El Hombre
Enviado por Gerhard113 • 9 de Agosto de 2014 • 994 Palabras (4 Páginas) • 221 Visitas
En los Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano Leibniz señala que el alma en sí misma no está enteramente vacía como tablillas en las que todavía no se ha escrito nada, esto es, como una tabula rasa, tal como podrían pensar Aristóteles o Locke en su Essays concerning human understanding.
Hay, pues, ideas y principios que no provienen de los sentidos, con los cuales nos encontramos dentro de nosotros mismos sin que los hayamos formado, aunque los sentidos nos proporcionen la ocasión de apercibirnos de su existencia.
Mas Leibniz considera que en este punto se debe distinguir entre las ideas puras que son innatas, las cuales se contraponen a las imágenes de los sentidos, y también las verdades necesarias o de razón, las cuales opone a las verdades de hecho (cfr. Nuevos ensayos, G., V, 73s).
Las ideas de razón, que constituyen el origen de las verdades necesarias, no provienen de los sentidos (cfr. NE. G.,V,77). En cambio, las ideas que vienen de los sentidos son confusas y las verdades que dependen de ellas son contingentes.
En este sentido las ideas intelectuales, tienen el privilegio de producir proposiciones a las que infaliblemente hay que asentir, desde el momento en que se las oye. Se trata de ideas idénticas o inmediatas, que no requieren prueba.
Para entender a fondo qué son las proposiciones idénticas es necesario examinar qué es el conocimiento para Leibniz. El conocimiento no es más que la percepción de la relación y adecuación, o de la oposición e inadecuación, existente entre dos de nuestras ideas. Si se toma al conocimiento en un sentido estricto, es decir como conocimiento de la verdad entonces se debe decir que la verdad, siempre está fundada en la adecuación o inadecuación de las ideas, pero en cambio por lo general no es cierto que nuestro conocimiento de la verdad sea una percepción de dicha adecuación. Pues cuando sólo conocemos la verdad empíricamente, por haberla experimentado sin saber la conexión entre las cosas y la causa actuante en lo que hemoEn los Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano Leibniz señala que el alma en sí misma no está enteramente vacía como tablillas en las que todavía no se ha escrito nada, esto es, como una tabula rasa, tal como podrían pensar Aristóteles o Locke en su Essays concerning human understanding.
Hay, pues, ideas y principios que no provienen de los sentidos, con los cuales nos encontramos dentro de nosotros mismos sin que los hayamos formado, aunque los sentidos nos proporcionen la ocasión de apercibirnos de su existencia.
Mas Leibniz considera que en este punto se debe distinguir entre las ideas puras que son innatas, las cuales se contraponen a las imágenes de los sentidos, y también las verdades necesarias o de razón, las cuales opone a las verdades de hecho (cfr. Nuevos ensayos, G., V, 73s).
Las ideas de razón, que constituyen el origen de las verdades necesarias, no provienen de los sentidos (cfr. NE. G.,V,77). En cambio, las ideas que vienen de los sentidos son confusas y las verdades
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