Eros y Agape

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¿Por qué se cree del ágape un amor perfecto y pleno y del eros un amor indecente? Muchos creen que estos términos son polos opuestos, pero de acuerdo a Joseph Ratzinger, “en realidad, eros y ágape —amor ascendente y amor descendente— nunca llegan a separarse completamente.” (Benedicto XVI, 2005). A partir de eso, ¿eros y ágape son términos opuestos o complementarios?

Para empezar, Benedicto XVI trata de aclarar qué significa el término “amor” y explica las diferentes definiciones que habían para este en la antigua Grecia, las cuales eran tres: la philia (amistad, amor como amigo), el eros (el amor erótico, carnal) y el ágape (el amor espiritual, intelectual). El primero es omitido y analiza los dos siguientes, pero, a mi parecer, comete un error al considerar que el eros se producía únicamente entre un hombre y una mujer, ya que la homosexualidad en la antigua Grecia era algo común y por ende, nadie se escandalizaba por su práctica. Quizás este “error” en la definición del expapa no haya sido sin intención, sino que pretenda dejar en claro que para la Iglesia únicamente se ve bien el amor (o sexo) entre un hombre y una mujer.

Benedicto XVI también expone sobre el pensamiento del filósofo alemán Friedrich Nietzsche al oponerse a su idea de que la Iglesia ha alterado la definición del eros, al “convertir en amargo lo más hermoso de la vida.”, según Nietzsche. En mi opinión, la visión de Nietzsche es correcta, porque la Iglesia siempre ha censurado el eros, el amor erótico, el sexo. Incluso hoy en día está mal visto perder la virginidad antes de llegar al matrimonio o tener un comportamiento sexual liberal. Lo peor de esto es que quien critica estas prácticas suele ser gente que, en teoría, no podría tener relaciones sexuales.

Finalmente, podría decir que, para establecer un matrimonio estable, es una obligación considerar ambos tipos de amor definidos por Benedicto XVI, ya que para poder consumar el matrimonio, es necesario que exista el eros y para llevar bien las cosas y poder demostrar fielmente el amor de pareja de una manera más espiritual que física, aparece el ágape. Por lo tanto, llegamos a una respuesta para la pregunta formulada al inicio sobre si eros y ágape son opuestos o complementarios, y esta es la siguiente, si se busca una relación estable, pensada en matrimonio en un futuro o viviendo el mismo, ambos tienen que ser tomados en cuenta, pero, si hablamos de cada uno como término independiente son polos opuestos, ya que, como ha sido mencionado anteriormente, uno enfoca hacia lo espiritual, y el otro hacia lo físico (ágape y eros, respectivamente).

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