En El Nombre D Ela Rosa
Enviado por sofirussiani • 2 de Junio de 2013 • 2.056 Palabras (9 Páginas) • 365 Visitas
En cuanto a los pecados que cometen los monjes, me refiero exactamente a los pecados carnales, son pecados voluntarios, ellos saben que están obrando mal, por lo que tiene relación con el problema del mal de San Agustín, ya que este mantiene que el mal es algo que se ha introducido en el mundo a partir de la aparición del pecado, es decir, por un acto de voluntad que nace de la desobediencia de los primeros padres; por lo tanto, el mal es responsabilidad del hombre, al contrario de lo que piensa Sócrates. Como creación de Dios, el mundo debería mostrar de alguna forma la perfección divina, sin embargo, hay aspectos negativos, contrarios a esa perfección, como pueden ser las enfermedades, la violencia o los defectos en los seres naturales y en los comportamientos humanos, que hacen que las cosas se alejen de la voluntad de Dios. Sobre esto, San Agustín considera que el mal no es una creación divina porque denotaría una imperfección, sino que es una carencia, una privación, en cuanto a tal, no es algo que exista realmente, es un accidente en la terminología aristotélica. Según esto, Salvatore y el cillerero, e incluso Adso (aunque en menos medida) cometieron un pecado sabiendo lo que estaban haciendo; sabían que mantener relaciones con aquella muchacha era una mala acción, y aún así lo hicieron, no es como en el caso de los herejes, que obraban mal por falta de conocimiento y por lo tanto no se consideraba pecado.
Como la historia transcurre en una abadía, el tema de “Dios” está siempre presente. Además, en la época en la que transcurre la obra, es una época de plena creencia en Dios, por aquel entonces nadie era ateo por lo que Dios era un tema de actualidad. Es importante relacionar esto con el argumento ontológico de San Anselmo y también con las cinco vías tomistas de Santo Tomás de Aquino. En cuanto a San Anselmo, cabe mencionar su argumento para la existencia de Dios, el argumento ontológico, según el cual, todos los hombres, aun aquel que dice no hay Dios, toman a Dios como un ser por encima del cual no se puede imaginar nada mayor, nada más perfecto. Por lo que al menos existe en nuestro pensamiento, pero debe existir también en la realidad, porque de no ser así, cabría imaginar otro ser mayor que el que hemos pensado y entonces incurriríamos en contradicción, puesto que ya no sería el más perfecto que cabe pensar , porque le faltaría el existir real, que es una perfección mayor que el no existir. Además, San Anselmo también hace referencia a la cuestión de la relación entre fe y razón, inclinándose por el lema la fe que busca la inteligencia: “no pretendo entender para creer, sino que creo para entender”, decía. Por lo que fue uno de los primeros en intentar razonas sobre la propia fe con es recurso de la lógica de su tiempo.
Y en cuanto al segundo, Santo Tomás de Aquino, sus cinco vías demuestran que Dios es el creador de todas las cosas, es la causa primera, es necesario, perfecto e inteligentísimo. En su primera vía parte de que en el mundo hay cosas que se mueven. Ahora bien, todo lo que se mueve es movida por otro. Luego es necesario recurrir a un primer motor inmóvil que mueva sin ser movido, es decir, Dios. La segunda vía parte de que todo lo existente aparece como efecto de una causa que lo ha producido y que es distinta de sí mismo, por lo que es necesario una causa eficiente primera: Dios. El punto de partida de la tercera vía es el análisis de los seres contingentes (seres que existen pero podrían no existir): la incapacidad propia de estos seres para darse a sí mismos la existencia exige un ser necesario, que no sólo existe, sino que no puede no existir y que es causa de todos los demás: Dios. La cuarta vía se fundamenta en la idea de los diversos grados de perfección que se observan en las criaturas. La existencia de perfecciones desiguales y limitadas exige la existencia de un ser en el que estén realizadas en grado máximo esas perfecciones: Dios. Y en la quinta vía, Santo Tomás toma como dato de experiencia el orden del universo. El orden del cosmos que se manifiesta incluso en los seres no inteligentes, exige la existencia de una inteligencia ordenadora suprema. Además, Tomás también hace una relación entre la fe y la razón, según lo cual argumenta que la razón está basada en el discurso racional y la de está basada en la revelación, pero que es imposible que exista una verdad filosófica y otra teológica, la verdad es única aunque a ella se pueda acceder por dos caminos distintos. A su conocimiento llegamos por medio de la revelación, pero también podemos hacerlo mediante la razón, partiendo de las cosas creadas. Por lo que concluye diciendo que no deben existir contradicciones entre la filosofía y la teología.
Debido a todo lo anterior, observamos que los temas del libro se encuentran en relación con ambos autores porque sabemos que esos eran los pensamientos sobre Dios de toda persona creyente en aquella época (ya que hoy en día las cosas han cambiado mucho), todo el mundo pensaba en el como un ser superior e insuperable. Y en cuanto a la fe y a la razón, en el libro la razón se oponía a las ideologías cristianas, teoría contraria a ambos autores anteriores, puesto que San Anselmo pretende explicar la fe mediante la razón y Santo Tomás de Aquino cree que son dos caminos distintos pero que ambos llevan a la misma verdad, ninguno se opone al otro.
También cabe mencionar, que puede existir cierta relación entre la intuición de Guillermo de Basquerville, y la teoría del conocimiento de Guillermo de Ockham, donde da prioridad absoluta a aquel tipo de conocimiento que suponga la captación directa e inmediata del objeto presente. En numerosas ocasiones se puede observar como sin apenas pruebas Guillermo es capaz de intuir lo que ha pasado o lo que va a suceder con sólo observar las pruebas (como es el caso del caballo Brunello). En cuanto a esto, Guillermo de Ockham señala que la intuición no es una simple sensación o percepción sensorial,
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