El valor de educar

El valor de educar

Hablamos de educar cuando dos personas practican un intercambio de acciones que tiene como fin transmitir conocimientos de uno a otro. Sin embrago los humanos desarrollamos dos maneras muy distintas de comenzar nuestra educación, una formal y la otra informal.

Hablamos de educación formal cuando esta transmisión de conocimientos tiene una validez oficial, por ejemplo la escuela, cursos, etc. En fin cualquier educación que te de un comprobante donde acredite dichos conocimientos, y hablamos de una educación informal cuando los conocimientos se transmiten de generación en generación o durante la práctica, es decir se desarrolla por la experiencia.

Es algo natural de los humanos aprender cosas nuevas y ponerlas en práctica para facilitar su cotidianeidad, a diferencia de los animales que ellos no necesitan adquirir conocimientos nuevos para sobrevivir y facilitar su vida diaria, ellos nacen con los conocimientos por defecto y aprenden a través de la imitación de los mayores.

El hombre por su parte tiende a sufrir dos partos, el primero por la vía del útero de su madre y el segundo al querer ampliar su panorama, hasta para ser humanos hay que aprender a serlo y si se lograse abrirá la brecha entre los demás mamíferos y la raza humana como una superior.

Pero el aprender no nos funciona si no comprendemos  “el hecho de enseñar a nuestros semejantes y de aprender de nuestros semejantes es más importante para el establecimiento de nuestra humanidad que cualquiera de los conocimientos concretos que así se perpetúan o transmiten”

Con todo lo anterior deducimos que las personas son una raza superior a los demás mamíferos dado que el hombre decide que es lo que quiere hacer a lo largo de su vida, si decide humanizarse o no, mientras que las demás razas ya están predeterminadas a ser los que son.

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