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Evidencia 3 filosofia , El amor


Enviado por   •  20 de Agosto de 2020  •  Ensayo  •  2.111 Palabras (9 Páginas)  •  145 Visitas

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Preparatoria Tec Milenio

Campus Las Torres

Filosofía

EVIDENCIA 3

Ensayo

María José Camacho González

6 de mayo 2020

Introducción

En este ensayo hablare sobre el amor a partir de los conceptos del eros y el ágape con el  apoyo y referencia de los auttores San Pablo, Octavio Paz y Hegel.

Tradicionalmente, los filósofos ensalzan la razón y el desinterés para que sus reflexiones sean los mas objetivos posibles. Es por ellos que el amor que provoca mucha pasión no tiene tan buena reputación. Si le pides a un filósofo su opinión sobre el amor, lo más probable es que responsa con cierto desprecio o desdén. Pero si pides su opinion sobre el 14 de febrero es casi imposible que resista la tentación de volverse totalmente cinico al respecto.

Empezare contando una historia. Me gustan las historias de cómo las parejas se conocieron. En el caso de mis padres, mi abuela paterna vendia productos de belleza de puerta en puerta. Un día mi padre le acompaño y en cierta casa tocaron la puerta y contestó una chava que resulta ser mi madre. Y el resto como quien dice, es historia.

Una larga historia, de hecho llevan 33 años de casados, bastantes. Me pregunto si eso todavia es posible hoy en día. La verdad, no creo, o al menos es mucho menos probable en estos tiempos. ¿Por qué ha durado tanto el matrimonio de mis padres? Posiblemente porque son católicos y de acuerdo con su fe, el divorcio no es una opción. Aunque quizá fue por los hijos, o por la incercia, porque ya sabian acostumbrado el uno con el otro. Puede que todas estas razones influyeron un pco, pero yo quiero creer que fue por el amor, por mas cursi que suene.

Desarrollo

¿Qué entiendo con amor? Me acerco a la respuesta con lo siguiente. Mucha gente que se casa, sea en la iglesia o no, leen en su boda unas palabras de una epístola que San Pablo escribió a una comunidad de cristianos en Corintio. Ahí dice: “El amor es sufrido, es beningno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor”.

Lo que se traduce como “amor” es la palabra griega “ágape”, lo cual es correcta, pero la palabra “filia” y “eros” se traducen como amor también, de modoq ue se pierden matices.

Algunas traducciones de la Biblia traducen ágape, en esa epístola de San Pablo, como “caridad” en vez de “amor”. Eso me parece muy sugerente. Caridad en este contexto no tiene el sentido contemporaneo de donar dinero o ropa a los pobres, sino de ocuparse del otro, del prójimo, de querer el bien para él, de ser compasivo y solidario con el otro.

¿En ese amor al projimo, el ágape, lo que conmueve a los novios en la boda?

¿No es más bien el eros, esa intesa atracción tan loca que uno siente no por cualquiera sino por alguien en particular?

Pues si, pero no del todo; es que es mas complicado que el uno o el otro. El ágape y el eros se distinguen en su aplicación o extención, el uno capaz de aplicarse a cualquiera y el otro, el eros, a uno solo o a muy pocos.

Sin embargo, al combinar los dos, al tratar con caridad el objeto de atracción erótica, nace el amor en su sentido pleno. Al menos eso es lo que quiero pensar. En su maravilloso libro “La llama doble”, Octavio Paz, aunque no hable de la caridad, nos enseña como puede suceder esto.

Antes de seguir, se me vino a la mente lo que dice Schopenhauer sobre el amor (si, sigue llamandome desde el estane!) a saber, que en terminos generales el amor es un gran ardid de la naturaleza, es decir, que no es mas que un medio para juntar a dos personas para propagar la especie. No somos mas que juguetes de la famosa voluntad schopenhaueriana.

Puede que pienses que esa voluntad sea un excesivo producto de la imaginacion metafisica de Schonpenhauer, pero no. Una forma de visualizarlo concretamente es pensar en la entropía. 99.9999 quien sabe cuanta infinidad del cosmos esta regido por la segunda ley de la termodinámica, es decir, por la perdiad de energia y el orden. La flecha de esa dinamica es inexorable, menos en algunas cuantas motas esparcidas en la inmensa oscuridad donde hay vida biológica.

En estas remotas y pequeñas islas en el cosmos la flecha se va en sentido contrario, hacia la evolución y el desarrollo, la diferenciación y diversificación de organismos y especies. Muchos de esos organismos se reproducen de forma asexual, y algunos como los animales y algunas plantas, lo hacen sexualmente. Como los demás animales, tenemos que reproducirnos para sobrevivir como especie. En ello participamos en el eterno y ciego devenir de la Voluntad como decia Schonpenhauer, sin embargo lo hacemos con un estilo sin paralelo en el cosmos.

Lo que en este contexto nos distingue realmente de los demas animales no es la raacionalidad, sino la imaginación. Con la imaginacion, el hombre transforma el sexo de erotismo. El hombre es un animal erótico. El ser humano utiliza la imaginacion no solo con el sexo sino con toda una gama de fenomenos, transformando algo en estetico o artistico.

El lenguaje por ejemplo, al igual que el sexo, se transfigura esteticamente con la imaginación. La finalidad del sexo, biologicamente, es la procreación, y la del lenguaje es la comunicación. Mediante la imaginación, uno se transodra en erotismo y el otro en poesía. Dice Octavio Paz que el erotismo es una poesia del cuerpo, y la poesia un erotismo de lenguaje.

Dijimos que la finalidad del sexo como tal es la procreacion; la del erotismo es el placer. Al ser mediado por la imaginacion, este placer no es simplemente fisiológico, sino estetico, proveniente de la dimension psiquica y entrelazado con lo simbolico y lo cultura. Sin embargo, lo que tienen en comun el sexo y el erotismo es el cuerpo. En este punto donde el fenomeno del amor surge, formando el ápice del fenomeno humano. Donde la materia del erotismo es el cuerpo, la del amor es el alma.

Paz dice que el erotismo no es una poesia del cuerpo, pero no extiende el lenguaje metaforico al amor. No dice “el amor es un X del alma”. A lo mejor no se le ocurrió una buena metáfora, no se. En todo caso, a mi tampoco. No obstante, está claro que si hubiera una metafora adecuadaa tendria que ser no de la categoria de lo estetico, como la poesia, sino de la categoria de lo erótico.

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