El Terror De Sexto B

FRIDA

De regreso al estudio. Otra vez, primer día de colegio. Faltan tres meses, veinte días y cinco horas para las próximas vacaciones. Primero nos van a colocar a hacer un texto de nuestras vacaciones mínimo una hoja por lado y lado y sin saltar renglón y mucho cuidadito con la mala ortografía dirá el profesor como todos los años

“En mis vacaciones conocí a una chica hermosa de pelo largo, liso y de color blanco, las cejas y las pestañas son también blancas. Los ojos son color cielo y, se le arruga la nariz cuando se ríe, viene desde muy lejos, ella es de Estocolmo capital de Suecia, vino a visitar a sus abuelos hasta Cartagena, Colombia, tuvo que atravesar la mitad del mundo.

Cuando me concentro bien, puedo oír su voz sus palabras enredando el español, yo le enseñe a decir camarón con chipichipi, chévere, zapote y otras cosas que no puedo repetir. Fuimos al muelle y nos dimos un beso. No fue tan difícil como yo creía. Casi no pudimos estar solos Frida y yo, siempre estaban mis primas por ahí, con sus risitas y secreteando, molestándonos, solo el ultimo día tuvimos tiempo de comer raspados y de caminar a la orilla del mar, tomándonos de las manos. Después paso un negrito por la playa vendiendo anillos de carey y compramos uno para cada uno y prometimos no quitárnoslos hasta el día en que nos volvamos a encontrar.

Ahora ella está muy lejos. En esto es el colmo de lo lejos. Para mí la vida se dividió en dos: antes de Frida y después de Frida antes todo era feliz ahora ya no es como vivir sin ella anoche me dormí llorando y debí llorar en sueños porque la almohada amaneció mojada.

EL DIA EN QUE NO HUBO CLASE

Era domingo. Seis de la tarde. Al otro día, colegio y a Juan Guillermo le empezó un nudo en el estómago porque no había realizado las tareas. El lunes, a la peor hora: ¡seis en punto de la mañana! Sonó puntual el despertador. Juan Guillermo despertó una hora más tarde con los gritos de la mamá.

UN ÁRBOL TERMINANTEMENTE PROHIBODO

En mi colegio hay muchas cosas prohibidas. No se puede traer radios ni zapatos de colores, medias por debajo de la rodilla, ni la falda por encima de la mediada. También está prohibido montarse en los árboles, hacer guerra de agua, dejar comida en el plato, pintar en el tablero, leer comic, reírse en clase. Pero entre las miles de prohibiciones del reglamento, hay una escrita con mayúscula y subrayada NO SE PUEDE TRAER NI COMER NI VENDER NI COMPRAR NI MASCAR CHICLE. Es el peor enemigo de los profesores, quién sabe por qué. Y el resto de dulces los permiten, y por que el chicle no y si nos pillan con un chicle nos arman un escándalo casi igual al el que forman por rajarse en disciplina.

Es que resulta que detrás de nuestro salón, en el huerto, había un escondite a prueba de lluvia y de profesores. Allá enterábamos todos los chicles del curso

El lunes, cuando Acevedo la descubrió, no media más de 30 centímetros y sus hojas de color violeta y todos nos preguntamos que será ese árbol y descubrimos que era un árbol de chicle por eso es un árbol determinadamente prohibido.

EL TERROR DE SEXTO “B”

Primero que todo, me presento. Mis amigos me llaman el terror de Sexto “B”. Soy especialista en sabotear clases y hacer bromas pesadas. El jueves 7 de octubre el profesor Quiroga, alias porkis, empezó, como de costumbre, con la tortura de pasar al tablero. Empezó con la letra a hasta llegar a mi nombre, Hernández Sergio lo llamaron al tablero y le pidieron su tarea, él muy asustado con el corazón en la mano y el cuaderno en la otra, me paré, sabiendo a

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