El Espacio Sagrado Y La Sacralizacion Del Mundo

El espacio sagrado y la sacralización del mundo

El hombre religioso (pre-moderno) vive y se organiza dentro de un cosmos, por lo tanto considera que el espacio no es homogéneo, si no que en el existen roturas. Aquí se nos presenta el espacio sagrado el cual se identificara por tener una estructura, y por otra parte se encuentra un espacio sin ningún tipo de estructura, por lo tanto amorfo. Para este hombre la ausencia de homogeneidad hace que se cree un tipo de oposición entre lo sagrado y lo amorfo.

La rotura de la que hablamos anteriormente se presenta en el espacio y esta nos otorga la constitución del mundo, en donde descubrimos el punto fijo que da paso a la revelación de una realidad absoluta.

La existencia del espacio sagrado tiene un gran valor existencial para el hombre, ya que nada puede realizarse, sin que allá una orientación previa y esta orientación se dará en la adquisición del punto fijo, por lo tanto nos vemos obligados a establecernos en el centro del mundo, lo que equivale a la creación del mundo.

Viendo esta trama desde lo profano, se ve el espacio como algo neutro, en donde ninguna ruptura se diferencia entre las partes de su masa, por lo tanto ninguna orientación es dada por su estructura. El hombre no religioso no acepta la consagración del mundo, solo asume la existencia profana. Debido a esto se dicta que lo profano jamás se encontrara en un estado puro.

Terminaremos por entender a lo sagrado como una fuerza a la cual no podemos acercarnos libremente, teniendo que mantener una relación indirecta. La profanación de esto vuelve al profanador intocable, por lo tanto sagrado. Por lo tanto la experiencia de lo sagrado es la solución que los humanos le darán al problema de la inestabilidad. Por otra parte lo profano representara el espacio/tiempo de las actividades cotidianas donde encontraremos los lugares santos, manteniendo la relatividad del espacio.

De alguna manera lo sagrado y lo profano se comprenden mutuamente, en donde el espacio profano se ve invadido por la fuerza de lo sagrado causando orden lo por tanto lo amorfo queda fuera de esta unión. Veremos lo sagrado como una rotura en medio del mundo, que se encarga de constituir un orden, donde se ofrece un espacio en el cual orientarnos por medio de un criterio previo. En conclusión lo profano es un espacio organizado por la fuerza de lo sagrado.

Si bien, ya no vivimos en esta articulación religiosa, no hay orden natural, sino solo fragmentos de un universo roto, en el sentido de algunos ámbitos de la vida. La idea del universo roto es que todo se difiere a esferas autónomas. El descontento del individuo apunto directamente a esta fragmentación o diferentes dimensiones que adquiere el universo.

“No te acerques aquí – dice el señor a moisés -, quítate el calzado de tus pies; pues el lugar donde te encuentras es una tierra santa” (Éxodo, III, 5)

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