El Filósofo Y El Lobo En La Perspectiva De La Libertad
Enviado por andresfc001 • 23 de Mayo de 2014 • 1.047 Palabras (5 Páginas) • 288 Visitas
LA PERSONA Y EL LOBO EN LA PERSPECTIVA DEL MAL EN LA LIBERTAD
Rowlands, M. (2008). El filósofo y el lobo: lecciones sobre el amor y la felicidad. Editorial Seix Barral-Granta.
"El filósofo y el lobo: lecciones sobre el amor y la felicidad" es un libro que tiene por autor a Mark Rowlands, doctor en Filosofía y profesor de varias universidades, originario de Gales (Reino Unido). El filósofo nos relatará su experiencia de vida contrastada entre sus prejuicios y la enseñanza que dejó su relación con un lobo llamado Brenin, el nombre con el cual bautizó a un cachorro de lobo de un vecino de Alabama, quien sería su mascota durante diez años aproximadamente.
Dicha relación será la causa para que el filántropo inglés, inicie una serie de reflexiones sobre la naturaleza humana y su distinción con la naturaleza animal, el mal en el plano de la libertad, el contrato social, la ética en cuanto a la relación del hombre con el animal, el sentido de la vida, entre otras. Pacheco (2013) refiere que el libro fue escrito años después de la muerte de Brenin y, todavía confiesa que el académico siente el dolor que tal confinamiento le produjo y sus pesadillas al respecto, y sobre todo el sentimiento de culpa por haber incumplido su parte del "trato" con el lobo.
Rowlands no está de acuerdo con la moderna noción del mal, cuyos dos argumentos principales son que el mal sólo existe en lo marginal (en los desfavorecidos psicológica o socialmente), y que no es culpa de nadie (si quien realiza el mal es un enfermo mental o sus circunstancias sociales le han negado toda oportunidad, no podemos considerarle responsable de sus actos, no es moralmente malo). En su opinión “el mal es cotidiano, normal, banal“ (p.121).
El mal que resulta de una intención de causar dolor y sufrimiento, y su disfrute, es la excepción a la norma. Lucas (2005) afirma certeramente, que las acciones realmente malas son fallos en el cumplimiento del deber moral (que consiste en proteger a los indefensos de aquellos que los consideran inferiores, y por tanto prescindibles), o del deber epistémico (deber de someter las propias creencias a un examen crítico). El doctor en filosofía lo ilustra con un ejemplo en el que se ven dos actos de maldad, partiendo de que dichos actos no tienen nada que ver con el regocijarse en el sufrimiento ajeno: 1) los repetidas violaciones de un padre a una hija, si éste no comprendiese que lo que hacía está mal y lo considerase natural estaría cometiendo un fallo contra el deber epistémico; y 2) la complicidad activa de la madre, que está fallando en el cumplimiento del deber moral de proteger a la hija (y es irrelevante el terror que pueda sentir hacia el padre).
Esta visión del mal me ha resultado enriquecedora, ya que siempre tiendo a creer que debe haber razones para un actuación mala en el ejercicio consciente per se de la libertad. Me cuesta creer que existe un mal que se pueda cometer bien por ignorancia o empecinamiento, bien por irresponsabilidad o insensibilidad ante quien está en una situación de inferioridad o debilidad. Sin embargo, es necesario hacer énfasis en que el hombre es libre; esto significa
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