Ensayo sobre la ilustración según Kant

10 de Julio del 2019

Universidad Tecnológica de Pereira

Facultad de Bellas Artes y Humanidades

Programa: Licenciatura en filosofía

Curso: Lectura y escritura de Textos Filosóficos

Docente: María Cristina López Bolívar

Estudiante: Andrés Felipe Franco Restrepo

Ensayo sobre la ilustración según Kant

     En el presente ensayo se pretende evidenciar como la ilustración o el razonamiento de las personas se ve influenciado de manera negativa por la pereza de pensamiento de las mismas, dejando claro la falta de la mayoría de edad. Lo anterior argumentado a partir del texto respuesta a la pregunta ¿Qué es la ilustración?, del autor Emanuel Kant. En este se sustentaran ideas como  la minoría de edad, el sometimiento del hombre a los estándares políticos, sociales y religiosos, y como Kant atribuye la causa de la minoría de edad a la “pereza” y la “cobardía” de los individuos. Planteando en este escrito, la  necesidad de una revolución o reforma por parte de la población para así lograr llegar a la ilustración y hacer que todas las personas salgan de la minoría de edad y logren el verdadero razonamiento que los lleve a su autonomía. Teniendo en cuenta si los tutores pueden llegar a influir negativamente en este proceso, e incluso si al contextualizarlo con la actualidad se esté dando o se puede llegar a dar esta búsqueda de libertad, llegando así a una conclusión final que se expondrá en un sentido objetivo a través del texto de Kant.

     Inicialmente, Kant define el concepto de ilustración a partir de la consigna ¡piensa por ti mismo, es decir, no dejes que otros piensen por ti. En este sentido, Kant plantea que  mientras el individuo no posea una autonomía con respecto a su pensamiento, no podrá elegir su camino, por tanto, estará sometido a las instituciones políticas, sociales y religiosas. Las cuales se podría decir que gobernaran la vida e identidad del sujeto, llevándolo a un actuar que puede terminar en colectividad. Es por esto que esta ilustración trae a colación al individuo, sin embargo, las personas que no están ilustradas se encuentran en la minoría de edad, ya que como lo hace un niño dejan que otras personas tomen las decisiones por ellos y no se preguntan el porqué de las cosas. Esto debido a la corrupción que hay por la cobardía y la pereza de las personas, que aunque nacen libres, dejan sus decisiones en manos de los demás, por no tener la autodeterminación de razonar, en otras palabras, de reflexionar por sí mismo lo que es mejor para el individuo. De manera que si las personas continúan con esta cobardía, las pocas que razonan de manera privada van a tener el control sobre las demás como lo demuestra Kant en su texto: "El oficial dice: ¡no razones, adiéstrate! El asesor fiscal: ¡no razones y paga!: ¡el consejero espiritual no razones, ten fe!"( 90.2004).  He ahí la razón principal de la necesidad de un despertar por parte del hombre, pues Kant atribuye la causa de la minoría de edad a la “pereza” y la “cobardía” de los individuos. Quienes están felices en sus zonas de confort y viven hipnotizados sin ser conscientes del mundo que los rodea. Y por pereza prefieren que otros piensen por ellos, como: libros, tv, prensa, internet. Así, por medio de las anteriores, se puede considerar que la búsqueda del conocimiento se ve suprimida por el miedo a lo desconocido. Prácticamente el hombre no es capaz de servirse de su propio entendimiento  debido a la cobardía, este no es capaz de arriesgarse a buscar una mínima oportunidad por lo que ni siquiera  hace el intento de razonar. Parece estar alejado de sí mismo, de sus deseos,  sus sueños o sus ambiciones.

     Es un desconocimiento que se ve manipulado por: médicos, abogados y sacerdotes, como instrumentos del gobierno que sirven para controlar a sus administrados (la humanidad). En el texto Kant hacer referencia a unos tutores y estos, a su vez, expresan los peligros de comenzar a pensar por sí mismos, como obstáculos insalvables. Al contrario, Kant ve en ellos tropiezos necesarios para hallar un camino hacia la libertad.

     Kant compara a los individuos en minoría de edad con los personajes encadenados del mito de la caverna, tan acostumbrados a la oscuridad y las sombras, que de ningún modo desean abrirse paso hasta la luz.

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