¿El aborto voluntario es moralmente correcto?

EL ABORTO

Probablemente, uno de los temas más relevantes para la sociedad actual, que a la vez es objeto de discusión, es el aborto y la aceptación o no de su legalización. Pero, para empezar, ¿Qué es un aborto? Se le conoce como aborto, a la interrupción prematura del embarazo, ya sea de manera natural o voluntaria. Dicha intervención se realiza estrictamente antes de que el embrión, o feto, pueda sobrevivir fuera del útero de la madre.

Es justo en este punto, donde surge una interrogante; ¿El aborto voluntario es moralmente correcto? Las opiniones acerca de esto en la sociedad en las que vivimos están muy marcadas tanto para la parte que responde que no como a la que afirma que sí. Personalmente, mi postura ante el tema es a favor, a diferencia de la gran mayoría de mis familiares, y de igual forma, una parte de mis compañeros de clase. Así que, con el objetivo de defender mi opinión, comenzaré compartiendo lo que dice la ley en México sobre los derechos humanos, y sobre el propio concepto de lo que es la vida humana.

El concepto de persona es equivalente a ser humano desde el momento de la concepción y, por ende, el ser humano desde la concepción es titular del derecho a la vida. Sin embargo, no hay razones constitucionales para sostener esa postura. Los derechos constitucionales se les otorgan a las personas y, en ausencia de definición constitucional de persona, ha de aplicarse la legal, según la cual la existencia legal de la persona principia al nacer. Este es, por lo demás, el criterio dominante en la jurisprudencia comparada e internacional, que nunca ha sostenido que el ser humano sea persona desde la concepción. Sin embargo, esto no significa que el ser humano antes de nacer esté desprovisto de protección; la ley debe brindar esa protección, pero hacerlo no significa transformarlo en titular del derecho a la vida. Proteger la vida del que está por nacer y permitir el aborto son actos compatibles. Citando al primer párrafo del artículo 74 de nuestra constitución, “La existencia legal de toda persona principia al nacer, esto es, al separarse completamente de la madre”, “La criatura que muere en el vientre materno, o que perece antes de estar completamente separada de su madre, o que no haya sobrevivido a la separación un momento siquiera, se reputará no haber existido jamás”.

Ahora bien, viendo el concepto de vida humana desde un punto biológico, ésta comienza desde el proceso de fecundación, no obstante, estamos hablando en este caso de vida celular y de la potencialidad de convertirse en un ser autónomo. No hay que olvidar, que para que un organismo se considere un ser viviente debe cumplir con las funciones básicas de la vida, las cuales son la nutrición, la relación con un entorno biológico, y la reproducción. Por lo que un ser vivo es funcional por sí mismo sin perder su nivel estructural hasta el punto de su muerte. Siguiendo esta lógica, se concluye que los propios métodos anticonceptivos son una manera de interrumpir el ciclo natural de la concepción en su punto más primario.

No obstante, esto no significa que el feto u embrión fecundado no se considere un organismo viviente durante toda su etapa de gestación, ya que es sino a partir de la semana 5 del embarazo cuando la mayoría de los órganos de un feto comienzan a desarrollarse, siendo hasta el día 20 que el corazón recién comienza a bombear líquido por los vasos sanguíneos, cumpliendo una de las funciones primarias de nuestra especie.

Ahora, hablemos de cuál es la situación en México, comparándola con distintos países, así como ver la postura de los médicos ante el aborto como práctica.

La Encuesta sobre Salud Reproductiva (2015), en la que se aplicó un procedimiento específico para indagar datos sobre el aborto inducido, mostró que de los abortos referidos por mujeres de cuatro colonias del área metropolitana de la Ciudad de México, el 20.8% fueron admitidos como inducidos; del resto, un 58.4% fueron declarados como espontáneos, y el 28.8%, aunque referidos como tales, pudieron haber sido provocados. Los resultados de una investigación reciente sobre el aborto, realizada en seis países latinoamericanos (Brasil, Colombia, Chile, México, Perú y República Dominicana), indican que las mujeres hospitalizadas por abortos complicados representan una ínfima parte del total de aquellas que recurren a la interrupción del embarazo. Quedan fuera de los registros todos los abortos no complicados, así como los de aquellas mujeres que sufren complicaciones, pero las subestiman, que no tienen acceso a la atención médica, o que no la buscan por temor. Las complicaciones del aborto son más frecuentes entre las mujeres pobres, que recurren a métodos peligrosos y a practicantes no capacitados; y el volumen de los casos que requieren atención hospitalaria implica costos elevados para los servicios públicos de salud. Se calcula que en México un 40% de los embarazos son indeseados; de éstos, el 17% termina en un aborto inducido y el 23% restante en un nacimiento no deseado. Según las estimaciones de los expertos que realizaron el estudio, en el país uno de cada cuatro abortos inducidos presenta complicaciones.

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