El Pensamiento Latinoamericano.
Enviado por ediromero • 19 de Septiembre de 2011 • 2.360 Palabras (10 Páginas) • 3.602 Visitas
Pensamiento latinoamericano
Introducción a las ideas en el pensamiento latinoamericano
La Teoría Crítica cuenta hoy en día con muchos representantes y muchas corrientes diferentes. En el pensamiento latinoamericano, el tema de la crítica ha desempeñado un papel fundamental, así, una de las corrientes autóctonas más importantes del siglo XX fue denominada "filosofía de la liberación", rótulo que, sin embargo, desborda a quienes se concibieron a sí mismos como miembros de esta escuela, dando una buena idea del espíritu con el cual se realizaron muchos aportes. Por ejemplo, los argentinos Rodolfo Agoglia (1920-1985) y Arturo Roig (1929- ). La noción de "presente vigente", incluye aspiraciones y conclusiones unánimemente reconocidas en la historiografía, como el reconocimiento de la interdependencia de la riqueza y la miseria, del vínculo entre la libertad, solidaridad y personalidad inalienables de los pueblos, de la inseparabilidad de la política y la economía, de la legitimidad de la descolonización y de integración de las naciones, de la raíz y destino popular de la cultura, de la función social de la educación, la literatura y el arte, de la misión formativa y liberadora de la filosofía y de la religión, de la subordinación de la ciencia y de la técnica a la totalidad del saber y a la etnicidad, y finalmente, la posibilidad de la desideologización y humanización del hombre por la historia, como praxis y como conocimiento. En el plano de las ideas, esa variedad de corrientes, perspectivas y enfoques teóricos expresa la complejidad de la realidad latinoamericana y de las distintas interpretaciones ideológicas y de clase social respecto a la dinámica de la sociedad y de sus peculiares transformaciones. El pensamiento latinoamericano es, así, un mosaico heterogéneo de ideas, teorías y métodos de investigación que buscan comprender la naturaleza de nuestros países y sociedades en un contexto histórico global enclavado en las vicisitudes de la expansión del capitalismo mundial, así como de las condiciones propias, locales y regionales de cada país en particular. El enfoque teórico y la manera en que se abordan esas cuestiones (método), es lo que le confiere el barniz específico a cada una de las corrientes de pensamiento.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de Latinoamérica?
Latinoamérica: relativo a los países americanos que fueron colonizados por naciones de lengua latina como España, Portugal y Francia. Cuando hablamos de América Latina (o Latinoamérica) nos referimos a las 20 repúblicas americanas que fueron colonizadas por España, Portugal o Francia (países latinos), cuyo idioma es el español, el portugués y el francés, respectivamente. La denominación “América Latina” o “Latinoamérica” es más amplia y comprehensiva que “Iberoamérica”. Existe la reivindicación de la existencia de una identidad latinoamericana que incorpora a la nación venezolana. Desde esta representación de la identidad latinoamericana el énfasis se coloca en una visión de hermandad y comunidad, especialmente con las naciones bolivarianas. Los atributos positivos de la identidad latinoamericana son, entre otros, un idioma común (español) y la comunión étnica de tres razas (indígena, negra y española); aunque, al componente étnico hispánico, cuando es referido aisladamente, se le atribuye connotación ideológica negativa, y se le niega, al presentársele como ajeno a la identidad cultural latinoamericana, invasor y expoliador de sociedades establecidas, que habrían recuperado su libertad luego de tres siglos de ocupación, a partir del siglo XIX, con la obra independentista liderada por Simón Bolívar.
QUE ES PENSAMIENTO LATINOAMERICANO
1.1
Filosófico
El pensamiento latinoamericano cuyas bases arrancan con José Vasconcelos, José Martí, Enrique Rodó, José Carlos Mariátegui y otros, encuentra en el debate entre el filósofo mexicano Leopoldo Zea y el pensador peruano Augusto Salazar Bondy, su máxima expresión. El eje del debate entre ellos, si existe o no una filosofía latinoamericana o una filosofía sin más, sigue teniendo actualidad entre nosotros. Todos los filósofos latinoamericanos actuales están gobernados por dos posiciones frente al tiempo latinoamericano: por un lado, efectuando un movimiento doble de crítica del presente y recuperación del pasado cultural y, por otro, como consecuencia del primero, una profunda y sincera creencia en una emancipación y liberación descansable en un futuro pletórico y prometedor, cuya tensión utópica es creativa. El presente, como tiempo, sufre los embates de todos los pensadores latinoamericanos y sólo se le atiende como un medio para sus utopías o como una plataforma para resemantizar un pasado generalmente concebido como heroico y digno.
Es un reto todavía ver al presente de frente, sin el "imperialismo de las categorías" europeas, como decía José Gaos. Asimismo, todos parten de la creencia que la base de la redención de América Latina, desde un sufrimiento colectivo al que de previo le han asignado sentido para justificar su propio papel liberador, está en los ejes más clásicos de la modernidad desde Augusto Comte, Emile Durkheim, y Carlos Marx: el trabajo desalienado y la educación liberadora.
Todos, también, centrados en un cristianismo, religioso o secular, activo y mesiánico, que muchos hicieron acompañar de Hegel/Marx y las combinaciones de moda en Europa (Lévinas, Camus, Sartre, Toynbee, Ricoeur, Braudel, Bloch, Scheler, etc.) que terminaron por producir lo que conocemos como filosofía y teología de la liberación. Incluso, José Carlos Mariátegui, probablemente el más original de todos nuestros pensadores, no sea, desde esta perspectiva, más que una combinación loca, pero fecunda, de George Sorel y los ayllus incaicos.
Así, podemos ver, pues, en un desfile impresionante a un Arturo Ardao y su obsesión por el nombre de América Latina, amenazada por la llegada de la era de la "diferencia"; a Horacio Cerutti y la presentación como virtud de algo que hoy se ve al revés: la crítica como lo "otro" de la Utopía; a Carlos Cullen Soriano, y su separación en América Latina del "ser" y del "estar" de la mano con el regreso a Kant por la vía de la educación, el cuidado del otro (sorge) y la autonomía; a Rodolfo Kusch y Juan Carlos Scannone con su "estar siendo" y la "gratuidad", venidos de la combinación de las escuelas clásicas antropológicas y las teorías narrativas de Paul Ricoeur; a Enrique Dussel y su fácil rendición a las modas junto a su paso sin remordimientos de Lévinas, a Marx y ahora a Said y Bahba sin nombrarlos; a Franz
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