FEDRO O DEL AMOR
Enviado por Ana593 • 17 de Noviembre de 2012 • Ensayo • 531 Palabras (3 Páginas) • 1.119 Visitas
“FEDRO O DEL AMOR”
Este dialogo más que nada trata sobre qué dirán los demás, qué pensarán, cómo actuarán, los celos, si se mantendrá la amistad... Por ello evitan el trato de sus amados con los demás.
Muchos enamorados son dominados por el deseo del cuerpo, antes que por el deseo de conocer el carácter y tener experiencias sobre las demás particularidades de sus amados, y también obtener placer momentáneo, en vez de un placer a largo plazo.
No hace falta estar enamorado de una persona para tener su amistad.
Sócrates no está de acuerdo con algunas de las cosas que dice. En el discurso se repiten dos y tres veces las mismas ideas, inclusa pudiéndolas decir de otro modo, ya que tiene inspiración para decir muchas más cosas sobre el mismo tema.
En este diálogo Sócrates se encontraba con Fedro que iba a dar un paseo, Fedro le dice a Sócrates que lo acompañe y le contaría lo que había estado hablando con Lisias sobre un libro que había escrito referentemente al tema del Amor, en ese libro Lisias define que el amado debe elegir al no enamorado en lugar del enamorado.
Lisias argumenta a su favor que los enamorados se arrepienten de los beneficios que hacen cuando dejan de estar enamorados, y los enamorados no. Los enamorados no están en su sano juicio y no pueden dominarse. Además evitan el trato de sus amados con los demás.
Sócrates dice que el discurso de Lisias le a convencido, pero que no esta bien articulado y no es claro. Fedro le pide a Sócrates que le de un discurso mas articulado que el de Lisias, y este accede.
Sócrates dice que el amor es una especie de deseo, y los enamorados desean a los bellos. Dice que en cada uno de nosotros hay dos principios conductores. El apetito innato de placeres, y un modo de pensar adquirido que aspira a lo mejor. Dice que el apetito que, prevaleciendo irracionalmente sobre ese modo de pensar que impulsa a la rectitud, tiene a disfrute de la belleza, y triunfa en su impulso a la hermosura corporal, es el que recibiendo su denominación de su misma fuerza a sido llamado amor. La locura no es un mal. Los mayores bienes se nos originan por la locura otorgada por la divina donación, e incluso los dioses no están cuerdos. La locura aparece donde tenía que aparecer, y profetizando don debía profetizar, y es una forma de olvidarse de las desgracias que lo obligan.
Hay un tercer estado de posesión y de locura procedente de las musas que al apoderarse de un alma tierna y virginal, la despierta y la llena de un báquico transporte tanto en los cantos como en los restantes géneros poéticos, y que, celebrando los mil hechos de los antiguos, educa a la posteridad. Pues aquel que sin la locura de las Musas llegue a las puertas de la poesía convencido de que por los recursos del arte habrá de ser un poeta eminente, será uno imperfecto, y su creación poética, la de un hombre cuerdo, quedará oscurecida
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