El Señor De Las Moscas
801125106 de Noviembre de 2014
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EL SENOR DE LAS MOSCAS: LA SOCIEDAD ANARQUIZADA POR SU PROPIO INSTINTO DE SUPERVIVENCIA
ESTUDIANTE: ANGIE ESTEFANIA RODRIGUEZ MENDEZ
PROFESOR: RAMIRO LOPEZ
MATERIA: SOLUCION DE CONFLICTOS
INSTITUCION UNIVERSITARIA UNILATINA
BOGOTA D.C. 24 DE OCTUBRE DE 2014
EL SEÑOR DE LAS MOSCAS: LA SOCIEDAD ANARQUIZADA POR SU PROPÍO INSTINTO DE SUPERVIVENCIA
"-¿Dónde está el hombre del megáfono?-
El muchacho rubio sacudió la cabeza.
-Estamos en una isla desierta. Por lo menos eso me parece. Lo de allá afuera, en el mar, es un arrecife. Me parece que no hay personas mayores en ninguna parte-"
El Señor de las Moscas (Lord of the Flies, en inglés) es una obra de alegoría escrita por William Golding, ganador del Premio Nobel en 1983. Fue publicado en 1954. Aunque no tuvo un gran éxito en el momento – venta de menos de 3.000 copias en los Estados Unidos en 1955 antes de salir de catálogo – con tiempo se convirtió en un gran éxito y su lectura es requerida en muchos colegios y universidades. Fue adaptada para la pantalla en 1963 por Peter Brook, y nuevamente en 1990, esta película también llegó a aparecer en varias instituciones educativas. El título es una referencia a Belcebú (del hebreo Ba’al Zebub), un sinónimo para referirse al diablo. Generalmente es recordado como un clásico de la literatura de la posguerra, junto con Rebelión en la granja y El guardián entre el centeno. El libro retrata la regresión a la barbarie de un grupo de niños ingleses de un internado, varados en una isla desierta sin supervisión de un adulto, después de la caída del avión que los conducía a un lugar lejos de la guerra.
Muchos han interpretado a El señor de las moscas como una obra de filosofía moral. El paisaje de la isla, un paraíso con toda la comida y el agua necesaria, puede verse como una metáfora para el jardín del Edén. Así, la primera aparición de la bestia sería la aparición de la serpiente, como el mal que surge en el libro de Génesis. Uno de los temas principales es la naturaleza del mal, esto puede verse claramente en la conversación que Simon mantiene con el cráneo del cerdo, que se refiere a sí mismo como El señor de las moscas. El nombre, refiriéndose a los enjambres de moscas, se refiere claramente al personaje bíblico del demonio.
El señor de las moscas contiene numerosos temas y simbolismos. Los personajes puede representar diferentes roles en la sociedad. Ralph puede representar la democracia, puesto que él es el líder mediante la elección de la mayoría y trata de tomar decisiones que son las mejores para todos. Jack puede representar el fascismo, una vez que es cruel y tiene la intención de controlar a todos en la isla. El cerdito puede representar la ciencia, puesto que él actúa de modo ilógico e impopular, pero es necesario a largo plazo. El coral de niños que se convierte en el grupo de cazadores representaría el ejército. Ellos hacen lo que determina Jack porque es mejor poder insertarse en el grupo que posicionarse en su contra. Sam y Eric representarían a quienes son impresionables, y tienden a no pensar por sí mismos. En varias partes de la trama, su comportamiento imita el de los perros. La bestia representa la propaganda, causando temor por un invisible enemigo y usado para unirse a los muchachos de Jack. Simon representaría la fe y la religión, por tener visiones y revelaciones místicas. También podría ser caracterizado como la esquizofrenia. Las gafas representarían la razón y la capacidad de ver claramente. La caracola representa el orden y la democracia en la isla. Otras interpretaciones se consideran no tanto una alegoría política, sino una alegoría social. Esta línea de pensamiento indicaría: Ralph representa el gobierno, orden y responsabilidad. El cerdito representa la inteligencia y la razón, sin importar cómo de impopular la verdad puede ser. Jack representa la barbarie, el lado oscuro de la humanidad. La caracola representa la civilización, y cuando Jack la abandona, rompe los lazos que mantienen al mundo moderno. El fuego representa la utilidad de un medio para un fin, que, cuando se utiliza correctamente, se convierte en un fin en sí mismo. El Señor de las moscas representa el mal escondido en el corazón de todo el mundo.
