“El ritmo de la vida” Michel Maffesoli

“El ritmo de la vida” Michel Maffesoli

El imaginario social fundamenta toda sociedad. Las diferentes posturas a lo largo de la historia en lo concerniente a la imagen, cual hilo conductor, evidencian un miedo a lo sensible que se opone a la pura razón. A pesar de su apariencia, la imagen es aquello que describe lo real actuando en la vida social. El mundo “imaginal” constituye, de hecho, la post-modernidad: es la “cosa mental” que refuerza el vínculo social.
Michel Maffesoli (2003) El imaginario social. Revista Anthropos.

Antes de iniciar propiamente con el ensayo sobre el libro “El Ritmo de la Vida” considero de suma importancia, dar una pequeña mirada a los autores previos, que Michel Maffesoli, retoma como base de su tesis, así como su contexto histórico y social.

Marco contextual del autor

¿Quién es Michel Maffesoli?

Nacido en Francia en 1944, ha integrado la influencia de la dinámica popular de su pueblo natal con la herencia espiritual de Bachelard y un tanto de Bergson. Su pensamiento se ha visto influido por la filosofía alemana particularmente por la de Nietzsche, Heidegger, Marx y Simmel, y de manera más coyuntural estuvo asociado en su formación universitaria a los situacionistas y anarquistas de los años sesenta. Titular en la Soborna de la Cátedra Durkheim desde 1981, fundó junto con Georges Balandier en la Universidad de París V, René Descartes, el Centro de Estudios sobre lo Actual y lo Cotidiano (CEAQ). A través de una reflexión sobre la dimensión empírica de la vida cotidiana, el autor ha abordado cuestiones tan banales -pero no menos influyentes- como la "Razón sensible", el "Conocimiento ordinario", lo orgiástico de la vida, el "Instante eterno", el "Nomadismo", la dinámica de las Tribus, la "Ética de la estética", la "Lógica de la Dominación", la sociología del Mal.

Para entender a Maffesoli, pienso, debemos antes conocer a los autores en quienes se apoyó y quienes le dieron base a su tema central. Filósofos y especialistas en ciencias sociales como: Herbert Marcuse, Lipovestsky, Spencer y hasta Nietszche, Marx, Durkheim, Weber y Heidegger, son unos de los escritores de las tantas tesis que Maffesoli retomará en “El ritmo de la vida” para explicar la suya.

Es importante, entonces, retomar las visiones y sobre todo, las definiciones concretas que tienen éstos, para entender la posmodernidad en Michel Maffesoli.

¿Qué es Modernidad según Marcuse?

Maffesoli, retoma la idea de Herbert Marcuse quien define a la Modernidad como un proceso que supone que el consumismo contribuye a una mercantilización de la cultura y a una tecnificación cosificadora de la conciencia. El control funcionaría, de esta forma, como una articulación de asimilación, presión y seducción, donde el papel de la comunicación industrial sigue siendo ineludible. Un caso concreto donde se aprecia bien este control, según algunos autores, es en el apogeo del individualismo, que se presenta como autosuficiente y prepotente.

¿Cuál es la diferencia entre “Modernidad, modernización y Posmodernidad”?

• Modernidad: está totalmente apuesta al Feudalismo, el hombre empieza a ser referente de sí mismo. Existen lemas muy referentes sobre esta época, que hablan de la secularización y el progreso de este hombre.

Teniendo en cuenta esta idea, podemos hablar de otro tema, que podría confundirse y que son temas base en la tesis de Maffesoli:

• Modernización es el instrumento para llegar a la Modernidad, habla de la materialización de la idea de emancipación.

• Lipovetsky quiere demostrar a lo largo de sus trabajos que un nuevo individualismo, llamado individualismo narcisista, es la clave para el entendimiento de la posmodernidad. “Esto es, un nuevo estadio histórico en el que han entrado ya las sociedades democrático-capitalistas avanzadas y que se caracteriza por el ´vaciamiento´ o pérdida de sustancia de los ideales proyectados durante la época moderna”.

• Esta nueva era, según el autor, se debe al surgimiento de un nuevo paradigma antropológico y de una nueva moral en ruptura con los imperantes durante la Modernidad, en que el capitalismo productivista le da su lugar al capitalismo consumista. Es un tránsito del individualismo caracterizado por la competencia, búsqueda de la moral y revolucionaria, a un individualismo hedonista, narcisista e intimista, por lo cual el autor llega a decir que “vivimos una segunda revolución individualista. Aunque a esta sociedad lo que la rige no es tanto el placer, sino la compulsión por la autorrealización que se desarrolla por estrategias cada vez más flexibles y abiertas, pero no por eso menos efectivas.

• Dice Lipovetsky que en esta cultura posmoderna se ve cierta apatía ideológica provocada por la sobresaturación informativa, y por esto una dispersión de la conciencia. La define como una sociedad “en que reina la indiferencia de masa, donde domina el sentimiento de reiteración y estancamiento, en que la autonomía privada no se discute, donde lo nuevo se acoge como lo antiguo, donde se banaliza la innovación, en la que el futuro no se asimila ya a un progreso ineluctable,[…] la gente quiere vivir en seguida, aquí y ahora, conservarse joven y no ya forjar el hombre nuevo, […] no tiene ni ídolo ni tabú”

Pero entonces, ¿Cuál es el origen de la Posmodernidad y cuáles son sus virtudes y limitaciones?

Como ya hemos visto, la época de la modernidad, también comprendida como el “Siglo de las Luces”, empieza como un movimiento social y filosófico que rechaza la idea de la superstición, del feudalismo como organización social y sobre todo, de la intromisión de la Iglesia en todos los ámbitos de la vida social.

Así surge la razón como la solución a todos los problemas (de entonces y de ahora) y la única capaz de cuestionar por qué las cosas debían darse de un modo y no de otro. El problema es que, una vez más, el movimiento, que buscó quitarse del yugo de lo radical, se convirtió en lo mismo y hasta más.

Es aquí donde entran los autores que se convertirán en pioneros en las teorías de la posmodernidad como Nietzsche, un visionario para su época, quien se da cuenta que no todo puede verse a través de los ojos de la razón y afirma que debes cuidarte de aquéllos que dicen que tienen la razón, pues están afirmando que ellos están bien y tú no; haciendo referencia a los “ilustrados”, a los que Maffesoli nombrará como “los vivaces” que darán origen a la aristocracia y no a la ortodoxia.

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