El hombre en busqueda de sentido

El hombre en búsqueda de sentido

Integrante:

Valentina Robles

Profesora:

Loreto Illanes

El hombre en busca de sentido, es libro es un diario de vida escrito por Victor E. Frankl, psiquiatra y escritor, quien busca mostrarnos por medio de su experiencia como llego a encontrarle sentido a su vida.                                                                                                                                                         Al haber sido prisionero durante mucho tiempo en los campos de concentración, además de sentir como comenzaba a perderse su propia existencia, logró analizar las diferentes reacciones que iban teniendo los otros prisioneros.

El autor en su libro quiere mostrarnos como incidía la vida diaria de un campo de concentración en la mente del prisionero medio. Para esto en su libro comienza a describir cada etapa que les va ocurriendo a los prisioneros, dentro de estas vemos claramente como estos seres humanos comienzan a perder el sentido de sus vidas, por mientras que otros, a pesar de las condiciones inmorales y deshumanizadas en las que se encontraban, lograron seguir sin perder la esperanza.

Frankl  nos comienza a informar sobre las diferentes maneras de encontrarle sentido a una situación horrorosa, inmoral y deshumanizada a través de su libro.                                                                 “la verdad de que el amor es la meta última y más alta que puede aspirar el hombre. Fue entonces cuando aprendí el significado del mayor de los secretos que la poesía, el pensamiento y el credo humano nos intentan decir: la salvación del hombre está en el amor y a través del amor. Comprendí como el hombre, desposeído de todo en este mundo,  todavía puede conocer la felicidad –aunque sea momentáneamente- si se contempla al ser querido. cuando el  hombre se encuentra en una situación de total desolación, sin poder expresarse por medio de una acción positiva, cuando su único objetivo es limitarse a soportar los sufrimientos correctamente –con dignidad- ese hombre puede, en fin, realizarse en la amorosa contemplación de la imagen del ser querido (…) Mi mente se aferraba aun a la imagen de mi esposa. Un pensamiento me asalto. Ni siquiera sabía si ella vivía aun. Solo sabía una cosa, algo que para entonces ya había aprendido bien: que el amor trasciende la persona física del ser amado y encuentra su significado más profundo en su propio espíritu, en su yo íntimo. Que este o no presente, y aun siquiera va remoto, fuera del alcance y, de alguna forma irreal.”(Viktor E. Frankl, 2013, páginas 63, 64, 65) en un comienzo vemos claramente como el autor nos muestra personalmente como logró verle sentido a su vida y encontrar la felicidad aunque sea por unos segundos, con esto comprendemos como el amor puede llevarnos a sobrepasar todas las condiciones inhumanas sin perder la esperanza de volver a ver a ese alguien o a ese proyecto que se dejaron atrás. Un suceso muy interesante dentro del libro fue cuando un prisionero robó y ninguno quiso acusarlo, los SS dejaron a todos sin comida por un día y les apagaron la luz, en ese momento todos se encontraban muy asustados y acabados, pero cuando Viktor comenzó a hablar sobre sus futuros, sus pasados, el sentido que cada uno podría tener respecto a su propia vida, sobre la esperanza y les hizo entender cómo podrían vivir esta situación, ofreciéndola por algo o simplemente adquiriéndola como un presente el cual pasara. Lo impresionante fue que en el momento que se perdieron las luces vio a muchos llorando y varios se le acercaron a agradecerle, esto me llamó bastante la atención ya que ellos realmente habían comenzado a olvidar lo que realmente querían y tenían en sus vidas, estaban perdiendo la esperanza y eliminando todo lo humano que existía en cada prisionero, esta charla los hizo entender que debían seguir siendo fuertes y resistentes ante las circunstancias porque tenían algo más que esperar que la propia muerte.                                                                                                                                               Por otro lado Viktor E. Frankl  nos hace pensar que sucedía con aquellos prisioneros que realmente no tenían por qué vivir, ya que no tenían ninguna meta, ninguna finalidad en vivirla.                                                                                                  “Lo que en verdad necesitamos es un cambio radical en nuestra actitud hacia la vida. Tenemos que aprender por nosotros mismos y, después, enseñar a los desesperados que en realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino si la vida espera algo de nosotros. Tenemos que dejar de pensar en nosotros como en seres a quienes la vida les inquieta continua e incesantemente. Nuestra contestación tiene que estar hecha no de palabras ni tampoco de meditación, sino de conducta y una actuación recta. En última instancia, vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas que ello plantea y cumplir las tareas que la vida asigna continuamente a cada individuo (…) cuando un hombre descubre que su destino es sufrir, ha de aceptar dicho sufrimiento, pues esa es su sola y única tarea. Ha de reconocer el hecho de que, incluso sufriendo, él es único y está solo en el universo. Nadie puede redimirle ni sufrir en su lugar. Su única oportunidad reside en la actitud  que adopte al soportar su carga”

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