El Mito De Las Cavernas
Enviado por novicera • 19 de Agosto de 2012 • 1.149 Palabras (5 Páginas) • 424 Visitas
El mito de las cavernas
Has de ver, pues, a los hombres como en una morada bajo tierra, a modo de caverna, la cual tiene una gran entrada abierta hacia la luz y orientada hacia el conjunto de la caverna; considera que los hombres están en esta morada desde niños encadenados de piernas y cuello de modo que, permanentemente, sólo pueden mirar hacia adelante, incapaces a causa de las cadenas de volver la cabeza; reciben luz de más arriba, de lejos, la luz de un fuego, que arde a sus espaldas; entre el fuego y los encadenados [por lo tanto, a espaldas de éstos] pasa un camino; imagínate a lo largo de él un muro dispuesto como para los ilusionistas se coloca ante los hombres el biombo por encima del cual muestran sus maravillas.
—Lo estoy viendo.
—Imagínate ahora que a lo largo de este muro pasan hombres que portan útiles de todo tipo que sobresalen del muro y estatuas [de hombres] y otros vivientes de piedra y de madera, y toda clase de objetos fabricados; como es natural algunos de los portadores hablan, otros pasan en silencio.
—Extraña imagen, y extraños prisioneros.
—Semejantes a nosotros; pues los tales ¿crees, en primer lugar, que verían de sí mismos, y unos de otros, otra cosa que las sombras que se proyectan, bajo la luz del fuego, sobre la pared de la caverna que queda frente a ellos?
—¿Cómo podrían, si están forzados de por vida a tener las cabezas inmóviles?
—¿Y con respecto a las cosas que son llevadas [por los que pasan] a lo largo [del muro]? ¿No verían eso mismo [es decir: las sombras]?
—Desde luego.
—Si fuesen capaces de conversar unos con otros, ¿no crees que tendrían por lo ente [=lo que es] aquello que ven?
—Necesariamente.
—¿Y si la cárcel tuviese eco, dado por la pared que está enfrente? Cuando algunos de los que caminan hablasen, ¿crees que ellos [los presos] creerían que lo que habla es otra cosa que la sombra que pasa?
—No, por Zeus.
—Entonces, de todas todas, los tales no tendrían por verdadero otra cosa que las sombras de los artefactos.
—Necesario de toda necesidad.
—Considera ahora la clase de liberación de las cadenas y curación de la ignorancia que tendría lugar si les aconteciese algo como lo siguiente: que alguno fuese desatado y súbitamente obligado a levantarse y a volver la cabeza y a caminar y a mirar hacia la luz, de modo que, haciendo todo esto, se dolería y, a causa del deslumbramiento, sería incapaz de mirar aquellas cosas cuyas sombras veía antes; ¿qué crees que diría si alguien le dijese que antes veía naderías y que más bien es ahora cuando ve algo que está más próximo al ser y cuando, vuelta la mirada a una posición más recta mira hacia algo más ente?; ¿y cuando, mostrándole cada una de las cosas que pasan [a lo largo del muro], se le obligase a contestar a la pregunta “qué es”?; ¿no crees que se encontraría en un callejón sin salida y que pensaría que lo que veía antes es más verdadero que lo que ahora se le muestra?
—Desde luego.
—Y si se le obligase a mirar hacia la luz misma, ¿no crees que le dolerían los ojos y que huiría, volviéndose de nuevo hacia aquello que puede contemplar, y que tendría esto por realmente más evidente que lo que le es mostrado?
—Así
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