EL IMPERATIVO CATEGÓRICO Y LOS DERECHOS HUMANOS.

EL IMPERATIVO CATEGÓRICO Y LOS DERECHOS HUMANOS

Un concepto central en la ética Kantiana es el imperativo categórico, que pretende ser una ley autónoma, autosuficiente y apta para regir el comportamiento humano. En este existen tres formulaciones, de las que quiero destacar  «Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio», el hombre es un fin en sí mismo, no un medio para usos de otros individuos, pues de ser así, se convertiría en una cosa. Los seres irracionales, como los animales, pueden ser medios, por ejemplo para la alimentación, pero las personas como seres racionales no pueden ser consideradas como medios para fines pues su existencia es un valor absoluto; cuando  se objetiva al otro y se lo emplea para los fines propios se lesiona su dignidad como persona.

Kant diferencia entre seres racionales e irracionales, tomando como racionales sólo los seres humanos, pues son capaces de hacerse preguntas morales, de discernir entre lo justo y lo injusto, de distinguir entre acciones morales e inmorales, y de obrar según principios morales, es decir, de obrar de forma responsable, pues son seres con autonomía moral, que es el fundamento de la dignidad humana.

El imperativo categórico tiene una relación directa con los derechos humanos, pues desde su creación, la intención y base de estos es defender la dignidad humana. Con las constituciones de antes, al menos la antigua Constitución Colombiana, no se cumplía este fin, pues los derechos que establecía, no tenían consecuencia jurídica; después de la constitución de 1991 se les dio carácter jurídico mediante la acción de tutela, como principal medio de defensa ante su vulneración. Después de la segunda guerra mundial se comprendió el valor de la dignidad humana y los tribunales constitucionales fueron permeados por esta influencia en el desarrollo jurídico.

Un ejemplo reciente está representado por un renombrado caso del Tribunal Constitucional Alemán, que en el 2006 declaró inconstitucional un acta de seguridad aérea que pretendía concederle a las fuerzas armadas el poder de derribar un avión en caso de que fuera tomado como misil viviente, para evitar repetir lo ocurrido el 11 de septiembre con Las Torres Gemelas, en los Estados Unidos. El argumento del Tribunal fue que se debía respetar la dignidad humana de los pasajeros, pues esta tiene más peso que proteger las vidas de las víctimas potenciales.  El imperativo categórico se ve claramente expuesto en este caso, el respeto por la dignidad de todo ser humano impide  que el Estado trate a esas personas como un medio para alcanzar un fin, así ese fin sea el de salvar las vidas de muchas otras personas.

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