El Buscón
Enviado por Ara7 • 5 de Marzo de 2013 • 2.537 Palabras (11 Páginas) • 521 Visitas
El Buscón
La sátira como tal nos expresa la indignación del autor contra algo o contra algún grupo de personas, intenta mediante ejemplos darnos una visión “moralista” desde su punto de vista sobre eso en contra escribe, tiene sus formas y las utiliza para darle sentido a su punto de vista.
Quevedo es considerado un maestro de este subgénero lírico, representa los vicios desde el común denominador de la población, hasta los representantes más altos de la sociedad aunque en menor medida, mediante ridiculización, farsa y principalmente la ironía, todos estos, empleados desde el principio de sus obras.
La ironía y el sarcasmo van de la mano, la burla contra los vicios, llevados al extremo y desnudados en sus propios errores, evidentemente, en el caso de Quevedo, sobresaliendo las buenas costumbres contra las malas, la moral contra las depravaciones de quien se considera indigno.
En el caso del Buscón. En ese tiempo existía en España una mezcla cultural recién “aceptada”, la sociedad y al religión se unificaban en cierta medida para aprovechar el poder económico que tenían los judíos, convertidos al cristianismo, pero lejos de ser realmente aceptada, era considerada indigna. Quevedo es una de esas personas, que lejos de provocar la unificación abogaba por la separación de estos grupos que no los consideraba dignos.
“…La movilidad vertical de cristianos nuevos en parte se debe a que el sistema socioeconómico
se hallaba debilitado (se recuerda la bancarrota sufrida durante el reinado de Felipe II). Este relajamiento del sistema […] abrió un “campo insospechado a los judíos”. No hay que olvidar tampoco, la muy considerable afluencia de poderosos judíos conversos portugueses durante el periodo que se trata…”
La limpieza de la sangre, el honor que representa ser una persona de “sangre cristiana” es algo que no se puede obtener con el bautismo y la conversión al cristianismo, fenómeno que según algunos autores se dio en gran medida en esta época y continuó durante gran parte del siglo siguiente (siglos XVI y XVII) aun así existían estatutos para estas personas, para la caballería, para la iglesia, para ocupar cargo públicos, en general para puestos de alto rango. En este contexto el Buscón fue creado en gran medida como represaría contra estos grupos recién “aceptados” pero indignos a la vista de muchos.
Llevando esta premisa a la obra, se encuentra de manifiesto estas características racistas por no decir antisemitas características del pueblo católico cristiano español.
El origen
Para llevar a cabo la tarea de ridiculizar a cierto grupo, primero se debe poner de manifiesto el origen, el porqué de su condición despreciable o mal, en esta obra se pretende primero poner de manifiesto el origen del protagonista, se carga de simbolismo el “origen de sangre” de Pablos, Príncipe de la vida buscona.
Su
madre Aldonza Saturno de Rebollo, hija de Octavio de Rebollo Codillo, y nieta de Lépido Ziuraconte, bruja, alcahueta, prostituta, está claro su linaje, es descendiente de conversos, incluso el protagonista hace al aclaración de la sospecha de ella de no ser “cristiana vieja” por los nombres de sus antepasados. Independientemente del nombre que ya dice mucho, la mujer demuestra deshonor con sus obras. El padre Clemente Pablo, barbero de profesión pero conocido como ladrón, un vulgar ladrón que robaba a sus clientes mientras les cortaba la barba.
Ambos muertos por sus vicios, su madre por la inquisición acusada de bruja (no se dice pero se sugiere) y su padre ladrón ahorcado por el delito de hurto.
Aunque se muestra hasta avanzada la obra también aparece su tío Alonso Ramplón, quien tenía por oficio verdugo, borracho y vividor, se le demuestra como una persona hosca de malas costumbres incapaz de honor alguno.
Entre estos parientes que demuestran su “origen de sangre” Pablos sale a la vista del lector para sufrir lo que está destinado a sufrir
El personaje sabe de las características de su origen y desea negarlas porque es un impedimento “natural” para el ascenso social, lo dice claro cuando envía una carta a su tío.
“…Señor Alonso Ramplón: Tras haberme Dios hecho tan señaladas mercedes como quitarme de delante a mi buen padre y tener a mi madre en Toledo –donde, por lo menos , sé que hará humo–, no me
faltaba sino ver hacer v.m. lo que en otros hace. Yo pretendo ser uno de mi linaje, que dos es imposible, si no vengo a sus manos y trinchándome, como hace a otros. No pregunte por mí, que me importa negar la sangre que tenemos. Sirva al Rey y a Dios…”
No podría ser de otra forma y Pablos como toda la sociedad lo sabía.
El linaje era un requisito casi indispensable si se quería tener el estamento, base sobre la cual se sostenía la sociedad cristiana de aquella época, y recalcado en cada capítulo de esta obra, el linaje y la pureza de nacimiento son requisitos para tener estamento, imposible entre conversos y descendiente de ellos. El origen es la base de toda pretensión y en el caso del Buscón la causa de todas sus infamias e infortunios.
Las pretensiones sociales
De vuelta a la sociedad cristiana y sus gobernantes, aceptaron a los judíos por su influencia económica pero veía peligrada su jerarquía ya que estos con su poder económico compraban “la hidalguía”, deseo máximo de Pablos, pero asunto imposible en la obra, el destino está en su contra, destino creado por su “impureza de sangre”.
“…La Historia de la vida del Buscón, escrita alrededor de 1604, surge en un momento en el que el sistema de distribución de individuos tradicionalmente establecido tiende a verse afectado por un fenómeno ya evidente: la aspiración de medro social de elementos de origen converso. Y es precisamente este fenómeno
el que Quevedo va a tratar en su novela…”
De aquí se puede dividir en dos vertientes, la de la insistencia de las pretensiones sociales de Pablos, como él mismo lo dice e insiste.
“…mas yo, que siempre tuve pensamientos de caballero de…”
“…como siempre tuve altos pensamientos…”
“…yo ya soy otro, y otros mis pensamientos; más alto pico y más autoridad me importa tener…”
La razón principal de las acciones es la superación social, casi todo acto está basado en ello y para ello, las mentiras, los engaños son por tener eso que desea y que no puede tener y por consecuencia los castigos recibidos por cada acción basada en ese deseo son consecuencia de su destino al ser “impuro”.
De aquí surge la otra vertiente, las acciones de protagonista, la capacidad,
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