Ensayo sobre Fichte

Lectura de Fichte

Por: Julián Giraldo Montoya

En el presente trabajo, me dispongo a plasmar el resultado de una lectura concienzuda sobre el libro: Discursos a la nación alemana del filósofo Johann Gottileb fiecchte. El motivo de esta decisión es el interés que me causó el tema del nacionalismo visto en el curso de Historia general IV. Entendiendo que Fichte ha sido tomado como uno de los padres del nacionalismo alemán me propuse a sumergir mis días en los temas que planteaba, desde una de sus obras más loadas por la crítica. De esta manera pude asumir la responsabilidad de presentar el trabajo final correspondiente a dicha asignatura como una excusa de leer algo que verdaderamente cautivó mi atención desde el momento. Los temas que me interesan analizar son aquellos que permitan caracterizar al autor dentro del paradigma bajo el que se ha metido, decir que el nacionalismo que promulga Fichte es de carácter cultural y no étnico. En ese sentido me detendré en todos los aspectos que huelan a material cultural para analizar desde ese punto el pensamiento de Fichte La metodología usada fue la interpretación en su máxima expresión. Es decir, evitar al máximo la utilización de interpretaciones ajenas para que la propia no sea contaminada. La finalidad de esto fue ejercitar el trabajo de interpretar, que para un historiador es fundamental pero que a estas alturas siento no tener muy desarrollado. La utilización de fuente secundaria fue más que todo para mirar que han dicho otras personas, que han trabajado el tema del nacionalismo a tal punto de ser maestros en el tema, nótese el caso de Hobsbawm y el de Benedict Anderson. Para terminar este párrafo introductorio, espero que este sencillo escrito sea del gusto del lector y que en él encuentre el resultado de un arduo esfuerzo en temas intelectuales; enfrentarse a un filósofo nunca será fácil y en este ejercicio lo compruebo.  

Johann Gottileb fiecchte nació el 19 de marzo de 1762 en Rammeneau, pueblo de Lausitz. Heredero de la pobreza de su familia, hijo de un hilandero, que no tenía para ofrecerle la educación que un joven debería tener para llegar a la grandeza que llegó. Su vida en ningún momento fue fácil. Desde muy temprana edad se vio inmerso en actividades pastoriles, en su caso, el cuidado de Ocas, animal conocido como ganso en Colombia. La manera en que pudo explotar sus estudios fue gracias a un mecenas llamado varón Von Miltiz, el cual quedó deslumbrado ante la capacidad del joven para recitar el sermón de un sacerdote local. Sermón al cual no asistió el Varón por lo que encontró en Fichte la solución a su falta con la fe. Como recompensa el Varón envió a Fichte a que realizara sus estudios en la escuela shulpforta de Naumburgo. Allí logró finalizar con la educación básica, habiendo cumplido con esta primera etapa en su formación se encaminó a un reto más grande, estudiar teología en Jena y luego en Leipzig. No obstante la ayuda del Varón perdió fuerza y la falta de dinero evitó que la joven promesa de la filosofía alemana terminara sus estudios. Como solución, para ganarse la vida, se dedicó a dar clases particulares, las cuales lo llevan a descubrir su amor por la enseñanza y su habilidad innata para la filosofía, sobre todo cuando enseña sobre el pensamiento de Kant.

Impulsado por ese espíritu emergente de amor a la filosofía, en 1791, viaja a Varsovia para conocer a quien sería, según el mismo Fichte, su maestro en el pensamiento Filosófico, Immanuel Kant. La conexión entre ambos fue muy positiva, pero más aún para Fichte, quien encontró en Kant una puerta para darse conocer. Por intercesión de Kant este joven filósofo logra publicar su primera obra sobre el concepto de revolución en 1972, libro que fue muy bien recibido por la comunidad intelectual alemana, a tal punto de ser llamado a dar clase en la universidad de Jena para dar una catedra de filosofía que quedó vacante. En esta universidad aumentó su fama. Se dio a conocer como un profesor carismático, con la capacidad de captar la atención del público y para sumar a la buena imagen que se fue labrando por sus habilidades, dictó un discurso polémico que terminó siendo publicado como “algunas lecciones sobre el destino del sabio”. En 1806 Fichte se desplaza a Berlín, la cual fue ocupada por Napoleón, suceso que marcaría para siempre el pensamiento de este filósofo pues en este contexto, escribió (o dictó) nada más y nada menos que los discursos a la nación alemana, obra de mi máximo interés para este ensayo. Murió el 27 de enero de 1814 por causas del Tifus.

Dejando de lado estos aspectos previos que son necesarios para entender la obra que analicé para este trabajo. Para ello es necesario tener presente la fecha que mencioné anteriormente, 1807-8 en la que fueron iniciados los discursos que luego se materializarían en uno de los libros insignias del nacionalismo alemán. Las fechas exactas de los discursos son: inician el 15 de diciembre de 1807, y terminan el 20 de marzo de 1808. En estos tres meses y  unos días más, dio catorce discursos en los que dejaba claro su percepción sobre asuntos variados de la vida cotidiana como por ejemplo la educación, la lengua (entiéndase lengua por idioma, y en este caso el alemán), como se debe educar a la juventud para que esta esté al servicio de la nación y así hacer a esta un estado más sólido, en donde se persiga la grandeza y se deje alcanzar. Todo lo dicho en este último párrafo debe ser entendido en su contexto. No hay que olvidar que para este momento, Napoleón Bonaparte y su devastador ejército de 84000 soldados, equipado con poderosos cañones que habían hecho temblar a Europa en diferentes frentes los años anteriores.^[1] Por este motivo se debe entender que la obra mencionada es el resultado de una reflexión de consecuencias si lo que hoy conocemos como Alemania, que para ese entonces eran diversos estados autónomos que compartían rasgos culturales similares (los estados germánicos), caía en manos de los franceses, liderados por Napoleón.

Por eso el primer discurso, titulado como: Discurso primero: consideraciones preliminares y visión panorámica del contenido. En este punto del libro, deja claro los objetivos que tiene con los discursos. “Aquello que ha perdido su autonomía ha perdido al mismo tiempo la capacidad de influir en el flujo del tiempo y de determinar libremente el contenido del mismo; si persiste en semejante estado, el poder extraño que domina su destino hace que  termine su época y él mismo con ella; a partir de este momento ya no tiene una época propia y cuenta los años según los acontecimientos y épocas de imperios y pueblos extranjeros.”^[2] En  esta cita textual de la obra de Fichte, se hace explícito el temor que tiene el autor a una dominación extranjera, pues para el esto no significa únicamente la muerte de muchas personas y los desastres materiales que puedan ocurrir como consecuencia de una invasión, sino el gran temor a perder la autonomía de los estados que conocemos como estados alemanes. La pérdida de la llamada autonomía es para Fichte un real problema, y debe ser evitado en la medida que subyuga el estado (en este caso alemán, los diferentes estados) a un estado ajeno a las costumbres y tradiciones germanas, que serían cambiadas, implantando costumbres que no responden al ser Alemán.

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