Luego de leer y de ver El Señor de las Moscas me pregunto si en realidad un niño que está comenzando a vivir el pase entre su socialización primaria y la secundaria puede "sobrevivir" sin el adulto, sin la ley y la protección.
Golding lo pensó de esta forma: como el caos, la destrucción y violación de reglas, mostrando la condición humana en su máximo esplendor, a partir de la situación de pequeños escolares quienes apenas estaban palpando las normas sociales y que debieron aprender a sobrevivir, primero de forma democrática mediante llamadas a asambleas para poder ver qué era que lo mejor para todos como grupo, y finalmente de manera despótica y salvaje.
Lo que trata el autor es mostrar cómo reaccionaría un grupo de niños a la hora de mantenerse con vida, lo cual una opción sería mediante la agresividad e imposición de la superioridad ante los demás, cuya actitud fue tomada por Jack, y quien para varios representó el "Nazismo de la época".
En general, esta fue la forma que estos pequeños tuvieron para ver lo que les había pasado, asumiendo al principio "un mundo sin mayores" que luego pasó a ser "su mundo".
Creo que implícitamente lo que Golding trata de señalar es la presencia del adulto como necesaria. Al respecto me surgen los siguientes interrogantes: ¿puede el niño vivir sin el adulto?; ¿es capaz de crear sus propias reglas y vivir "armónicamente"?; ¿cuál sería la representación de niño que se está poniendo en juego para pensar tal situación?....
Para ayudar dicha reflexión me pareció pertinente retomar la obra Pedagogía del aburrido, en especial un artículo de Ignacio Lewkowicz titulado ¿Existe el pensamiento infantil? En él, plantea la idea de que la infancia, al igual que la adolescencia en tanto construcción histórica, ha ido cambiando configurándose y desplazándose una y otra vez. Al mismo tiempo retoma una idea de Spinoza: "el concepto no ladra", es decir que no siempre un concepto indica precisamente lo que uno espera ya que mediante él se suele sobre imponer una representación a lo real para después exigirle a lo real que se comporte según la representación. Por ejemplo: si se trata de un niño, se "supone" que debe hacer tal y tal cosa, y evitar otras.
Si bien el concepto es un instrumento, para Lewkowicz no se trata de un saber absoluto ni la determinación de lo real, lo cual tampoco significa que conceptualizar sea inútil.
Los dispositivos modernos han trabajado sobre modelos institucionales, por eso al pensar la infancia espontáneamente se la sitúa como institución ya que dicho concepto remite a una serie de instituciones que la producen y albergan. Las dos más importantes: la familia y la escuela, en donde la familia produce al niño como hijo y la escuela como alumno, siendo la superposición de hijo y alumno lo que espontáneamente llamamos niño.
En su análisis, el autor plantea la siguiente situación, la cual me recuerda en algunos puntos escenas de la novela:
"Una pintora rosarina que vive en Venecia pinta niños, situaciones de niños que son muy raras: son de niños y sólo niños. Y cuando digo "sólo niños" no estoy diciendo "sin adultos" porque el "sin" de "sin adultos" enuncia que falta algo, y lo que ella pinta no son niños a los que le faltan los adultos, ni niños que festejan que no están los adultos. Esas pinturas son sumamente inquietantes, no porque tengan algo siniestro, algo provocador o algo oscuro, sino porque expresan algo que se les escapa al pensamiento. Son niños y sólo niños. Están jugando, están haciendo, están caminando, están pensado: son chicos. El inquietado es uno, el sujeto moderno que inmediatamente sitúa al niño en la familia o en la escuela, que concibe la infancia como una institución entre las instituciones familiar y escolar. Lo inquietante en los cuadros es que esos niños no son hijos ni alumnos, que son los predicados espontáneos con los que rodeamos a los chicos. Ante todo, un niño es hijo o alumno, pero ésa no es una nominación desde el niño sino desde la institución que los produce como tales".
En El Señor de las Moscas el autor si se está planteando ese "sin", es decir la falta del adulto, acompañado de la fuerte influencia que ejerce la familia y la escuela como las dos instituciones que atraviesan a la infancia de estos niños, lo cual puede verse desde el punto de vista de los niños (como el caso de Piggy quien
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