búsqueda de la verdad sin más, es decir, la verdad entendida como un fin en sí mismo, y no una habilidad para hablar que tenga tras de sí una cantidad de pretensiones. En todo caso, desde el comienzo está consciente de los riegos que correrá al estar dispuesto a decir siempre la verdad en todo momento, y quizás correr el peor de los riesgos, que es olvidarse de sí mismo. Pero desde luego, Sócrates no tiene dudas de que el discurso no elaborado y construido de forma simple, puede lograr que lleguemos a la verdad de nosotros mismos. Sócrates se opone y procura tomar distancia con la parrhesía política, ya que maneja mecanismos propios de un discurso que busca encubrir la verdad mediante un sinnúmero de artilugios y elementos poco comprensibles.

En ese sentido, surge una distinción importante en la que Sócrates desde luego se inclina por ejercer una parrhesía ética y no una parrhesía política, motivado por considerar que ésta última se propone como una institución coercitiva, puesto que limita los alcances del individuo en el camino a encontrar su verdad. Asimismo, Sócrates, que ha sido el parrhesiasta por excelencia enmarco aun más la notoria distinción entre parrhesía ética y política cuando desde un principio optó por dedicarse a interpelar a los otros desde las calles, es decir, en todas partes. Al considerar la política como un riesgo innecesario, pues correr el riesgo de muerte era inminente, y aunque siempre fue consciente del riesgo que corría por llevar a cabo este estilo de vida, la política se manifestaba con una muerte más próxima y por lo tanto no le habría sido posible cumplir su misión (de tanta importancia en la Antigüedad).

La parrhesía ética, que fue la especialidad de Sócrates, aunque comparte una característica en común con la parrhesía política que es correr el riesgo de muerte, y algunos otros que van de la mano con este, como lo son perder vínculos con las personas que no estén dispuestas a verse confrontadas

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