Estanislao Zuleta

Comienza abriéndose la discusión con una crítica sobre lo que se le llama el ser feliz, ese deseo al que todos queremos llegar, que nadie puede alcanzar, pero, que sin embargo seguimos soñando que algún día alguien lo hará; habla del ser feliz lleno de amor, de reconciliación, de un ente que gracias a su doctrina nos quiere regresar de nuevo a lo que fuimos, conteniendo esas ansias de progresar y de salir adelante en busca de una sociedad justa.

Este ente con el poder de atribuirse el comportamiento humano como un ser malvado que sólo desea lo que corresponde, ese poder de imponer; como dice que sí se piensa distinto no está a favor de las leyes instauradas y merece algo peor que la humillación, el que nos desea un bien falso llevado de falsas esperanzas y profecías difíciles de cumplir.

Nosotros como seres racionales que sabemos decidir, de poder cambiar por medio de la ciencia y la tecnología, de la investigación y desarrollo; poder recibir beneficios de estos y lograr transformar algo que para la antigüedad se pensaba completo magia o hechicería.

Como combatir contra las creencias de gran parte de la población mundial, por medio de una revolución de ideales; de dejar de sentirnos como esclavos, romper el amor por ser algo que no somos, buscar la herramientas para entrar en una era donde las luchas existan pero enfocadas en el saber y la ciencia, donde la lectura y la literatura sean las armas más poderosas del progreso.

Otro tema interesante que trata Estanislao Zuleta, es cuando dice: “el que no está conmigo, está contra mí, y el que no está completamente conmigo, no está conmigo”; es una discusión del razonamiento de personas las cuales no aceptan un NO como respuesta. Es lo que se dice y punto, donde las posibles respuestas a la oposición se centra en la creencia de un ser supremo; personas cerradas destinadas a cometer errores por no tomar el riesgo al cambio, a aceptar una idea, a discutir sobre posibles realidades, de no compartir los mismos ideales comunes; sino que esas personas se defiendan con argumentos, hechos, ciencia, entre otras.

Un aporte es tener la mente más abierta a nuevos cambios, romper las cadenas imaginarias creadas a partir del significado que el ser humano es malo y debe controlarse como a una bestia, el deseo de sentirnos como súbditos, el proletariado, aquel que le deben pegar o mandar para que haga una labor; una juventud a la cual le gusta que estén pendientes de ellos, de tener un “policía” encima cuidándolos de que no hagan nada.

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