¿En qué medida necesitamos pruebas para respaldar nuestras creencias en distintas áreas de conocimiento?

¿En qué medida necesitamos pruebas para respaldar nuestras creencias en distintas áreas de conocimiento?

En las distintas áreas de conocimiento como las ciencias y la historia requerimos de una necesidad parcial de evidencias o pruebas que sustenten nuestras creencias y pensamientos. Son estas áreas de conocimiento en las que se verifica la infalibilidad o no de las pruebas a la hora de justificar los hechos.

Así mismo es de clave importancia saber a qué nos referimos cuando utilizamos conceptos como creencia o conocimiento.

Para Immanuel Kant, el conocimiento es el resultado del espíritu aplicado a los datos de la sensibilidad; a los datos de un desconocido mundo, exterior al espíritu.

El conocimiento se define como el hecho mediante el cual atribuimos y relacionamos los elementos y las distintas partes de los objetos.

Este conocimiento, definido como tal, se aplica constantemente en áreas de conocimiento, en otras palabras, el marco de espacio limitado donde el conocimiento y su asimilación de elementos constitutivos tienen lugar.

Por otro lado, las creencias son ideas aceptadas como verdaderas que se basan, entre otras, en la fe, la religión, mitos y leyendas. Éstas se inclinan por la interpretación de los hechos (abstractos por lo general). Los distintos tipos de creencias, que no sólo abarcan las religiosas, se aceptan como son por quién las reproduce. Es decir, se atribuye gran importancia al autor o predicador de la idea, con el fin de respaldar la veracidad de ésta. Por consiguiente es, también, una afirmación personal que se considera verdadera. Estas creencias pueden ser, en muchos casos, subconscientes, y llevar a la persona al pensamiento cegado de que sus propias creencias son universalmente ciertas, esperando convencer a los demás de esta misma. Sin embargo, el conjunto de creencias y valores se considera exclusivamente personal y deriva en el significado, coherencia y sentido que cada uno atribuye a su modelo de la vida y el mundo. Finalmente; las creencias se forman o se verifican, por lo general, a través de las experiencias personales de cada uno.

Al mismo tiempo, las pruebas se consideran como los hechos o evidencias que, mediante la observación y la experiencia, brindan datos e información necesaria para determinar la veracidad de los acontecimientos. Estas evidencias se vinculan con el método empírico que otorga datos fehacientes para comprobar determinados modelos o conjeturas.

En primer lugar, podemos aclarar que, las pruebas son esenciales para respaldar nuestras creencias, y así adquirirlas como formas de conocimiento.

Para discernir la importancia de las pruebas como evidencia fehaciente en distintas áreas de conocimiento, es necesario, primero, analizar que papel juegan las evidencias en estas áreas del saber.

Dentro del campo de las ciencias sociales, si nos centramos en la historia es posible realizar un análisis que desarrolle nuestras incógnitas. Generalmente se considera la historia como únicamente descriptiva de los hechos que acontecieron a nuestro pasado, pero sin embargo existen opiniones que desequilibran esta afirmación.

El estudio de la historia puede verse como registro que avala los hechos pertenecientes al curso histórico. También, existe la opinión de que el estudio histórico lleva a la concepción de leyes históricas que narren, tanto la sucesión de acontecimientos pasados como la predicción del futuro. En ambos puntos de vista, se realiza la búsqueda de explicaciones que coincidan con los hechos del pasado. Según Irving Copi, la historia es la ciencia descriptiva, pero a la vez teórica, donde las hipótesis tienen un lugar de clave importancia. A pesar de que, aparentemente, no se necesiten hipótesis para la descripción de los acontecimientos pasados, ya que se consideran los hechos como único objeto de estudio, en algunos casos se dificulta llevar a cabo esta crónica del pasado. Por consiguiente, recurrimos a distintos elementos que sirvan de registros fehacientes y rastros actuales del pasado. Entre éstos podemos citar; herramientas y utensilios desenterrados, escritos y documentos datados en el pasado, archivos gubernamentales pertenecientes a épocas anteriores, y poemas épicos que recrean las aventuras de héroes legendarios. A partir de este punto es donde el historiador propone su objetivo basado en la descripción certera de los acontecimientos pasados, utilizando exclusivamente estas pruebas o evidencias de las que dispone. Por lo tanto, esto da lugar a una descripción del pasado en forma de hipótesis que busca explicar sus datos actuales, y de la cual éstos conforman una prueba; evidenciando así la función de hipótesis en estudios históricos.

Esto conlleva a corroborar la necesidad de determinadas pruebas, con el fin de afirmar ciertas creencias vinculadas a esta área específica de conocimiento, referida a la historia.

Ahora, si se analiza la historia desde el tópico de la religión ¿existen también pruebas que validen nuestras creencias religiosas? Centrándonos en uno de los diferentes modelos religiosos, como sería el cristianismo, es posible responder esta pregunta. Si bien la filosofía cristiana plantea un modelo acerca de la formación y la existencia del mundo, basado en una sola figura, Dios; podemos encontrar evidencias y rastros históricos que nos llevan a una segunda conclusión de los hechos. A pesar de que el modelo cristiano instaura máximas éticas sobre el origen de las cosas, dependiendo de las acciones de un Dios único, determinados documentos remarcan con certeza la crónica de la historia religiosa. Entre éstos, un ejemplo claro sería la Biblia que justifica la existencia de ciertos hechos o acontecimientos que marcaron el hilo del cristianismo tan desgastado por las críticas y problemáticas opositoras. De esta manera, mediante la utilización de pruebas específicas se han derivado las creencias que se mantienen hasta hoy.

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