ENSEÑANSAS ESPIRITUALES
Enviado por 92581225 • 19 de Noviembre de 2014 • 4.595 Palabras (19 Páginas) • 191 Visitas
Enseñanzas de maestros tibetanos...
Sogyal Rinpoche
En las enseñanzas de Buda se dice que estamos todos dotados naturalmente con sabiduría ilimitada, compasión inconmensurable, e infinito poder o capacidad. Aún así debido a que hemos perdido contacto con estas cualidades internas, raramente ‘arañamos’ la superficie del potencial que poseemos. No obstante, cuando entramos en contacto con nuestra verdadera naturaleza, nos solo podemos ser beneficiosos para nosotros y nuestros mejores intereses, sino también para las necesidades e intereses de los demás. Así que primero de forma de poder ayudar a los demás realmente, tenemos que ser capaces de poder ayudarnos a nosotros mismos. Como se dice en la tradición cristiana “La caridad comienza por casa.” Podemos comenzar primero que nada tratando de conocer nuestra mente. De hecho todas las enseñanzas de Buda pueden resumirse en una sola línea: “Domar, transformar y conquistar esta mente nuestra.” La mente es la raíz de todo: la creadora de la felicidad y del sufrimiento; la creadora de lo que llamamos nirvana y de lo que llamamos samsara. Samsara es el ciclo de existencia, de nacimiento y muerte, caracterizado por el sufrimiento y determinado por nuestras emociones destructivas y nuestras acciones dañinas. Nirvana es –literalmente- el estado más allá de sufrimiento y dolor; podría llamarse el estado de budeidad o de iluminación. Como un gran maestro decía: “Samsara es la mente girada hacia fuera, perdida en sus proyecciones; nirvana es la mente girada hacia dentro reconociendo su propia naturaleza.”
La mente girada hacia dentro no significa volverse un introvertido, sino tener una comprensión real de lo que es la mente y su verdadera naturaleza. Cuando hablamos de la mente recordemos que esta tiene dos aspectos: La apariencia de la mente, y la esencia o naturaleza de la mente. S.S el Dalai Lama a menudo describe estos dos aspectos “como apariencia y realidad.” La mayoría de nosotros pensamos que los pensamientos y emociones son la mente. Pero pensamientos y emociones son meramente apariencias o aspectos de la mente, como los rayos del sol, mientras que la naturaleza de la mente es como el sol en si mismo. Cuando estamos perdidos en las apariencias de la mente, no tenemos ni idea de lo es realmente la esencia de la mente. Así que el punto crucial es la dirección en la que nuestra mente está girada: si está mirando externamente, perdida en pensamientos y emociones, o viendo internamente, reconociendo su verdadera naturaleza. Si domas, transformas y conquistas tu mente, entonces transformarás tus propias percepciones y tu experiencia. Por lo tanto incluso las circunstancias y las apariencias externas comenzarán a cambiar y aparecerán diferentemente.
Meditación
Una de las mejores maneras de domar nuestra mente es a través del enfoque único y profundo de la meditación en la tradición Budista Tibetana. Una forma profunda de describir la meditación esta: “Permítete estar simple y claramente presente, ante cualquier pensamiento, sensación o emoción que surja.” El secreto es conocer donde está exactamente tu mente, si perdida en las apariencias de la mente –pensamientos y emociones- o si descansas en la esencia de la mente –en tu naturaleza real, en tu verdadero ser. Cuando alcanzas el estado de trascendencia a través de la meditación, descansa simplemente con una tranquila pero inmensa confianza en la naturaleza de la mente tanto como puedas, el estado más natural el cual no tiene referencia o concepto, esperanza o miedo, aún así, la forma más profunda de bienestar imaginable. Cuando los pensamientos y emociones al igual que nubes se desvanecen, la naturaleza como el cielo de tu verdadero ser se revela, y brillando desde ahí tu verdadera naturaleza, al igual que el sol. Y al igual que tanto la luz como el calor brillan desde el sol, la sabiduría y la compasión se irradian desde nuestra más interna naturaleza de la mente.
Puesto que has alcanzado el estado de sabiduría trascendental, más allá de tu Ego, es como si hubieses alcanzado la cima de la montaña más alta, desde la cual tienes una visión sobre todo, como también una percepción y comprensión sincera de las necesidades de los demás. Surge una gran apertura de tu corazón, que infunde un profundo y penetrante amor. Por lo tanto cuanto más somos capaces de estar en la naturaleza de nuestra mente, más descubriremos nuestra sabiduría, compasión inconmensurable e infinita capacidad y desarrollas así una fuerza interna que está profundamente arraigada.
Cuando conectamos con la pureza de nuestra naturaleza inherente a través de la práctica de la meditación, lo que se revela es nuestra bondad fundamental, ‘nuestro buen corazón.’ La bondad, la compasión y el amor simplemente rebozan. Y cuando más integramos la práctica concientemente en nuestras vidas, más encontraremos que estamos en contacto no solo con nosotros mismos, sino completamente en contacto con otros. Las barreras entre nosotros mismos y los demás se disuelven. La negatividad se desactiva y apacigua y surge el auto-perdón, y es eliminado todo el daño en nosotros y así nos volvemos verdaderamente útiles y seremos capaces de servir a los demás.
Algunos videos de Rinpoche para que tengais contacto visual con él. Que los disfruteis
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Dilgo Khyentse Rinpoche
Los pensamientos confusos no pueden afectar a la conciencia pura más de lo que una espada puede dañar el cielo. Lady Peldarbum le dijo a Jetsun Milarepa:
Cuando medité en el océano,
Mi mente era muy confortable.
Cuando medité en las olas,
Mi mente se enturbió.
Enséñame a meditar en las olas.
El gran yogui respondió:
Las olas son el movimiento del océano.
Déjalas que se disuelvan por si mismas en su vastedad.
Los pensamientos son el juego de la conciencia pura. Ellos surgen dentro de ella, y se disuelven otra vez en ella. Reconocer la conciencia pura como el sitio de donde vienen tus pensamientos es reconocer que tus pensamientos nunca han llegado a existir, permanecer o cesar. En este momento los pensamientos ya no pueden molestar más tu mente.
Cuando corres detrás de tus pensamientos eres como el perro siguiendo al palo. Cada vez que tiran el palo corres detrás de él. Pero si en su lugar miras al lugar de donde vienen tus pensamientos, verás que cada pensamiento surge y se disuelve en el espacio de esta conciencia sin engendrar a otros pensamientos. Se como el león que en lugar de correr a buscar el palo, busca a quien lo tiró. Al león solo le tirarás el
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