Ensayo Sobre Nietzsche
Enviado por mayigamero28 • 7 de Julio de 2013 • 360 Palabras (2 Páginas) • 569 Visitas
Para Nietzsche, la moral occidental es antinatural o contra natural, ya que impone leyes o imperativos categóricos, en contra de los instintos primordiales de la vida; su ideal es hacer “el hombre bueno, modesto, diligente y bienintencionado”, lo que lo convierte en esclavo de estas virtudes ficticias; como moral cristiana postula la existencia de otro mundo verdadero, el mundo del más allá, el mundo de la perfección platónica.
La consecuencia inmediata de este postulado es el desprecio de este mundo y de la propia vida. Defiende el altruismo como norma suprema de comportamiento, por eso desprecia todos los valores del yo, de la vida; considera que las acciones más elevadas no pueden ser obra de los hombres, sino de un ser más perfecto al que llama Dios: así se sitúa el hombre entre las cosas vulgares y débiles.
En consecuencia, todos los valores de la moral tradicional son ficticios y propios de los débiles, por lo que esta moral es inmortal: “el triunfo de un ideal moral se consigue con los mismos medios inmorales que cualquier otro triunfo; es decir, la mentira, la difamación y la injusticia”.
Recurrir a un mundo suprasensible lo explica, pues, como una reacción anti-vital, como una negación de la vida, (vida que está marcada por el sufrimiento tanto como por la alegría), como una venganza contra la naturaleza, propia de espíritus ruines que odian la vida, un producto del resentimiento contra la vida. Incapaces de aceptar un destino trágico, los hombres se rebelan contra esa vida que les aboca al sufrimiento y la niegan, convirtiéndola en un mero residuo de otra realidad, perfecta ésta, donde ahogan su resentimiento.
Esta es la base sobre la que ha de construirse, según Nietzsche, la nueva filosofía. El hombre provoca, en primer lugar, la muerte de Dios, sin apenas darse cuenta de ello. En segundo lugar, el hombre toma conciencia plena de la muerte de Dios y se reafirma en ella. En tercer lugar, y como consecuencia de todo lo anterior, el hombre se descubre a sí mismo como responsable de la muerte de Dios descubriendo, al mismo tiempo, el poder de la voluntad, e intuyendo la voluntad como máximo valor.
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