Existencialismo
Enviado por alejandra6 • 22 de Septiembre de 2011 • 1.650 Palabras (7 Páginas) • 999 Visitas
La vida ordinaria como objeto de la reflexión existencialista en nuestros días
"Como Sísifo condenado a subir eternamente su piedra, así estamos los hombres, condenados a la libertad de construirnos a nosotros mismos a cada instante."
El existencialismo se desarrolló en Europa, primero en Alemania y luego en Francia, a consecuencia de la crisis provocada por las dos guerras mundiales. El mundo dejó de ser un lugar apacible y el proyecto ilustrado de una humanidad que conquistaría la justicia y el bienestar social con por medio de la razón fracasó. Ni siquiera, la ciencia o la técnica se mostraban útiles para mejorar el mundo. El hombre convertía en instrumentos de dominio y devastación todos los saberes .
Ahora bien en este mismo sentido, el existencialismo de Sartre, afirma que el hombre comienza por existir y sólo después será tal como se haya hecho, porque el hombre no será otra cosa más que eso. Es ante todo un proyecto y es responsable de lo que es. El sujeto sartreano no es el cogito de Descartes: ciertamente el código de Descartes es imprescindible para el logro del conocimiento, pero olvida que es la mirada del otro, que puede acoger desde la hostilidad o desde la aceptación, como poderse reconocer. En el hombre, para Sartre, se pueden distinguir dos niveles distintos del ser, el primero es esta parte corpórea del “para-sí” y la segunda él “en-sí” como parte de la de la conciencia.
En el ser “para sí”, el ser humano, no tiene una esencia o una naturaleza previa y común a toda la especie, es pura libertad, no tiene fin ni está determinado. Sartre afirme que primero el hombre existe, y sólo después es una persona u otra. Se va definiendo como sujeto cuando elige como actuar en cada situación, aunque su definición siempre estará abierta. Ser libre quiere decir proyectarse sobre un fin y comprometerse con él. El ser humano no se realiza como proyecto al decidir por sí mismo lo que ha de ser. Ser Hombre es “inventar su propio camino”, diría Sartre.
El ser en-sí es el ser de las cosas, del que solo se puede decir que existe, es opaco, replegado sobre sí, por sí mismo carece de sentido frente al para-sí (estático) porque la conciencia, representa lo indeterminado, para Sartre la conciencia no es una entidad espiritual, sino intencionalidad, esta conciencia tiene una condición incompleta, porque es conciencia de algo, está referida algo que no es ella. “En sí misma es un vacío, nada, mera posibilidad, representa, la libertad frente al determinismo del en-sí” .
A partir de sus concepciones considera (el absurdo de la existencia) “Es absurdo que hayamos nacido, es absurdo que muramos”. Sartre piensa que nuestra existencia es un camino hacia la nada, la angustia y la nada son el destino de la humanidad, de ahí su frase “El hombre es una pasión inútil”. El mundo en el que existe el ser humano no solo es un mudo de cosas, también hay otros seres humanos; La libertad inclusive la concibe como el reconocimiento de otras libertades. Mientras el hombre este solo es el centro de todas las cosas, al aparecer otra persona, hay constancia de que no es el único centro, por tanto, hay otro ser que también lo es, ese otro ser hace que adquiera conciencia de su identidad.
Por otro lado, la vida cotidiana, la de todos los días, la vida que vive la persona común y corriente, está dotada del suficiente peso ontológico para ser estudiada una referencia para el crecimiento personal y social de cualquier ser humano, ya que por él, las cosas ocurren de una o de otra manera, en la vida. Podemos por esta vida cotidiana, determinar el sentido de nuestra existencia, o la carencia del mismo, llegar o no al mismo punto al que llega Sartre con esta opinión “pesimista” sobre la vida.
En el sentido, ocurre que esa misma vida puede tornarse rutinaria, por falta de aprecio a lo que significa el sentido de la propia vida y la planificación que se puede obtener viviendo en lo cotidiano, las cosas pequeñas, esas acciones y detalles sencillos producto de la constancia, que requieren trabajo arduo para alcanzar una vida buena . Para quienes no admiten este planteamiento, la vida diaria es aburrida, sin sentido, repleta de deberes y obligaciones que se vuelven una carga de la que hay que huir con sueños de fantasía. Estos sueños pueden girar en torno a lo que "me gustaría ser", la búsqueda de amistades que piensen como ”yo” o persiguiendo diversiones de toda índole incluyendo los realidades artificiales de la drogadicción, el alcoholismo y el hedonismo sexual sin límites, el uso de la violencia consigo mismo o con otros que convierten aún más esa vida en una vida sin sentido. Mediante esta vida cotidiana de roles determinantes y de un sinfín de quehaceres, el hombre se desarrolla piensa y encamina su vida, según sus circunstancias.
Pero pretendo hacer notar primariamente la importancia de la vida ordinaria como objeto de reflexión existencialista en nuestros días, pues a través de la vida de cada día, los
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