El Hidalgo

El héroe, Hidalgo, es un hombre bueno, sencillo y caritativo, pero también alegre, parrandero, bailador y mujeriego, defectos muy humanos, pero que lo convierten en un cura revolucionario y en una amenaza para sus superiores eclesiásticos, situación que al final lo convierte en un mártir. El villano es la Iglesia, tradicionalmente como una institución represiva, hipócrita y cobarde. Hidalgo defiende a los indígenas de los abusos de los españoles y de la Iglesia, mientras que la Iglesia los desprecia y junto con el gobierno de los españoles los explota. Según la película esta es la razón del porqué Hidalgo se levantó en armas.

Ciertamente a Hidalgo le justaba jugar a las cartas, incluso había adquirido grandes deudas de juego, pero esto nunca fue motivo de enemistad ni con sus superiores ni con sus parroquianos. En aquel tiempo el juego era un pasatiempo muy popular, curas, obispos, ricos hombres de negocios y hasta las mujeres lo practicaban. Por otra parte casi nunca se exigía el pago inmediato de las deudas de juego porque los jugadores sabían que muy seguramente se volverían a ver en otra fiesta y se volverían a apostar lo que se debían. Los pleitos que pudiera haber por exigencia de pago de deudas casi siempre se arreglaban entre amigos, algunas pocas veces llegaban a los juzgados, pero nunca en el caso de Hidalgo.

También es cierto que el cura Hidalgo organizaba fiestas y bailes, pero estas nunca le causaron la enemistad de los ministros de la iglesia o la aristocracia. En aquel tiempo los obispos, ministros y curas eran personalidades sociales y se esperaba de ellos que organizaran fiestas y bailes. Los altos jerarcas de su diócesis y la aristocracia de la comunidad acudían a sus fiestas y a su vez lo invitaban a las que ellos organizaban.

En cuanto a que tuvo hijos eso es casi un hecho. Los historiadores le reconocen dos, pero aclaran que la posibilidad es alta de que haya tenido más.

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