Estado En La Realidad Estatal

LA TEORÍA DEL ESTADO EN LA REALIDAD ESTATAL

La actual teoría del Estado o no puede ser aceptada aquella estrecha delimitación e su problemática que conocieron las dos últimas generaciones. Pues las teorías del Estado de esa época dejaron sin examinar gran parte de los más importantes problemas teóricos y prácticos, como las de la naturaleza, función y unidad del Estado, el de sus relaciones con la sociedad, la economía e incluso, con el derecho, de los Estados de clases, de la opinión pública, de los partidos políticos etc.

Quien acepte plenamente el carácter subjetivo de nuestra problemática debe, en consecuencia, admitir que la realidad social en un caos desarticulado que sólo puede ser ordenado gracias a los puntos de vista valorativos que aporte el investigador.

Todo el conocimiento sobre el Estado tiene que partir del supuesto de que la vida estatal incluye siempre al que investiga; este pertenece a ella de un modo existencial y no puede nunca abandonarla. Las cuestiones arbitrarias engendran problemas: los problemas serios y fecundos son extraídos siempre de la misma vida del Estado. De la capacidad que la teoría del Estado muestra para responder a tales cuestiones y para ayudar a vencer dificultades concretas y explicar oscuridades reales de la vida práctica del Estado depende, únicamente, la justificación de su existencia.

Con lo supuesto queda dicho que nunca haremos teoría del Estado por amor a la teoría. No puede haber en nuestra ciencia cuestiones fecundas ni respuestas sustanciales si la investigación no tiene un último propósito de carácter práctico.

Una teoría del Estado cuya parte más valiosa, cultivada sobre todo por Georg Jllinek, era un historiador de conceptos; pero el trabajo principal se dirigió hacia la teoría “jurídica” del Estado que venía a parar en una teoría por la teoría, por cuya necesidad nadie preguntaba y para la cual tampoco podía encontrarse en la realidad nada que le hiciere precisa. Para R. Schmidt la teoría del Estado ba

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sa su necesidad en el hecho de ser una ciencia auxiliar de la ciencia del derecho “comprende – dice- todo lo que el legislador necesita para poder llegar a establecer un derecho determinado de carácter político, y lo que el funcionario precisa para su racional aplicación. Las teorías del Estado de todos los tiempos , aun aquellas que se decían expresamente generales en el sentido de una universalidad espacial y temporal, se limitaban, tanto en el material utilizado como en su problemática y en sus perspectivas políticas, al aquí y ahora, claros e inequívocos, del investigador aunque este creyera moverse en el terreno de la más pura teoría y no tuviera el mas insignificante propósito político. El objeto de nuestra teoría del Estado es, por ello, únicamente el Estado tal como se

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