Existencialismo De Estado

La identidad de la identidad

La identidad es el conjunto de información con la cual se da a conocer el origen y la manera de referirse a un criterio determinado de ámbito colectivo o individual. No necesariamente en el ser humano: muchos elementos de la existencia universal también pueden entrar aquí al igual que conceptos abstractos que poseen una cédula de identificación palpable. Pero en el caso exclusivo del ser humano, la identidad como tal se involucra con el razonamiento del mismo, es decir, sus propios ojos frente el mundo de lo tangible.

El contexto de la identificación está dentro de lo personal, aludiendo claramente a los aspectos psicológicos y morales de un individuo en específico, básicamente si es tarado, confiable o rencoroso; de lo histórico, que hace referencia a los acontecimientos de tiempos remotos que moldean la diferenciación de una nación específica con las demás del mismo criterio; y finalmente la más superlativa que es la cultural, haciendo mención de un sector mayor, abarcando grandes masas del globo terráqueo real, como es el caso de Latinoamérica, identificado por aspectos del pasado como desafiante al supuesto poderío Europeo, algo que se le puede denominar antropofagia cultural.

Tanto el caso chileno como el latinoamericano son particulares en el sentido de que ‘el pasado parece condenarles’ en la eternidad de la historia universal, puesto que en los aspectos de su reconocimiento identificativo se señalan muchos detalles aún marcados en la colonización y en algunos otros hitos en el transcurso de la evolución social del ser humano. Esto parece dar por hecho que la identidad absoluta es construida mediante rasgos pertenecientes exclusivamente al tiempo pasado, sin embargo, la identidad absoluta busca también el encuentro de la estabilidad; tanto un estado con su nación como una persona con el tallado constante de su piedra del alma.

La identidad se construye mediante los sucesos que envuelven al sujeto referido, muchas veces son involuntarios por parte del generador identificativo, y ocurren por factores externos. El hecho de que un estado se desenvuelva en moldear la identidad de la población de la que vela suena quizás un tanto hiperbólico, puesto que le quitaría naturaleza a la nación haciéndola demasiado plástica, muy forzada y desde luego relacionado como el ‘lavado de cerebro’, casi como una constitución moralista que alguna vez se haya intentado llevar a cabo en nuestro propio territorio. Identificarse parece todo un enredo, pero un enredo que no se hace notar, sino que es natural a la completa concepción del hombre y la mujer.

Existencialismo nacional y cultural

"¿Pero qué es la historia de América toda sino una crónica de lo real-maravilloso”

El departamento –o más bien, pirámide- de la identidad se divide en una serie de pisos que permiten mostrar un acrecentamiento diverso entre cada una de ellas. Estas básicamente hacen alusión a tres zonas específicas de la existencia humana, cada una de estas necesarias de detalles que las hagan notar por sobre el resto de semejantes. Todas son estructuradas gracias a lo acaecido en el pasado, y a partir de este punto del tiempo, se proyecta hacia la fijación de una mejor identidad, más acaecida en el concepto en sí, más diferenciada de las demás; no necesariamente con una vanguardia exagerada, sino que con una mezcla muy original que desarrolle un rico interculturalismo.

El nivel personal de identidad representa el área individualista de la misma. Corresponde a la mentalidad que tiene un sujeto específico con respecto a su manera de contemplar los aspectos de lo real y lo abstracto. Básicamente la psicología, los principios ético-morales y la ideología política y espiritual, van creando la columna vertebral de lo que se denomina la personalidad. La astucia, la perseverancia, la melancolía y la solidaridad de un individuo X corresponden a la identidad personal de tal sujeto.

El nivel histórico de identidad quiere decir la identificación de la nación, territorial o no. Una nación se va formando mediante reformas y/o revoluciones con el pasar de sus años. Normalmente surgen de una rebelión por independencia y a partir de allí el surgimiento de su experiencia cultural los va volviendo capacitados para ir creando su identidad. Un país se identifica mediante sus propias costumbres: platos típicos, danzas, construcciones, política y religión habituales, su propio dialecto del lenguaje. ¿Cómo las va creando? Mediante sus hitos, situaciones políticas, culturales y económicas que transforman de alguna manera las identidades personales en conjunto.

El nivel cultural de identidad es de diversas naciones, constituyendo un territorio masivo con características en común en aspectos personales y de su historia. Desde luego los países son diferentes, pero a la vez semejantes por sus ideas, lo cual no los hace hermanos patriotas necesariamente. Es más que nada una comparación natural por pertenecer a un espacio en común con hitos muy conectados entre sí en base a su cercanía.

En este último nivel, la cúspide de la identidad y el más significativo, se pone como ejemplo a Latinoamérica. Desde la frontera norte de México hasta Tierra del Fuego, quitando algún que otro país de procedencias distintas, se contempla una zona marcada por el remoto desafío ante la hegemonía europea (básicamente España y Portugal) y en la actualidad por un proceso de globalización avanzado. Todo lo que constituyó la creación de la identidad latinoamericana, las personas que lo hicieron posible por medio de los procesos independentistas, corresponde a la antropofagia cultural, la cual nos permite asociar la identidad como una mirada constante hacia el pasado. El pasado es el que hace la identidad

...